El auge del nacionalismo y los proyectos de autonomía
El florecimiento de las asociaciones políticas
Con la llegada de la República y la democratización del sistema político se produjo un florecimiento de las asociaciones políticas. Se organizaron centros republicanos, agrupaciones socialistas y asociaciones nacionalistas. Los nacionalistas y los carlistas crearon un microcosmos ideológico y vivencial que abarcaba casi todos los aspectos de la vida de los individuos. Se creó una red asociativa y una base social estable y fiel.
Las izquierdas tenían su fuerza en las capitales y poblaciones industriales. El PNV se asentó en Bilbao, donde tuvo que competir con el carlismo. La derecha controlaba esta provincia y casi toda Navarra.
La proclamación de la República y la posibilidad de un marco político autónomo
La proclamación de la República reabrió la posibilidad de disfrutar de un marco político autónomo para el País Vasco. El camino fue largo y plagado de dificultades. El principal impulsor de la autonomía fue el PNV.
El inicio del movimiento en favor de la autonomía fue encabezado por los alcaldes nacionalistas. Estos encargaron a la Sociedad de Estudios Vascos un proyecto de estatuto, que fue el punto de partida de todos los proyectos posteriores elaborados a lo largo de la República. El texto establecía un estado vasco con una estructura confederal, con amplia autonomía de las provincias y predominio de sus instituciones sobre las comunes. Los poderes ejecutivo y legislativo se componían de forma paritaria entre las provincias. El ámbito competencial era muy amplio. Como sistema de financiación se mantuvo el concierto económico.
El proyecto de Estatuto de Estella
Los alcaldes nacionalistas y carlistas se reunieron en Estella para aprobar un proyecto de estatuto. Las novedades eran:
- La introducción de una mención a la reintegración foral.
- La limitación del acceso a los derechos políticos a los inmigrantes.
- El planteamiento confederal en la relación con España.
- El establecimiento de la capacidad del estado vasco de firmar un concordato con la Santa Sede, rompiendo con el espíritu liberal del proyecto de la SEV y dándole un carácter confesional.
- La introducción del sufragio tradicional.
Las referencias a la Constitución se suprimieron, reforzando el modelo confederal. Se comisionó a los municipios en vez de a las gestoras para desarrollar el proceso autonómico. El poder central vasco se debilitó aún más. El proyecto de Estella tenía un marcado carácter partidista y privaba del voto a los inmigrantes.
El proyecto de Estatuto de las Gestoras
La Diputación preparó su propio proyecto adaptado a la Constitución. El PNV lo aceptó, pero Comunión Tradicionalista no lo hizo porque la petición de autonomía para los tradicionalistas únicamente era un modo más de oposición a la República.
Las gestoras elaboraron dos textos:
- En el primero se incluyeron las cuatro provincias. Al ser rechazado, tuvo que ser reelaborado, suprimiendo todas las menciones a Navarra.
- En el segundo no se hablaba de estado vasco. Se suprimieron las discriminaciones a los inmigrantes y desapareció el modelo confederal. Los diputados serían elegidos por las tres provincias. También se creó un Tribunal Superior.
Este estatuto era más democrático que los anteriores y seguía el modelo constitucional. Su tramitación sufrió un parón debido a la oposición de las derechas españolas a la autonomía.
El triunfo electoral del nacionalismo y el estallido de la Guerra Civil
Las elecciones de 1933 y la radicalización política
En el País Vasco, las elecciones de 1933 supusieron un éxito sin precedentes para el nacionalismo vasco. La derecha, liderada por el carlismo, también consiguió unos buenos resultados. La victoria nacionalista supuso un espaldarazo a la campaña por la autonomía, uno de los puntos principales del programa electoral de los nacionalistas.
El PNV trató de llegar a un acuerdo con los radicales para conseguir la aprobación del estatuto en las nuevas Cortes. En el País Vasco se produjo una radicalización de las posturas. Se produjo un conflicto con el gobierno por unas medidas aprobadas por el Ministerio de Hacienda que se oponían al concierto económico vigente. El punto de encuentro lo constituyó la oposición a las nuevas medidas fiscales.
La bipolarización política que vivió España a comienzos del 36 en el País Vasco se convirtió en una triangulación. A los dos bloques enfrentados se añadió el PNV. Los resultados de las elecciones supusieron un descenso del PNV respecto a las elecciones anteriores. En el nuevo parlamento, la minoría nacionalista era consciente de que la consecución de la autonomía dependía del acuerdo con el nuevo gobierno frentepopulista.
El referéndum de autonomía y el estallido de la Guerra Civil
El PNV aceptó el referéndum de autonomía propuesto por el gobierno. Los trabajos avanzaron con rapidez y en junio estaba casi finalizado el proyecto. El estallido de la guerra paralizó el proceso autonómico. La suspensión de los trabajos de las Cortes supuso la detención de los debates, pero la necesidad de integrar de una manera más decidida al PNV en la guerra impulsó al gobierno a acelerar la aprobación del estatuto, lo que consiguió tras la instalación del parlamento en Madrid. El nuevo texto contenía algunas novedades respecto a los proyectos anteriores, con 14 artículos.
La situación bélica hizo que el gobierno vasco llevase a cabo una ampliación competencial, tomando todo tipo de atribuciones a su cargo. Se reunieron en Guernica para realizar la elección del primer lehendakari.
La Guerra Civil en el País Vasco y la represión franquista
Las primeras fases de la guerra
La primera etapa abarcó desde el estallido de la guerra hasta la formación del primer gobierno vasco. El territorio guipuzcoano sufrió el ataque de los requetés que avanzaban desde sus posiciones en Álava y Navarra. Donostia fue bombardeada desde el mar. Los rebeldes tomaron Irún.
Al principio del conflicto, la defensa de la causa republicana corrió a cargo de las Juntas de Defensa, que estaban en manos de los partidos de izquierda. La Junta de Defensa se constituyó para llevar a cabo las tareas de organización de la guerra y el control del territorio.
La segunda etapa estaría determinada por el cambio de manos del poder político, que pasó de las Juntas de Defensa al recién formado gobierno vasco. Se ordenó una ofensiva sobre Villarreal. La victoria hubiese dejado el camino libre para la toma de Vitoria, pero el supuesto ataque se convirtió en una derrota, que puso de manifiesto las deficiencias del ejército vasco y la superioridad de las tropas rebeldes.
La defensa de Vizcaya y la caída del País Vasco
Ante la derrota de Villarreal, el gobierno vasco se volcó en la defensa del territorio vizcaíno, ya que estaba en juego la autonomía del País Vasco, y se creó el conocido Cinturón de Hierro para defender la capital. El ejército franquista utilizó la Legión Cóndor. Los nacionales entraron en Bilbao en junio. Una buena parte del ejército vasco, la constituida por los batallones nacionalistas, capituló ante las tropas italianas en Santoña.
La represión franquista
Tras la caída del País Vasco en manos de los nacionales, los nacionalistas y socialistas vascos, junto con el gobierno vasco, emprendieron un exilio hacia Francia. Con el final de la guerra no llegó la paz sino la victoria de los sublevados. Comenzó la represión y, por otra parte, Franco anuló todas las leyes implantadas por la República. Desaparecieron todas las instituciones democráticas. Se produjeron depuraciones en la administración. Llevaron a campos de concentración y a la cárcel, y dejaron morir a miles de prisioneros. La represión se extendió a toda la sociedad civil y más a las personas relacionadas con presos o políticos.
En el País Vasco, Franco anuló el concierto económico en Vizcaya y Guipúzcoa como castigo por haber luchado en contra de los sublevados, acusándolos de deslealtad.