La Política Interior y Exterior de España durante el Franquismo (1957-1975)

Política Interior

Objetivos del Nuevo Gobierno de 1957

El nuevo gobierno de 1957 debía acometer una institucionalización del régimen, la elaboración de una normativa legal que definiera las instituciones y reglas en las que se apoyaba el sistema con el fin de consolidar su continuidad.

El contexto internacional de la Guerra Fría y la necesidad de no quedarse aislado exigió la renuncia a los vestigios autárquicos y un cambio de imagen política que permitiera un cierto reconocimiento por las democracias occidentales.

La democracia orgánica se llegó tras un proceso muy lento y lleno de tensiones internas por las presiones para no relegar los principios del 18 de julio, pero tampoco engañó a ninguna democracia parlamentaria.

Institucionalización

Se abre con la Ley de Principios Fundamentales del Movimiento de 1958 y culmina con la Ley Orgánica del Estado que consolida la democracia orgánica. La Ley de Principios Fundamentales del Movimiento establecía como forma de estado la monarquía. Franco mantenía la jefatura de Estado y del Gobierno y su poder personal quedaba ratificado por ambas leyes. Entre la legislación que redondeó esta institucionalización se puede destacar la Ley de Prensa de 1966 que suprimía la censura pero establecía la consulta voluntaria que mantuvo las multas hasta el final de la dictadura. El proceso se cerraría con la declaración de Don Juan Carlos de Borbón como sucesor.

Funcionamiento del Régimen

Supuso el definitivo arrinconamiento de la Falange. Se produce una disminución de la influencia de las familias del régimen de la primera etapa. Se observa el ascenso de políticos que van creando grupos y que se enfrentan por el control de las distintas parcelas del poder. La figura clave en la etapa fue Carrero Blanco, a quien el dictador delegó la jefatura del gobierno. En torno a él se situaba un conjunto de políticos católicos y partidarios de una aproximación económica a Europa. Eran conocidos como tecnócratas, que recelaban de una excesiva liberación. Chocaban con otro sector que pretendía el incremento de la influencia del Movimiento y la organización sindical y mostraba reticencias hacia la solución monárquica.

La Crisis del Final de la Dictadura

Tras el escándalo de la empresa Matesa, surgió un gobierno en el que la figura fuerte era Carrero Blanco, quien mantenía la vicepresidencia y la subsecretaría de la presidencia. En 1973 se separó la jefatura de Estado y la de gobierno: Franco mantuvo la primera y Carrero Blanco fue nombrado presidente del Consejo de Ministros. El nuevo presidente mantuvo su fidelidad al pasado y al dictador. El gobierno de 1973 abordó la cuestión de las asociaciones políticas. Sus objetivos quedaron patentes ante el aumento de las manifestaciones de la oposición, que fueron duramente reprimidas. En 1973 se comenzó la escalada de precios del petróleo que provocó una crisis internacional. La organización terrorista ETA preparó un atentado contra Carrero Blanco.

Final

El asesinato del presidente de gobierno provocó la continuación de su sustituto, Arias Navarro, que pretendió un proyecto continuista y se topó con dos problemas: el agravamiento de la crisis y el retorno de la mano de obra española de los países europeos. El segundo problema venía de la oposición: se multiplicaron las manifestaciones críticas y surgieron proyectos. En 1971 se había creado la Asamblea de Cataluña, que aglutinaba a representantes nacionalistas y de fuerzas políticas de la oposición de dicho territorio. En 1974 el PCE impulsó la Junta Democrática de España, que reclamaba una ruptura democrática y la apertura de un proceso constituyente. El año siguiente, el PSOE promovía la Plataforma de Convergencia Democrática, en la que se incluyeron cristiano demócratas y liberales. Todos estos consideraban básicos el establecimiento de un sistema democrático. Arias Navarro dio en principio promesas de un aperturismo político, pero la falta de presiones de los sectores más inmovilistas hicieron que apenas se avanzase. Además, tuvo que soportar las protestas internacionales ante las últimas ejecuciones de 1975 y también el aumento de las tensiones en el seno del gobierno. El final de las dictaduras en Grecia y Portugal dejaba a España como la única dictadura en Europa. Aprovechando la situación, Marruecos inició la Marcha Verde en 1975, con la que España acabaría cediendo los territorios. Franco moría el 20 de noviembre de 1975.

Exterior

Diplomacia de Castiella

La labor desplegada por el nuevo gobierno de 1957 en la normalización de las relaciones exteriores va a ser fundamental. Esta cartera ministerial fue ocupada por Castiella, quien pretendía una liberalización de la política exterior y la apertura de nuevos causes. En Europa se consideró prioritario la aproximación a los países occidentales y el inicio de negociaciones con la CEE, creada en 1957 en el Tratado de Roma. Se envió una solicitud de asociación que se paralizó por la represión del gobierno español. En 1970 se logró un acuerdo preferencial en las relaciones comerciales. Un tema espinoso fue Gibraltar. En 1969 España cerró la frontera con Gibraltar e impulsó las relaciones con la URSS y los países socialistas de los países del este. Con EEUU se mantuvieron las relaciones, que recibieron un espaldarazo con la visita del presidente en 1959. Un avión dejó caer varias bombas atómicas desactivadas sobre Almería.

Descolonización

Tras la independencia de Marruecos en 1956, se aplicó el sistema de asimilación francés a los territorios africanos, convirtiéndolos en provincias en 1958: el Sáhara, Ifni y, en 1959, Guinea, donde surgieron provincias. En Ifni estalló una guerra entre 1957 y 1958. La presión internacional, principalmente de los países árabes, hizo que en 1969 se cediera a Marruecos. A Guinea se le había concedido la autonomía en 1963. Esta situación favoreció un desarrollo económico y social en estas provincias que accedieron a la independencia en 1968.

Europa

Castiella fue sustituido por López Bravo, que continuó en parte la política de su antecesor, pues estableció relaciones diplomáticas con nuevos países. En 1970 se firmó el acuerdo preferencial con las Comunidades Europeas. Los principales obstáculos fueron las pobres relaciones con la Iglesia Católica del Concilio Vaticano II.

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