La Restauración de la Monarquía en España

1. INTRODUCCIÓN

La Restauración de la Monarquía en la persona de Alfonso XII (1874-1885) supuso una etapa de estabilidad que duraría hasta finales del siglo XIX. Estabilidad propiciada por el sistema bipartidista creado por Cánovas, y una cierta prosperidad económica. Pero estos logros no ocultan el fraude electoral y el caciquismo que dejan a las masas fuera del sistema político.

2. EL RESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUÍA BORBÓNICA

2.1. Golpe de Pavía (enero 1874): Tras el golpe del general Pavía (3 de enero de 1874), el general Serrano encabezó el gobierno. El principal problema estaba en el partido alfonsino, acaudillado por Antonio Cánovas del Castillo, que venía defendiendo la restauración de la monarquía constitucional en la persona del hijo de Isabel II, Alfonso XII.

2.2. Pronunciamiento Martinez Campos y proclamación Alfonso XII (diciembre 1874): El 29 de diciembre de 1874 el general Martinez Campos proclamó en Sagunto a Alfonso XII. El 31 de diciembre se constituía el llamado ministerio-regencia bajo la presencia de Cánovas. El 9 de enero de 1875, Alfonso XII desembarcó en Barcelona.

2.3. Alfonso XII (1874-1885): Tras un primer matrimonio con su prima Mª de las Mercedes de Orleans, la cual falleció, volvió a casarse, ahora con Mª Cristina de Habsburgo, encontrándose embarazada en el momento de la muerte del rey en 1885 de Alfonso XIII.

2.4. Regencia de María Cristina de Habsburgo (1885-1902): Con la muerte del rey se estableció la regencia de Mª Cristina hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII.

3. EL SISTEMA POLÍTICO DE LA RESTAURACIÓN

3.1. La Constitución de 1876: Por decreto de 31 diciembre de 1875 se convocan elecciones a Cortes constituyentes, por sufragio universal. La Constitución fue aprobada por las Cortes en el mes de mayo de 1876. La Constitución de 1876 ofrece un cierto eclecticismo al reunir las influencias de las Constituciones moderada de 1845 y democrática de 1869. Soberanía compartida, amplia declaración de derechos y deberes, Cortes bicamerales, poder ejecutivo, poder judicial, ayuntamientos y diputaciones, confesionalidad católica.

3.2. Turno y caciquismo

3.2.1. El sistema político oficial: bipartidismo y turnismo: El sistema político de la Restauración se basaba en la existencia de dos grandes partidos, el conservador y el liberal, que coincidían ideológicamente en lo fundamental. Ambos eran partidos minoritarios, de notables, con periódicos, centros y comités por el territorio español.

3.2.2. El sistema político real: caciquismo y fraude electoral: La alternancia en el gobierno se llevó a través de un sistema electoral corrupto y manipulador que no dudaba en comprar votos, falsificar actas y presionar sobre el electorado.

CONCLUSIÓN

La Restauración de 1874 significó más que la reposición de la dinastía de los Borbones. Los partidos políticos que representaban a las clases dirigentes construyeron un régimen oligárquico estable. Una Monarquía constitucional, no democrática; alternancias entre élites; liberalismo doctrinario y defensa del orden social. Un edificio sólido durante el último cuarto del siglo XIX pero incapaz de integrar a las masas en la vida política, el gran reto del siglo XX.



EL BIENIO REFORMISTA

1. INTRODUCCIÓN

La República se desarrolla entre el 14 de abril de 1931 y el 18 de julio de 1936. El periodo republicano lo podemos dividir en: el Bienio Reformista (1931-1933); el Bienio de Conservador (1933-1935) y el Frente Popular en 1936 (16 de febrero – 18 de julio). Durante el bienio reformista, tanto durante el Gobierno Provisional, como después de la aprobación de la Constitución, en diciembre de 1931, se afrontaron una serie de cambios sustanciales para el país.

2. REFORMAS DEL BIENIO PROGRESISTA

En diciembre de 1931, se aprobó la Constitución de la II República, destacando su enfoque progresista. A pesar de su apertura política, enfrentó fuertes críticas de la Iglesia y la derecha, principalmente por cuestiones religiosas. Tras el periodo Constituyente, Niceto Alcalá Zamora asumió la Presidencia y Manuel Azaña lo sucedió como Jefe de Gobierno. Durante dos años, hasta septiembre de 1933, lideraron un gobierno de izquierdas y socialistas, implementando reformas para modernizar y democratizar el país.

• Reformas sociales y laborales: Desde el Ministerio de Trabajo, el socialista Francisco Largo Caballero impulsó reformas sociales y laborales, como la semana laboral de 40 horas, la Ley de Contratos de Trabajo, y la Ley de Jurados Mixtos. Se implementaron aumentos salariales y en las zonas rurales se estableció la jornada de ocho horas, salarios mínimos, obligatoriedad de empleo para propietarios agrícolas, y laboreo forzoso para mantener cultivadas las tierras.

• Reformas del Ejército: Manuel Azaña, Presidente del Gobierno y Ministro de Guerra, implementó una reforma del Ejército exigiendo a los militares lealtad a la República. Decretos posteriores revisaron destinos y ascensos, reduciendo unidades y oficiales. A pesar de ello, algunos militares conspiraron, y en agosto de 1932, el general Sanjurjo lideró un intento de golpe (la Sanjurjada), que resultó fallido.

• Reformas territoriales: El Gobierno provisional restauró la Generalitat en Cataluña, impulsando el Estatuto de Autonomía ‘Nuria’ aprobado en 1932. En noviembre de ese año, Esquerra Republicana de Catalunya ganó las primeras elecciones a la Generalitat. En el País Vasco, el PNV tramitó su Estatuto de Autonomía, aprobado en octubre de 1936 durante la guerra civil. En Galicia, el proceso fue más lento, y el proyecto de estatuto no se aprobó debido al inicio de la guerra.

• Ley de Reforma Agraria: La Ley de Reforma Agraria buscaba eliminar el latifundismo y redistribuir tierras en la mitad Sur de España, indemnizando a los propietarios, excepto la nobleza.

3. RESISTENCIAS A LAS REFORMAS

Las reformas de los gobiernos de coalición republicano-socialista enfrentaron resistencia de varios sectores sociales. En el contexto político de la época, la resistencia de la derecha, incluyendo grupos como la Iglesia, el ejército y organizaciones patronales, desencadenó tensiones con la República. La política religiosa generó conflictos con la Iglesia católica, exacerbados por enfrentamientos callejeros entre monárquicos y grupos populares en Madrid. Paralelamente, la reforma militar provocó conspiraciones de jefes militares como Sanjurjo. Por otro lado, la desconfianza entre empresarios y la oposición de terratenientes a la reforma agraria reflejaron la división social y económica. La izquierda obrera, anarquistas y comunistas, insatisfechos con las reformas graduales, abogaban por una revolución inmediata, lo que aumentó la conflictividad social con huelgas y motines. Estos conflictos se manifestaron en episodios violentos, como la Sanjurjada y los sucesos sangrientos en Casas Viejas, evidenciando la profunda polarización y la inestabilidad de la época.

CONCLUSIÓN

En la primavera-verano de 1933, el aumento de la violencia política erosionó la autoridad gubernamental y llevó a la pérdida de popularidad, desgastando la coalición de partidos que respaldaba al Gobierno. Con nuevas fuerzas políticas emergiendo y factores como el escándalo de Casas Viejas, derrotas electorales y la crisis económica, la colaboración entre republicanos y socialistas se volvió difícil. En septiembre, Alcalá Zamora retiró su confianza al Gobierno, disolvió el Parlamento y convocó elecciones generales para el 19 de noviembre de 1933.

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