Sublevación militar y comienzo de la guerra
La victoria del Frente Popular en las elecciones de 1936 fue recibida con oposición por parte del Ejército y los terratenientes. Este clima de tensión política aumentó el protagonismo de grupos radicales de derechas, como el Bloque Nacional, liderado por Calvo Sotelo, o la Falange Española, fundada por José Antonio Primo de Rivera. Se sucedieron enfrentamientos callejeros entre grupos políticamente opuestos.
En julio de ese año, el teniente Castillo de la Guardia de Asalto fue asesinado por derechistas. Como represalia, izquierdistas asesinaron a Calvo Sotelo. Este hecho sirvió de detonante del golpe de Estado que llevaba tiempo preparándose, liderado por el general Mola.
El 17 de julio de 1936 se produjo la sublevación del Ejército en Marruecos. El golpe de Estado fracasó en su intento de derribar al Gobierno, pero consiguió el control de una buena parte del territorio nacional, que quedó dividida en dos zonas: la zona sublevada y la zona republicana. La guerra había comenzado.
Los nacionales contaban con el apoyo de los generales sublevados, pero Madrid y Barcelona, las dos ciudades más importantes del país, pertenecían a la República.
La Guerra Civil en el contexto internacional
El conflicto español coincidió con el auge de los fascismos en Europa y la política de apaciguamiento de las democracias, circunstancias decisivas para el desarrollo de la guerra. La Sociedad de Naciones acordó la postura de no intervención, pero Italia y Alemania intervinieron a favor de los nacionales.
Mussolini envió tropas completas y Hitler tropas como la Legión Cóndor. También recibieron el apoyo de Portugal. El Gobierno republicano, por su parte, vio dificultada la adquisición de armamento y combustible debido a la política de no intervención. Solo la URSS envió asesores y armamento, aunque en malas condiciones.
Aunque fue de gran valor moral, la ayuda de las Brigadas Internacionales, formadas por voluntarios antifascistas de todo el mundo, no fue suficiente para contrarrestar el apoyo militar que recibían los nacionales.
El desarrollo militar de la contienda
El 18 de julio, Franco voló desde las Islas Canarias para ponerse al frente de las tropas de Marruecos y las trasladó a la península. Logrado el paso del Estrecho, los nacionales avanzaron por Extremadura hasta la vía de Madrid por el valle del Tajo. Tomaron Toledo y las tropas de Franco se dirigieron a la capital, donde se encontraron con una fuerte resistencia.
La resistencia de la capital en la Batalla de Madrid acabó con las ilusiones de los nacionales de una victoria inmediata. Los episodios más importantes de la guerra, que duró casi 3 años, fueron:
Campaña del Norte (1937)
Los nacionales ocuparon Bilbao, Santander y Asturias. Se produjo el bombardeo de Gernika-Lumo. En esta campaña murió Mola en un accidente de aviación.
La batalla de Teruel (1937-1938)
Escenario de los enfrentamientos más duros de la guerra, con temperaturas de hasta -20º, quedó en manos franquistas. Estos avanzaron hacia el Mediterráneo aislando Cataluña.
Batalla del Ebro (verano de 1938)
Intento republicano de tomar la iniciativa. Pero la victoria fue de los nacionales, que avanzaron hacia Barcelona y consiguieron la caída de Cataluña.
La rendición de Madrid (1939)
La debilidad y agotamiento de la ciudad facilitaron la entrada de Franco en Madrid. La guerra acabó el 1 de abril de 1939.
Evolución política de la zona republicana
A finales del verano de 1936, asumió el Gobierno de la República Largo Caballero. La zona republicana se enfrentó a varios problemas:
- Formación de un Ejército regular y disciplinado: confiaron su defensa en los milicianos, bien dispuestos pero inexpertos e indisciplinados.
- El abastecimiento: de armas y alimentos. La política de no intervención impedía al Gobierno obtener víveres y armas.
- Desunión entre los grupos que apoyaban a la República: la cuestión»guerra o revolució» fue un motivo de desacuerdo. La principal rivalidad se daba entre comunistas y anarquistas.
El episodio más importante en este contexto fueron los Sucesos de Barcelona (mayo de 1937), cuando las fuerzas gubernamentales y los anarquistas tuvieron un enfrentamiento armado. Provocaron la caída de Largo Caballero y la formación de un nuevo gobierno presidido por Negrín. Este intentó poner fin a la guerra negociando con Franco a partir del documento»trece punto», pero fracasó y su política se orientó a»resistir es vence». Manuel Azaña se mantuvo como presidente de la República.
Evolución política de la zona nacional
Los nacionales encomendaron la dirección del alzamiento a una Junta militar. Iba a presidirla Sanjurjo, pero murió en un accidente de aviación. En octubre se nombró generalísimo a Franco de los ejércitos y jefe del Estado. En abril de 1937 las fuerzas políticas se unieron en un partido único, la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, con Franco como jefe. En 1938 se formó el primer Gobierno presidido por Franco.
Consecuencias de la guerra civil
La Guerra Civil tuvo graves consecuencias para España:
- Efectos demográficos: se calcula que murieron aproximadamente 1 millón de personas.
- Efectos económicos: se produjeron pérdidas de cosechas, paralización de la actividad industrial, endeudamiento, etc.
- Represión política: fue la peor consecuencia de la guerra.
Zona republicana: la falta de autoridad del Gobierno permitió que se llevaran a cabo»saca» y»paseo», sobre todo en los primeros meses. Destaca el asalto a la Cárcel Modelo de Madrid y el fusilamiento en Paracuellos del Jarama de presos políticos.
Zona nacional: la represión fue sistemática y permitida desde las esferas del poder. No se trataba solo de vencer, también de eliminar al enemigo. En esta zona la represión duró toda la guerra e incluso después de su conclusión.