El Movimiento Obrero en el País Vasco (1890-1939)

A la vez que el desarrollo industrial, se va formando una clase obrera, que se daba cuenta de sus precarias condiciones de vida y trabajo y que inició movimientos reivindicativos de cierta importancia. Sabían que su fuerza estaba en la unión y por ello formaron las primeras organizaciones político-sindicales junto con el socialismo.

El Socialismo en el País Vasco

El primer movimiento obrero vizcaíno se apoyó en el socialismo, aunque más adelante se puede apreciar una presencia anarquista. La lucha en Bizkaia fue escasa hasta que llegó Pérezagua al liderazgo del socialismo, llevando a este hacia la radicalización. En la «Gran Huelga Minera de 1890», los mineros protestaron por la caída del salario real y porque les obligaban a dormir en barracones y comprar en las cantinas de las empresas. Se unió también la siderurgia y la construcción naval y se declaró el estado de guerra. La huelga acabó gracias a que se estableció una jornada de no más de 10 horas y no se obligaba a vivir en barracones ni comprar en cantinas, más tarde, por incumplimiento de ello, las huelgas continuaron. Tras las huelgas se inicia una etapa militante del obrerismo vizcaíno hasta la I Guerra Mundial, muy radical y muy dura en las relaciones patrono-obrero. En la huelga de 1903 se consiguió el pago semanal obligatorio.

En el socialismo de Bizkaia apareció una corriente más moderada, liderada por Indalecio Prieto, partidarios de dialogar de manera moderada con los patronos y de una unión con los republicanos. Pérezagua no estaba de acuerdo y fue expulsado por desencadenar una guerra interna. La huelga general de 1917 fue muy violenta en Bizkaia, habiendo un paro general, pero fue un fracaso para los obreros. Como consecuencia, muchos dirigentes socialistas y de UGT pensaron en dejar los enfrentamientos con el Estado. El socialismo creció sobre todo en Bizkaia y Gipuzkoa pero en 1921 se produjo una división, se votó a favor de adherirse a la III Internacional y muchos se mantuvieron fieles al partido, pero otros no, y crearon el Partido Comunista, de gran éxito en el País Vasco. Los socialistas vascos colaboraron con Primo de Rivera en su dictadura, esto no fue entendido por muchos militantes y la UGT perdió fuerza respecto a ELA, pero en 1929 el PSOE cambió de actitud y llevó a cabo importantes huelgas.

Desde finales del siglo XIX, el socialismo se extendió por los demás territorios vascos, pero la expansión fue muy lenta. En Gipuzkoa llegó muy tarde, ya que las empresas eran pequeñas y dispersas. Donde más creció fue en Éibar, y era un socialismo especial, muy antirreligioso y de seguidores autóctonos. En Álava, la industrialización era muy escasa, por lo que también tardó en llegar. Este socialismo era moderado y católico.

En Navarra entró a comienzos del siglo XX con los obreros inmigrantes, pero solo fue de alguna importancia en la capital y en Tafalla, antes de 1923 tuvo poca influencia, sin embargo creció tras la proclamación de la II República.

El Proletariado Nacionalista: ELA-STV

Según los primeros nacionalistas vascos, el socialismo era una ideología atea de maketos de la que los obreros vascos debían apartarse, ya que solo se podía conseguir solucionar sus problemas por medio de la independencia. Querían organizar a los trabajadores lejos del socialismo y para ello se fundó la SOV, que más tarde se pasó a llamar ELA-STV. Era un sindicato nacionalista y católico con ideas del nacionalismo aranista y de la doctrina de la Iglesia. En él se mezclaban el deseo del PNV de defender la especificidad vasca de los obreros autóctonos y el deseo de estos de defender su identidad vasca y sus derechos en el trabajo. No solamente fueron obreros los formantes del sindicato, sino trabajadores en general. Al principio, por su carácter vasquista, para entrar hacía falta tener de los 4 primeros apellidos, por lo menos uno vasco. En 1933 pasó a llamarse STV.

Los Sindicatos Católicos

En varios sitios del País Vasco comenzaron a aparecer organizaciones obreras católicas, especialmente en Navarra. En Álava se consolidaron pronto, pero al ser de algunos patronos y jerarquías de la Iglesia, tenían carácter amarillista. En Gipuzkoa eran fuertes en San Sebastián y algunas zonas de Deba y en Bizkaia no tuvieron mucho éxito.

Sindicalismo Anarquista

En Bilbao hubo algunos núcleos muy activos, pero desaparecieron a finales de los años 80. La CNT logró captar algunos elementos muy radicales del socialismo y la sustitución de Prieto por Pérezagua también contribuyó, naciendo así los Sindicatos Únicos anarquistas y el semanario Solidaridad Obrera. Los sindicatos anarquistas aumentaron el nivel de los conflictos, habiendo mayor número y más violentos, por lo que la represión por parte del gobierno fue grande hasta llegar a ser ilegalizada.

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