La Segunda República y el Camino hacia la Guerra Civil (1931-1936)
La Reforma Agraria y la Inestabilidad Política
La reforma agraria buscaba conseguir una distribución más justa de la propiedad privada. Para lograrla, la Ley de Bases de la Reforma Agraria aprobó la expropiación con indemnización de los latifundios mal explotados y el asentamiento en ellos de campesinos, de forma individual o agrupados en cooperativas. Pero la lentitud de la reforma disgustó al campesinado, que procedió en muchos casos a la ocupación violenta e ilegal de las tierras. Estas reformas provocaron movilizaciones, huelgas y tumultos callejeros, lo que obligó a dimitir a Azaña en 1933. Las nuevas elecciones dieron la victoria a los partidos de centro-derecha.
Bienio Conservador y Frente Popular (1933-1936)
Tras las elecciones, gobernó el Partido Radical de centro, presidido por Lerroux, con el apoyo de la CEDA, una coalición de partidos de derecha presidida por José María Gil-Robles. El giro conservador del nuevo gobierno y la paralización de las reformas provocaron el incremento de las huelgas y movilizaciones y la Revolución de Octubre de 1934, un movimiento que alcanzó gran intensidad en Asturias y en Barcelona.
La revolución acentuó la polarización de las posturas políticas y la descomposición del gobierno, que se vio obligado a convocar elecciones. La izquierda se presentó unida en una coalición, el Frente Popular, y logró la victoria.
El gobierno del Frente Popular se enfrentó a una creciente radicalización política. En la izquierda ganó peso el sector radical del PSOE, partidario de la revolución social. En la derecha, creció Falange Española, partido ultraderechista que quería implantar un régimen fascista. La violencia política se manifestó en atentados y en violentos choques en las calles entre militares falangistas, comunistas y anarquistas (primavera trágica, 1936). Ante esta situación, los sectores más conservadores, dirigidos por el general Mola, decidieron recurrir a un golpe de estado para derribar a la República.
El Régimen Franquista (1939-1975)
Evolución del Régimen
Se distinguen dos grandes etapas:
- 1939-1959: Durante estos años se implantaron las bases del nuevo Estado. En el interior, se estableció un sistema político dictatorial que reprimió cualquier oposición y se practicó una política de autarquía y autosuficiencia económica. En el exterior, España vivió una época de aislamiento internacional.
- 1960-1975: Durante este periodo se mantuvo el autoritarismo político y tuvo lugar un destacado desarrollo económico, un elevado crecimiento demográfico y una mejora general del nivel de vida de la sociedad, aunque a costa de un notable incremento de las desigualdades territoriales y de un empobrecimiento cultural motivado por el exilio de destacados intelectuales y artistas. Esta situación originó la progresiva crisis del régimen y el aumento de la oposición interior y exterior.
Fundamentos Ideológicos
- El antiparlamentarismo y el antiliberalismo: Estas ideas se tomaron de los fascismos europeos, igual que algunas manifestaciones externas, como el emblema del yugo y las flechas, las canciones y el saludo fascista.
- El anticomunismo: Supuso una radical oposición a esta ideología, que se acentuó durante los años de la Guerra Fría.
- El nacional-catolicismo: La Iglesia legitimó al régimen franquista, al considerar la Guerra Civil como una cruzada contra el ateísmo marxista. A cambio, el Estado se declaró católico y concedió numerosos privilegios a la Iglesia.
- El tradicionalismo español: Consideraba que el modelo histórico que debía imitarse era el imperial de la época de los Austrias. En cambio, la historia posterior al siglo XVIII había sido un lamentable error, en el que la adopción de las ideas de la Ilustración y del liberalismo habían conducido a la decadencia española.
- La defensa de la unidad de la patria: Supuso la abolición de los estatutos de autonomía y la prohibición de cualquier manifestación nacionalista, como la lengua o las banderas.
- El militarismo: Se fomentaron los valores militares y patrióticos, siendo frecuentes los desfiles, la exaltación de la bandera nacional y los himnos militares.
Apoyos Políticos y Sociales
- Apoyos políticos: La Falange, que se encargó del centro social y de la propaganda ideológica; los militares, que ocuparon altos cargos en el régimen; los católicos, especialmente los miembros del Opus Dei; y los monárquicos, en los primeros momentos.
- Apoyos sociales: Inicialmente los terratenientes, los empresarios industriales, los financieros y los medianos propietarios agrarios del norte y centro peninsular. Más tarde, la mejoría económica favoreció la aparición de la llamada «mayoría silenciosa», formada por una clase media numerosa y por obreros apolíticos que aceptaron la falta de libertades a cambio de cierto nivel de bienestar.