ISABEL II
Tras la muerte en 1833 de Fernando VII, su hija se convirtió en heredera del trono, pero al ser menor de edad no podía gobernar, y su madre María Cristina se convirtió en regente del reino hasta la mayoría de edad de Isabel II.
Durante este período se produce un hecho político determinante para la historia de España..Ante la revuelta protagonizada por los ultras o los partidarios del absolutismo más reaccionario, llamados carlistas por haberse situado alrededor del infante Carlos María Isidro, aspirante al trono, los cristianos o los isabelinos, partidarios de un régimen menos reaccionario buscan apoyos aliándose con los liberales sobre todo con los moderados. Desde entonces el absolutismo nunca regreso al poder los carlistas perdieron la guerra civil iniciada en 1833 y finalizada en 1839, el cual reforzó definitivamente al régimen liberal. El poder siempre tuvo que enfrentar crisis políticas entre moderados y progresistas. La regente María Cristina y más tarde la Reina Isabel
II (declarada mayor de edad 1893, solo 13 años) favorecieron siempre a los moderados, pero de esos pronunciamientos o motines podían colocar en el poder a los progresistas, como ocurren en 1835-37 fecha en la que se aprueba la constitución progresista de 1837 que adoptaba una serie de principios: la soberanía era compartida entre el rey y la nación; se elegían de forma popular los Ayuntamientos y sus alcaldes; se producía el restablecimiento de la Milicia Nacional; había una cierta tolerancia religiosa aunque el Estado se comprometía al mantenimiento del culto católico; se promulgó la declaración explícita de los derechos y libertades individuales; el rey ejercía el poder ejecutivo, nombrada y separaba a sus ministros, compartía con la Cortes el poder legislativo, sancionaba y vetaba las leyes suspendía y disolvía las cortes, y por último en las cortes bicamerales estaban formadas por el Congreso y Senado, los diputados eran elegidos por sufragio censitario directo, mientras que los senadores eran nombrados por los reyes los progresistas mantendrán el protagonismo en esta etapa final de la regencia, primero con la desamortización de Mendizábal y más tarde con la regencia de militar progresista Espartero (40-43). Tras el fracaso de Espartaco los moderados dominarán la escena política durante casi todo el reinado de Isabel II (1843-1868). Su ideario político queda perfectamente plasmado en la constitución de 1845 que estableció: la soberanía compartida entre el rey y las cortes; confesionalidad católica del Estado; restricción de las libertades individuales; participación política de los ciudadanos muy limitada y supremacía política de la Corona, que tenía el poder ejecutivo, compartía la soberanía y el poder legislativo con las cortes, nombraba libremente el gobierno, designaba a los senadores y tenía el poder de suspender, disolver y convocar las Cortes
casi sin limitación..El espectro político del reinado de Isabel II tiene por lo tanto como grupo dominante a los moderados frente a ellos la opción más destacada y la de los progresistas que se definen como liberales partidarios de la soberanía nacional separación total de poderes, del poder limitado del monarca, de un sufragio amplio y de una defensa clara de los interés privados, de las libertades y de los derechos individuales y colectivos. Sólo estos conseguirán hacerse con el poder en el llamado bienio progresista (54-56) que aprovecharon para realizar una nueva desamortización (Ley Madoz) y favorecer el desenvolvimiento económico (Ley de Ferrocarris). Más a la izquierda en el panorama político aparecían los demócratas, una opción muy minoritaria partidaria del sufragio universal masculino y de la representatividad y participación de los ciudadanos en los ámbitos locales. También la izquierda del panorama político se sitúan los republicanos contrarios a la monarquía y partidarios muchas veces del federalismo o cuando menos de la descentralización..Después de muchos años de gobiernos moderados con Narváez como principal representante político el régimen Isabelino acabó cayendo en el conservadurismo y en la inoperancia (inepto-sin hacer nada). A finales del reinado de Isabel II en la década de los 60 la crisis financiera internacional afectó a España y sirvió como detonante definitivo de la movilización de la oposición a los moderados. En el pacto de Ostende (1866), progresistas unionistas (partido de centro), republicanos y demócratas deciden ponerse de acuerdo para destronar a Isabel II y quitar del poder a los moderados, a quien consideraban responsables de atraso económico y de lentitud con la que se introducían en las reformas liberales en España..Nuevamente corresponderá al ejército la iniciativa en el cambio político. Así en 1868 la llamada Revolución Gloriosa se inició por parte de Tapote, Serrano y Prim. Estés manifiestan (Doc. 5) su voluntad de aumentar la participación ciudadana mediante el sufragio universal y de garantizar los derechos y libertades individuales y colectivos, que se verán muy limitadas durante los gobiernos moderados. La revolución triunfó, la reina tuvo que exiliarse y comenzó un periodo muy convulso conocido como sexenio democrático en el que se intentó su éxito introducir la democracia en España.A grandes trazos el reinado de Isabel II constituye la implantación del liberalismo de forma definitiva en España pero sólo como resultado de un pacto entre fuerzas monárquicas conservadoras y el liberalismo más moderado.
Las reformas llegaron con cuentagotas y la burguesía como nueva clase social dominante enseguida dejó atrás los ideales para aristocratizarse y convertirse en una clase más partidaria de la orden y del proteccionismo que de las libertades y del progreso.