El Reinado de Fernando VII y el Conflicto entre Absolutismo y Liberalismo
Análisis del Manifiesto de los Persas
Este documento, un manifiesto político conocido como «Manifiesto de los Persas», constituye una fuente histórica primaria de gran valor. Redactado en Madrid el 12 de abril de 1814 por diputados absolutistas liderados por Bernardo Mozo de Rosales, Marqués de Mataflorida, busca justificar el rechazo al liberalismo y la restauración del absolutismo en España.
El manifiesto, dirigido al rey Fernando VII tras su regreso al trono, defiende la monarquía absoluta como un sistema de gobierno natural y divinamente ordenado. Los firmantes argumentan que el soberano, aunque absoluto, está limitado por la ley divina, la justicia y las leyes fundamentales del Estado. Consideran que la Constitución de 1812, promulgada durante la ocupación francesa, es ilegítima y perjudicial para España.
El texto comienza con la famosa frase «Era costumbre de los antiguos persas», de la cual deriva su nombre. En el segundo párrafo, se argumenta que la monarquía absoluta es «obra de razón e inteligencia», subordinada a la ley divina y al bien común. Se afirma que el poder absoluto es necesario para que el soberano pueda legislar en beneficio del interés general. En el tercer párrafo, se propone la celebración de Cortes tradicionales para restaurar la Constitución española, suspender la Constitución de 1812 y sus decretos, y corregir las injusticias cometidas durante el periodo liberal.
El «Manifiesto de los Persas» refleja la visión de las élites del Antiguo Régimen, temerosas de perder sus privilegios ante el avance del liberalismo. El documento apela a la tradición, la religión y el orden social para justificar la vuelta a un sistema político caduco.
Contexto Histórico: Las Fases del Reinado de Fernando VII
El «Manifiesto de los Persas» se enmarca en un periodo convulso de la historia de España: el reinado de Fernando VII (1814-1833). Este periodo estuvo marcado por la lucha entre el absolutismo y el liberalismo, que se manifestó en diferentes etapas:
1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Tras la derrota de Napoleón y su regreso a España, Fernando VII abolió la Constitución de 1812 e instauró un régimen absolutista. Durante este periodo, los liberales fueron perseguidos y el país sufrió una grave crisis económica. La oposición al absolutismo se canalizó a través de pronunciamientos militares.
2. El Trienio Liberal (1820-1823)
El pronunciamiento de Riego en 1820 obligó a Fernando VII a jurar la Constitución de 1812, dando inicio al Trienio Liberal. Este periodo se caracterizó por la inestabilidad política, la división entre liberales moderados y progresistas, y el estallido de conflictos sociales.
3. La Década Ominosa (1823-1833)
La intervención del ejército francés (los Cien Mil Hijos de San Luis) en 1823 restauró el absolutismo en España. Durante esta década, Fernando VII gobernó de forma autoritaria, enfrentándose a la oposición liberal y al inicio de las Guerras Carlistas.
Las Guerras Carlistas
A la muerte de Fernando VII en 1833, la sucesión al trono provocó un conflicto dinástico: las Guerras Carlistas. Los carlistas, partidarios del hermano del rey fallecido, Carlos María Isidro, defendían el absolutismo y la tradición. Los isabelinos, partidarios de la hija de Fernando VII, Isabel II, apoyaban un sistema político más liberal.
Conclusión
, se trata de un texto subjetivo, dentro de una ideología muy conservadora que procura valerse de todos los argumentos filosóficos que desde el siglo XVII se extienden por Europa para validar la monarquía absolutista. Se puede considerar producto de las clases privilegiadas del Antiguo Régimen que temerosos de perder sus antiguos derechos por los cambios liberales, reaccionan convenciendo a los monarcas para que no varíen su forma de gobierno, apoyándose también en las masas campesinas y en los artesanos que ven en los cambios económicos liberales una pérdida de recursos.