T.3. Fundamentos Ideológicos, Familias y Evolución Política del Régimen Franquista (1939-1975)
3.1. Fundamentos Ideológicos y Familias del Régimen
El rasgo político más significativo del régimen franquista fue el poder dictatorial, personal y vitalicio del general Franco, quien ejerció los cargos de Jefe de Estado, Presidente del Gobierno, Jefe del partido único y Generalísimo de los tres ejércitos.
Las fuentes ideológicas del régimen franquista fueron diversas y tuvieron mayor o menor peso según las circunstancias históricas. Los rasgos ideológicos que estuvieron presentes a lo largo de todo el período franquista fueron su antiliberalismo político y anticomunismo. El fascismo italiano fue un modelo de referencia en los primeros años del régimen, pero las bases sobre las que se asentaría el régimen serían el ultracatolicismo, el militarismo y el tradicionalismo carlista, que se pueden sintetizar en el concepto de nacionalcatolicismo. Todos estos elementos ideológicos influyeron en un modelo de estado autoritario, confesional y centralista, con predominio de lo castellano y que rechazaba cualquier manifestación del nacionalismo periférico. El nacionalcatolicismo se defendía como algo consustancial a la nación española y se justificaba con referencias históricas sesgadas: exaltación de los valores de la Reconquista, las figuras de los reyes católicos, la España imperial de los Austrias, etc.
Los diferentes sectores sociales que apoyaron el levantamiento militar y la dictadura franquista fueron conocidos como familias del régimen. Cada una de ellas fue ganando o perdiendo influencia a lo largo de la dictadura. Podemos distinguir, por un lado, las familias institucionales: la Iglesia Católica como eje, y los fascistas de Falange. Por otro lado, las familias políticas: los franquistas puros, afines al dictador; los monárquicos, divididos entre carlistas y donjuanistas; y los tecnócratas del Opus Dei, que mezclaban valores ultracatólicos con liberalismo económico.
3.2. Evolución Política
El régimen franquista fue evolucionando políticamente a lo largo de los 40 años que duró, pero sin dejar su esencia de dictadura militar centrada en el poder ilimitado de Franco. La institucionalización del régimen se hizo por medio de la elaboración de diferentes leyes fundamentales. Distinguimos 4 etapas:
3.2.1. La Etapa Azul (1939-1945)
La posguerra estuvo marcada por una represión institucionalizada por la Ley de Responsabilidades Políticas de 1939, por medio de la cual los tribunales franquistas llevaron a cabo una depuración del enemigo político, dictando sentencias de cárcel, trabajos forzosos y ejecuciones.
Se denomina Etapa Azul por el peso que tuvo Falange en los primeros años de posguerra. Franco tenía la necesidad de configurar el nuevo régimen y el modelo fascista de Falange estaba en consonancia con los regímenes que le apoyaban:
- Un modelo político dictatorial de partido único: FET y de las JONS.
- Un modelo social corporativo que se plasmó en la primera ley fundamental, el Fuero del Trabajo de 1938, que establecía sindicatos verticales controlados por Falange.
- Un modelo económico basado en el intervencionismo estatal y la autarquía.
Se aprobó la Ley de Cortes, que daba a los españoles una institución de carácter representativo, aunque solo era un órgano al servicio de Franco.
Serrano Suñer fue la figura clave tanto en la organización interna como en las relaciones internacionales, que estuvieron marcadas por la Segunda Guerra Mundial. España se declaró neutral, pero Franco estaba interesado en participar junto al bando fascista, de ahí sus encuentros con Hitler en Hendaya y con Mussolini en Italia. La situación de España tras la Guerra Civil no convenció a las fuerzas del Eje, que prefirieron dejar a España al margen del conflicto. España pasó a ser país no beligerante y envió la División Azul al frente soviético. Cuando se percibía la derrota de las potencias del Eje, España volvió a la neutralidad.
3.2.2. El Nacionalcatolicismo (1945-1959)
Franco se adaptó al triunfo de los aliados y empezó a suprimir signos externos fascistas, además de retirar parcelas de poder a los falangistas en favor de ministros católicos. El régimen se presentaba como un estado católico y anticomunista, además de querer dar una apariencia de estado democrático.
El régimen continuó su institucionalización con nuevas leyes fundamentales:
- El Fuero de los Españoles de 1945 recogía unos derechos y deberes muy limitados.
- La Ley de Referéndum Nacional preveía la posibilidad de una consulta popular.
- La Ley de Sucesión definía a España como una monarquía católica con Franco como Jefe de Estado vitalicio, con la prerrogativa de nombrar a su sucesor. Aunque Don Juan rechazó esta ley, aceptó que su hijo se educara en España.
A pesar de los esfuerzos del régimen franquista, España fue sometida a un duro aislamiento internacional. En la resolución de la ONU de 1946 se calificaba al régimen de Franco de fascista y se hacía la recomendación de prohibir a España la pertenencia a organismos internacionales y que se retiraran todos los embajadores.
La apertura internacional llegó en la década de los 50 gracias al contexto de la Guerra Fría. El bloque capitalista, encabezado por Estados Unidos, cambió de actitud y priorizó el anticomunismo del régimen franquista y el valor estratégico militar de España. En consecuencia, la ONU revocó la resolución de bloqueo a España, siendo admitida en 1955. Se firmó el Concordato con el Vaticano, por el cual se hacían concesiones a la Iglesia, y se firmaron una serie de pactos con Estados Unidos a cambio de ayuda económica.
3.2.3. La Tecnocracia (1959-1973)
Franco, determinado por la apertura internacional y por el agotamiento del modelo económico autárquico, dio peso en el gobierno a los ministros tecnócratas del Opus Dei, responsables de la liberalización de la economía española. España empezó a crecer económicamente, pero el inmovilismo político continuó y se concretó en dos nuevas leyes fundamentales:
- Ley de Principios del Movimiento Nacional de 1958: suponía la incorporación institucional de los principios falangistas dentro del Movimiento.
- Ley Orgánica del Estado de 1966: aportó novedades institucionales como la separación de Jefe del Estado y Presidente del Gobierno.
También se dieron tímidas medidas de apertura política como la Ley de Prensa e Imprenta de 1966, impulsada por el Ministro de Información y Turismo, Fraga Iribarne.
Franco nombró a Juan Carlos de Borbón, Príncipe de España, su sucesor en la Jefatura del Estado. Este hecho desató el enfrentamiento entre tecnócratas y los falangistas, que se oponían a la vuelta de la monarquía. El estallido del escándalo de corrupción Matesa, que afectaba a tecnócratas, agudizó el enfrentamiento entre ambas familias. Franco respondió formando un nuevo gobierno con tecnócratas, donde Carrero Blanco se convertía en el hombre fuerte. El régimen se debatía entre los aperturistas e inmovilistas, liderados por Carrero Blanco.
En política exterior, la petición de España de ingresar en la CEE fue rechazada. España también participó en el proceso de descolonización de África animado por la ONU. El Protectorado de Marruecos se independizó de España y de Francia, y se le cedió Ifni. Guinea Ecuatorial obtuvo la independencia.
3.2.4. La Agonía del Régimen (1973-1975)
Franco nombraba a Carrero Blanco Presidente del Gobierno, pero en diciembre un atentado de ETA acababa con su vida. El nuevo Presidente, Carlos Arias Navarro, de la línea inmovilista, tuvo que afrontar:
- Una crisis económica derivada de la crisis internacional del petróleo.
- Una crisis política por la división entre inmovilistas y aperturistas dentro del régimen, por el aumento de la oposición política interna y por las protestas a nivel internacional por la ejecución de 5 miembros de ETA y del FRAP.
- Una crisis colonial en el Sáhara cuando el rey de Marruecos organizó la Marcha Verde de marroquíes hacia la frontera del Sáhara Español con el objetivo de forzar su anexión. El gobierno, eludiendo sus compromisos con los saharauis de realizar un referéndum, abandonó la colonia y firmó un acuerdo de repartición del Sáhara entre Marruecos y Mauritania.
El 20 de noviembre de 1975 fallecía el dictador y le sucedía Juan Carlos de Borbón, quien inició movimientos para una transición del régimen franquista hacia una democracia en un clima de incertidumbre respecto al futuro político del país.