El Paleolítico y el Neolítico
En la prehistoria se produjo una evolución del ser humano desde el primer homínido, el homo antecessor, que apareció hace 800.000 años, hasta el actual homo sapiens. En el paleolítico los homínidos eran cazadores recolectores, lo que los hizo vivir como nómadas cerca de ríos o cuevas para extraer los productos de las distintas zonas. Las herramientas que utilizaban para ello las fabricaban con piedra mediante el método de tallado. Estas fueron adquiriendo menor tamaño, más detalle y más versatilidad a lo largo del tiempo. Su pensamiento abstracto se reflejaba en los enterramientos que hacían y en sus manifestaciones artísticas. El arte, de significado místico, se basó en la representación de animales de forma detallada y monocromática en las paredes de las cuevas (arte parietal) o en huesos y rocas (arte mobiliar). El neolítico comenzó en el 5000 a.C. cuando el clima se volvió más cálido, permitiendo el desarrollo de la agricultura. Esto provocó la sedentarización de los homínidos y la aparición de los primeros poblados en el mediterráneo, además de la primera división social en función de las tareas de cada persona. Las herramientas pasaron a hacerse mediante pulido, lo que permitió crear instrumentos más precisos para facilitar las tareas de la agricultura. El uso de la cerámica permitió almacenar trabajo y cocinar alimentos.
Los pueblos prerromanos y las colonizaciones de los pueblos del Mediterráneo
Las civilizaciones del mediterráneo llevaron su conocimiento a la Península para aculturar a la población. Los Fenicios (S.IX a.C.) y más tarde los Cartagineses (S.IV a.C.) llegaron a la península con fines comerciales. Establecieron factorías y enclaves por el sureste peninsular para explotar los recursos del terreno y expandir sus rutas comerciales. En el S.VI a.C. llegaron los Griegos al noreste peninsular debido al esplendor de la civilización y el aumento demográfico de su población. Estos construyeron ciudades-estado para acogerla y aprovechar a su vez los recursos del territorio. Estas civilizaciones hicieron numerosas aportaciones como el torno alfarero, las salinas o el trío del mediterráneo (cereal, vid y olivo). Los primeros pueblos fueron los Tartessos, una civilización arcaica y poco desarrollada. Participaron del comercio fenicio intercambiando productos que extraían de la pesca, minería y agricultura por productos artesanales (Tesoro de El Carambolo). En el S.V a.C. se terminaron sus recursos, produciendo su fragmentación. Más tarde surgieron los Íberos, pueblos de la zona costera mediterránea que fueron muy influenciados por los colonizadores. Se organizaban monárquicamente y tenían una cultura homogénea. Practicaban principalmente la agricultura y sus manifestaciones artísticas se basaban en la escultura (Dama de Elche). Los Celtas y Celtíberos por su parte no tuvieron tanta influencia mediterránea. Se organizaban en pequeñas tribus de culturas heterogéneas y practicaban principalmente la ganadería. Al igual que los Íberos, estos comenzaron a producir herramientas con metales. Con la llegada de los Romanos y la derrota de los Cartagineses se producirá una nueva aculturación de la península.