La Constitución de 1837
Esta constitución admitía la soberanía nacional, aunque otorgaba a la Corona un papel mucho mayor que la de 1812. El monarca podía vetar de forma definitiva las leyes que no considerase aceptables. Se mantenía la división de poderes establecida en la Constitución de Cádiz.
Poderes de las Cortes
En la práctica se instituía un régimen de soberanía compartida, ya que afirmaba que la potestad de hacer las leyes descansaba en las Cortes con el rey.
Composición de las Cortes
Eran bicamerales:
- Una cámara alta o Senado formada por grandes propietarios; la mitad de sus miembros era nombrada por el monarca, y la otra mitad elegida por los votantes mediante sufragio censitario.
- Una cámara baja o Congreso de los Diputados, cuyos miembros eran elegidos por sufragio directo y censitario.
La Regencia de Espartero
El general Espartero desplazó a la reina María Cristina como regente y respaldó a los progresistas. Se impuso un régimen de liberalismo autoritario apoyado en el ejército, y en su grupo de fieles, los Ayacuchos. El caudillismo militar y el carácter autoritario de este gobierno suscitó la oposición de numerosos políticos progresistas que habían colaborado con Espartero. Este adquirió tal poder que suscitó la aparición de rivales dentro del ejército.
Los gobiernos de Espartero retomaron las leyes de Mendizábal que no habían podido aplicarse, como la desamortización de los bienes del clero secular (desde 1841). Estas medidas suscitaron una fuerte oposición de la Iglesia y del Papado.
Espartero intentó firmar un acuerdo de libre comercio con el Reino Unido, lo que le creó dos enemistades: la de Francia, donde se había refugiado la reina María Cristina y muchos militares moderados; y la de la industria textil catalana, que reivindicaban un mayor proteccionismo de sus productos y la imposición de altos aranceles aduaneros que obstaculizaran la importación de tejidos británicos. Tanto los obreros como los patronos de Cataluña se enfrentaron abiertamente al gobierno en una revuelta urbana, que tuvo lugar en Barcelona (1842). Espartero sitió y bombardeó la ciudad en diciembre de ese mismo año, actuación que le restó popularidad. Finalmente, todos los elementos de oposición convergieron en una insurrección general, civil y militar, que tuvo lugar entre los meses de mayo y julio de 1843. Espartero se exilió en el Reino Unido, aunque mantuvo su prestigio entre las clases populares durante el resto del siglo.
La Mayoría de Edad de Isabel II (1843-1868)
Durante la mayoría de edad de Isabel II se procedió a la auténtica construcción del nuevo estado liberal. A diferencia de lo ocurrido en la época de las regencias, el protagonismo correspondió a los moderados, que gobernaron durante casi toda la etapa.
La Década Moderada (1844-1854)
En 1844, a los pocos meses de la declaración de la mayoría de edad de la reina, formó gobierno el general Narváez, líder de los moderados y protagonista de la década.
Estabilidad Política
Narváez estableció un sistema político estable pero oligárquico. El pueblo estaba apenas representado, primaba el orden sobre la libertad. Se extendió la corrupción administrativa y se marginó a los progresistas. Esta versión restringida, conservadora y antidemocrática del liberalismo se conoce como liberalismo doctrinario y tuvo muchos defensores en toda Europa.
La Constitución de 1845
Los gobiernos moderados promovieron la promulgación de una nueva ley fundamental, la Constitución de 1845, que reforzó los elementos conservadores que ya tenía la de 1837.
Contenido
- Establecimiento del catolicismo como religión oficial del Estado.
- Limitación de la libertad de imprenta.
Poderes de las Cortes
Soberanía compartida entre las Cortes y el rey.
Composición de las Cortes
Dos cámaras:
- Un Senado formado por un número ilimitado de miembros vitalicios de designación real, en su mayoría aristócratas.
- Un Congreso de Diputados elegido por sufragio censitario muy restringido.
La Centralización Administrativa y Legislativa
Se adoptaron medidas para controlar, desde el gobierno, la administración provincial y local. En las provincias se creó el cargo de gobernador civil, que era el líder de los moderados en la zona. El gobierno nombraba a los alcaldes de las ciudades más importantes. Se suprimió la Milicia Nacional y en su lugar se creó la Guardia Civil (1844), un cuerpo militar encargado del orden público y de la defensa del Estado.
Otras reformas para crear un estado nacional centralizado fueron la adopción de un solo sistema de pesos y medidas, la regulación para todo el país de la educación pública y un nuevo Código Penal (1848). El Código Civil (1851) se quedó en proyecto y no se aprobó hasta finales de siglo.
El Acercamiento a la Iglesia Católica
Los moderados suspendieron la venta de bienes nacionales, las propiedades del clero que habían sido desamortizadas. Se firmó un Concordato (1851), por el cual el Estado se comprometía a reservar una parte de su presupuesto (dotación del culto y clero) para hacer frente a los gastos eclesiásticos.
El Fin de la Década Moderada
El autoritarismo de los gobiernos moderados fue incrementándose: a la oposición de los carlistas y de los progresistas se unió el sector izquierdista de los moderados (los llamados puritanos), más respetuoso con las leyes. Se sumó el nuevo Partido Demócrata (1849), cuyos miembros reivindicaban un liberalismo democrático basado en el sufragio general masculino, las Cortes unicamerales, la libertad religiosa y de asociación sindical, la reforma de los consumos, la instrucción primaria gratuita y la intervención del Estado en las relaciones laborales.
La Reforma de la Hacienda
Alejandro Mon y Ramón Santillán, llevaron a cabo la reforma más importante realizada en España hasta finales del siglo XIX mediante la Ley Mon-Santillán (1845). Con esta reforma, la Hacienda se modernizó, simplificando y racionalizando los impuestos existentes y adaptándolos al nuevo estado liberal: se realizó un presupuesto estatal general anual y se potenciaron los impuestos indirectos.
El Bienio Progresista (1854-1856)
La revolución más importante de este periodo fue la de 1854, provocada por un pronunciamiento organizado por los moderados de izquierda y protagonizado por las tropas del general O’Donnell, cuyo propósito era derribar al gobierno. La sublevación se inició en Vicálvaro. Surgió el Manifiesto de Manzanares el 7 de julio. La proclama surtió efecto y la sublevación comenzó a extenderse por las grandes ciudades, donde se formaron Juntas revolucionarias. Este documento solicitaba la reforma de la ley electoral y de imprenta, la descentralización del poder estatal y el restablecimiento de la Milicia Nacional. El episodio decisivo lo protagonizaron las clases populares, que levantaron barricadas en Madrid (17-19 de julio de 1854). Tras estos sucesos, Isabel II encargó al general Espartero la formación de un nuevo gobierno; O’Donnell se mantuvo como líder del ala izquierda de los moderados o vicalvaristas. El régimen de Espartero se basó en una fórmula inestable y breve que logró detener las reivindicaciones democráticas y populares de la revolución de julio.
Las Reformas Progresistas
- Restauración de leyes e instituciones: recuperadas de la década de 1830, Ley de Imprenta, Ley Electoral, instituciones de gobierno local y Milicia Nacional.
- Elaboración de un proyecto de Constitución (1856): fue llamada non nata porque no llegó a promulgarse. Era similar a la de 1837, afirmaba la soberanía nacional y ampliaba la lista de derechos individuales.
- Culminación del proceso desamortizador (1855): fue promovido por el ministro de Hacienda, Pascual Madoz, y afectó a las tierras y bienes de los municipios y del Estado. Se procedió a subastar todos los bienes raíces que no perteneciesen a individuos privados.
- Reordenación económica: se trataba de consolidar un mercado de ámbito nacional e impulsar el crecimiento con la aprobación de normas como la Ley de Concesiones Ferroviarias (1855) y las Leyes Bancarias de 1856.
El Final del Bienio
Estallaron conflictos sociales en diversas industrias; fueron huelgas organizadas por sociedades obreras en Barcelona y su entorno. Todas ellas culminaron en la huelga general de julio de 1855. A este conflicto se unieron motines de subsistencia que fueron reprimidos. Como consecuencia se produjo una crisis en el gobierno; el general O’Donnell fue el encargado de acabar con la resistencia armada de la Milicia Nacional que apoyaba a los motines.
La Alternancia entre los Moderados y la Unión Liberal (1856-1868)
La principal preocupación fue restaurar el orden; se produjo la alternancia en el gobierno de los moderados y la Unión Liberal. Los moderados estaban dirigidos por Narváez. La Unión Liberal era un nuevo partido creado y liderado por O’Donnell. La etapa presentó los siguientes rasgos: