El Sistema Canovista: La Restauración Borbónica en España (1875-1923)

El Régimen de la Restauración: El Sistema Canovista

Introducción

La Restauración borbónica constituye un largo periodo en el que se distinguen dos fases: la primera (1875-1902), que comprende el reinado de Alfonso XII y la regencia de María Cristina de Habsburgo, mientras que la segunda fase (1902-1923) comprende el reinado de Alfonso XIII. El impulsor del nuevo sistema político fue Antonio Cánovas del Castillo, por lo que también se denomina a este periodo Sistema Canovista.

Desarrollo

El pronunciamiento del general Martínez Campos en Sagunto puso fin al gobierno de Serrano. Esto supuso la restauración de la monarquía en la persona de Alfonso XII (1875-1885), hijo de Isabel II, quien en diciembre de 1874 firmó el Manifiesto de Sandhurst, un documento que exponía el programa de la nueva monarquía: conservadora y católica, pero que a la vez garantizaba el funcionamiento del sistema político liberal, presentada como constitucional y democrática. Cánovas del Castillo asumió la regencia hasta que el rey llegó a España en enero de 1875.

Las Bases del Sistema

La pacificación militar, la Constitución de 1876 y el bipartidismo constituyen las bases fundamentales del sistema canovista, un sistema parlamentario liberal, pero escasamente democrático y de carácter conservador.

La Pacificación Militar

La estabilidad del régimen se vio favorecida por el fin de las guerras carlistas y cubana. Consecuencia inmediata de la derrota carlista fue la abolición del régimen foral. No obstante, se concedió cierto grado de autonomía fiscal, en virtud de la cual las provincias vascas y Navarra pagarían anualmente a la Administración una determinada cantidad recaudada por las diputaciones. El final de la guerra carlista permitió enviar tropas a Cuba, donde en 1878, con la Paz de Zanjón, que incluía la abolición de la esclavitud, se ponía fin a la Guerra de los Diez Años. De la misma manera, el protagonismo militar desaparece de la vida política. Los militares se retiran a sus cuarteles y serán los caciques quienes adquieran la importancia.

La Constitución de 1876

La Constitución de 1876, cuyo inspirador fue Cánovas del Castillo, es la más longeva de la historia española, vigente entre 1876 y 1931. Es conservadora, ecléctica y contribuyó a conseguir estabilidad política.
Se caracteriza por tener la soberanía compartida entre las Cortes, bicamerales, y la Corona. El congreso era elegido sin especificar el tipo de sufragio y en el Senado estaban representadas las clases poderosas del país. La Corona asumía el poder ejecutivo, designando ministros; y el poder legislativo, que lo compartía con las Cortes.
La Constitución plasmaba un reconocimiento teórico de derechos y libertades, pero en la práctica quedaron restringidos. Además se proclamaba la confesionalidad católica del Estado.

El Bipartidismo

Antonio Cánovas del Castillo estableció un sistema político con dos grandes partidos que se turnaban en el poder, constituyendo lo que se conoce como turno pacífico. Estos partidos fueron el Partido Conservador y el Partido Liberal. Ambos defendían la monarquía, la constitución, la propiedad privada y la consolidación del Estado liberal, unitario y centralista. Si un partido perdía la unidad interna mientras estaba en el gobierno el rey podía quitarle su confianza y llamar a la oposición para que formara un nuevo gobierno y convocar elecciones, mediante lo que se conocía como “decreto de disolución”.

  • El Partido Liberal Conservador. Su líder era Antonio Cánovas del Castillo y su base social era la alta burguesía, la aristocracia, el ejército, los terratenientes y los altos funcionarios. Se inclinaban hacia el inmovilismo político y a la defensa de la Iglesia, el orden social y a la represión. Preferían un sufragio censitario, establecer pocas libertades y derechos y mantener el tradicionalismo.
  • El Partido Liberal Fusionista surgió más tarde. Accedió al poder en 1881 bajo la dirección de Práxedes Mateo Sagasta. Su programa era desarrollar los derechos de la Constitución de 1869 y su base social era la burguesía media, comerciantes industriales y capas medias urbanas. Preferían el sufragio universal, establecer más libertades y un Estado menos clerical.

Funcionamiento del Sistema

El sistema era en realidad una farsa basada en el turno de partidos, el caciquismo y el fraude electoral.

El Turno de Partidos

Ambos partidos llegaron a un acuerdo tras la muerte de Alfonso XII en 1885, el Pacto del Pardo, para repartirse el poder y alternarse en el gobierno. Los objetivos eran evitar que ninguno de los partidos quedara excluido del poder y asegurar la estabilidad del sistema. Los dos partidos se relevaron en el poder de manera pacífica y se concedían mutuamente plazos de gobierno. Cuando un partido consideraba que le había llegado el momento de gobernar o de pasar a la oposición, lo pactaba con el otro partido y con el rey. El rey mandaba formar gobierno al partido nuevo, disolvía las Cortes y convocaba nuevas elecciones que, manipuladas, proporcionaban la mayoría necesaria al partido que quería gobernar. El partido conservador acaparó el poder en los primeros años del régimen, desde 1875 a 1881, y los aprovechó para consolidar el sistema canovista. La ley electoral de 1877 impuso el sufragio censitario. A partir de 1881, con el primer gobierno del partido liberal, comenzó a funcionar el turno de partidos entre Cánovas y Sagasta. El partido tomó entonces medidas como la Ley de Asociaciones o el restablecimiento del sufragio universal. Se mantuvieron en el poder hasta 1884, cuando volvió el Partido Conservador, para cederlo otra vez en 1885 al Partido Liberal. Entonces se inició el gobierno largo, tras morir Alfonso XII, hasta 1890. En la última década del siglo, bajo la regencia de María Cristina de Habsburgo, las diferencias entre ambos partidos apenas eran ya perceptibles. Tras la muerte de Cánovas del Castillo en 1897, el sistema comenzó a agotarse. En 1902 sube al trono Alfonso XIII.

Caciquismo y Fraude Electoral

Para controlar las votaciones y asegurar los resultados eran imprescindibles los caciques, que eran grandes terratenientes, industriales o comerciantes que aprovechaban su posición jerárquica, extendiendo la corrupción a todos los niveles. El fraude electoral se organizaba bajo la coordinación del ministro de la gobernación. Desde Madrid, los oligarcas transmitían las instrucciones a los gobernadores civiles de cada provincia, que elaboraban una lista de los candidatos que habían de salir en cada localidad (encasillado), y se lo comunicaban a los caciques, quienes se encargaban de la manipulación directa con procedimientos como el pucherazo.

El Desastre del 98

Cuba, Puerto Rico y Filipinas se mantenían bajo soberanía española a finales del siglo. El interés de EEUU por las islas y la explosión del acorazado Maine provocó la declaración de la guerra a España, saliendo EEUU victoriosa. Por el Tratado de París, España reconocía la independencia de Cuba y cedía Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam a Estados Unidos a cambio de 20 millones de dólares. Al no tener flota, España vendió en 1899 al imperio alemán las islas Carolinas, las Marianas y las Palaos. Los problemas que generó marcaron la política del primer tercio del siglo XX en España.

Conclusión

La Restauración borbónica fue uno de los periodos más largos y estables de la historia de España. El sistema canovista fue resultado de los esfuerzos de Antonio Cánovas del Castillo, quien diseñó un marco político liberal y parlamentario, aunque no democrático, en el que alternaron en el poder el partido Conservador y el Liberal.

ervador y el Liberal.

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