Sublevación militar y estallido de la guerra
Los sublevados en julio del 36 justificaron su insurrección por un motivo básico: salvar a España de una dictadura comunista. Aunque en esa época el PC español solo contaba con 14 diputados y seguía las órdenes de Moscú que apoyaba a los gobiernos democráticos para frenar la expansión fascista.
En los primeros días de marzo del 36 comenzaron a tramarse varias conspiraciones a la vez, de manera paralela y confusa. Participaban diversos generales carlistas, Falange y monárquicos de Renovación Española. La red golpista más importante fue la del General Mola que defendía un golpe de estado rápido y con el grado de violencia necesario para triunfar en pocos días.
La sublevación militar se inició en Melilla el 17 de julio de 1936 bajo la dirección de Franco. El 18 de julio se alzó en Sevilla el general Gonzalo Queipo de Llano y durante la noche del 18 al 19 el general Mola y otros jefes militares declararon el estado de guerra en España.
Inicialmente la insurrección no tuvo éxito en todo el país y el 20 de julio el país quedó dividido. Los insurrectos triunfaron en el protectorado de Marruecos, Canarias, Sevilla, Ibiza, Galicia, Oviedo, Álava, Castilla y León, Zaragoza y Navarra.
El resto del país y las ciudades más importantes se mantenían fieles a la República. Dos Españas enfrentadas quedan en el mapa:
- La España legítima, republicana, en la que se concentraba prácticamente toda la industria e importantes zonas agrícolas. La España republicana tuvo que hacer frente a dos conflictos: la contienda bélica y una revolución social interna, que se desencadenó de forma violenta a raíz de la sublevación. El gobierno disolvió el ejército de tierra y lo sustituyó por milicias.
- La España sublevada que se llamó a sí misma nacional que disponía de la mayor zona agrícola y ganadera, lo que provocó problemas de abastecimiento en el bando republicano. La España sublevada poseía el ejército que se impuso a las demás fuerzas
Empezaba así una guerra civil no planeada por los insurrectos y caracterizada por la violencia política. La población quedó situada forzosamente en un bando u otro sin poder elegir su adscripción ideológica.
Desarrollo de la Guerra Civil
Los primeros meses de 1936 (julio a diciembre): La batalla de Madrid
En el comienzo de la guerra una gran cantidad de ciudadanos tomaron las armas. El ejército se dividió en dos partes. Con la República permanecieron la mitad de los generales y guardia civil, la mayor parte de la armada y dos terceras partes de los carabineros y guardias de asalto además de las milicias (200.000) combatientes.
Los sublevados contaban con los contingentes provenientes de África, los mejor preparados, generales con experiencia y tenían el apoyo de Mussolini y el gobierno nazi que les proporcionaba munición, armamento y aviones.
El primer objetivo militar de los insurrectos era Madrid para lo que los sublevados del norte enviaron columnas desde Pamplona (Mola) y el general Franco avanzó desde el sur con las tropas africanas ocupando Córdoba, Sevilla y Granada. Las legiones superaron con facilidad a las milicias. Finalmente enlazaron con el ejército del norte. En Madrid se encontraron con una defensa organizada y combativa (La Batalla de Madrid). Se acuñó el lema “no pasarán”. El gobierno de la república se trasladó a Valencia por motivos de seguridad.
Mola conquistó Irún y San Sebastián y las tropas de Galicia ocuparon Oviedo. La esperanza de los rebeldes se rompió con la defensa de Madrid quedando una contienda militar de desgaste, no pudo ser tomada. La estabilización del frente llevó a los combatientes a buscar la ayuda extranjera para romper el punto muerto. Los sublevados confirmaron los envíos de Hitler y Mussolini y la república recibía en París armamento que completaba el anticuado suministrado por la Unión Soviética.
En el bando franquista la dirección militar fue estricta y a finales de noviembre todas las organizaciones estaban completamente militarizadas y encuadradas en unidades regulares. En octubre de 1936 se nombra a Franco Jefe de Estado y Generalísimo.
En el bando republicano el germen del nuevo ejército fue el Quinto Regimiento, unidad formada tras la toma del Cuartel de la Montaña. El eje del nuevo ejército popular contaba con un Estado Mayor dirigido por Enrique Castro y Enrique Líster sucesivamente
De la batalla del Jarama a la batalla del Ebro (enero de 1937-fines del 38)
Málaga y otras ciudades andaluzas cayeron a principios de 1937. Los insurrectos intentaron de nuevo conquistar Madrid por el valle del río Jarama y por el norte pero fueron derrotados. Ante la imposibilidad de conquistar Madrid, Franco decidió atacar el resto de la Andalucía republicana y terminar con las resistencias en Asturias y el País Vasco.
El 31 de octubre el gobierno de la república se traslada a Barcelona. En diciembre de 1937 las tropas republicanas lanzaron una ofensiva contra Teruel, ocupada en enero del 38 y recuperada en febrero por los franquistas. En abril del 38, Franco ocupó Lérida y derogó el estatuto de Cataluña y consiguió dividir la república en dos zonas tras la conquista de Vinaroz (Castellón)
El ejército republicano reorganizado por el general Rojo preparó una ofensiva en el Ebro para volver a unir el territorio de la República. Franco consiguió romper el frente republicano y tuvo libre acceso a Cataluña. En ese momento el destino de la guerra estaba decidido
Ocupación de Cataluña, caída de Madrid y rendición final
El 23 de diciembre de 1938, Franco dio la orden de iniciar una ofensiva final contra Cataluña. Ocupó Barcelona y Tarragona en enero y en febrero entró en Gerona. El 9 de febrero llegaba a la frontera francesa. El gobierno republicano, el vasco y el catalán pasaban la frontera junto con miles de personas que huían. El 28 de febrero del 39, Manuel Azaña dimite como presidente de la República. El 28 de marzo las tropas de Franco ocupan Madrid. Las otras ciudades republicanas Jaén, Ciudad Real, Albacete, Valencia y Murcia se entregaron sin resistencia. El 1 de abril de 1939 la guerra había acabado.