La Sublevación Militar y el Desarrollo de la Guerra Civil Española (1936-1939)
Introducción
La victoria del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936 agudizó las tensiones políticas en España. Un sector del ejército, opuesto a las reformas republicanas, comenzó a conspirar para derrocar al gobierno. El clima de violencia y polarización política entre las fuerzas de izquierda y derecha culminó en un golpe de Estado el 17 de julio de 1936. El fracaso del golpe desencadenó la Guerra Civil Española, un conflicto que se prolongó durante tres años y se convirtió en un trágico preludio de la Segunda Guerra Mundial.
Causas de la Guerra
Las causas de la Guerra Civil Española son complejas y se pueden dividir en dos categorías principales: externas e internas.
Causas Externas:
- Crisis de la democracia liberal en Europa y el auge de los totalitarismos (fascismo, nazismo, comunismo).
- Influencia de ideologías extremistas en España: fascismo (Falange Española), autoritarismo (Bloque Nacional, CEDA), comunismo (PCE), anarquismo (CNT, FAI).
Causas Internas:
- Profunda polarización social y económica.
- Oposición de las élites tradicionales (Iglesia, terratenientes, ejército) a las reformas republicanas (reforma agraria, secularización del Estado).
- Radicalización política y violencia social (Revolución de Asturias de 1934, asesinato de Calvo Sotelo).
La Sublevación Militar
La sublevación militar, planeada por un grupo de generales liderados por Emilio Mola, comenzó el 17 de julio de 1936 en el Protectorado Español de Marruecos. El objetivo era un golpe rápido y decisivo, pero la resistencia del gobierno republicano y la movilización popular frustraron sus planes. El país quedó dividido en dos bandos: el republicano, fiel al gobierno legítimo, y el sublevado, conocido como bando nacional.
Francisco Franco, inicialmente al margen de la conspiración, se unió al golpe desde Canarias. La muerte accidental del general Sanjurjo, designado para liderar el golpe, dejó a Franco en una posición privilegiada. El 1 de octubre de 1936, Franco fue proclamado Jefe de Estado y Generalísimo de los Ejércitos del bando nacional.
Desarrollo de la Guerra Civil
La Guerra Civil Española se puede dividir en tres fases principales:
Fase Inicial (Julio de 1936 – Marzo de 1937):
- Avance rápido del bando nacional desde el sur hacia Madrid.
- Resistencia republicana en Madrid y fracaso del asedio.
- Formación del Ejército Popular Republicano y del Ejército de Franco.
Estabilización del Frente y Ofensivas Nacionales (Abril de 1937 – Noviembre de 1938):
- Campaña del Norte: conquista del País Vasco y Asturias por el bando nacional.
- Bombardeo de Guernica (abril de 1937).
- Batalla de Teruel (diciembre de 1937 – febrero de 1938).
- Ofensiva del bando nacional en Aragón y división de la zona republicana.
- Batalla del Ebro (julio – noviembre de 1938): última gran ofensiva republicana.
Ofensiva Final y Victoria Franquista (Diciembre de 1938 – Abril de 1939):
- Ofensiva del bando nacional sobre Cataluña: caída de Barcelona (enero de 1939).
- Golpe de Estado del coronel Casado en Madrid y fin de la resistencia republicana.
- Entrada de las tropas franquistas en Madrid (28 de marzo de 1939).
- Fin de la Guerra Civil Española (1 de abril de 1939).
Internacionalización de la Contienda
La Guerra Civil Española trascendió las fronteras nacionales y se convirtió en un escenario de la lucha ideológica entre el fascismo y la democracia. La intervención extranjera jugó un papel decisivo en el desarrollo del conflicto.
Apoyo al Bando Nacional:
- Alemania nazi: apoyo militar y económico, Legión Cóndor.
- Italia fascista: tropas, material bélico.
- Portugal: apoyo logístico y militar.
Apoyo a la República:
- Unión Soviética: armamento, ayuda económica, asesores militares.
- México: apoyo diplomático, ayuda humanitaria, armamento.
- Brigadas Internacionales: voluntarios antifascistas de más de 50 países.
No Intervención y Política de Apaciguamiento:
- Sociedad de Naciones: ineficaz en la resolución del conflicto.
- Estados Unidos: política de no intervención, aunque algunas empresas suministraron material al bando nacional.
- Gran Bretaña y Francia: política de apaciguamiento hacia Alemania e Italia, lo que favoreció al bando nacional.
La Guerra Civil: Evolución Política en las Dos Zonas
Introducción
La Guerra Civil Española no solo fue un enfrentamiento militar, sino también una lucha ideológica y política que transformó profundamente la sociedad española. En ambos bandos se produjeron cambios políticos significativos, marcados por la represión, la violencia y la polarización ideológica.
La Evolución Política en el Bando Republicano
El bando republicano, a pesar de su defensa de la legalidad democrática, experimentó un proceso de revolución social en sus zonas controladas. La desintegración del Estado, la radicalización política y la violencia revolucionaria marcaron los primeros meses de la guerra.
Revolución Social y Violencia:
- Colectivizaciones de tierras e industrias.
- Poder popular ejercido por comités obreros y milicias.
- Represión contra sectores considerados enemigos de la República (Iglesia, derechas).
- Episodios de violencia incontrolada (Paracuellos del Jarama, Torrejón de Ardoz).
Gobiernos Republicanos:
- José Giral (julio – septiembre de 1936): entrega de armas al pueblo, inicio de la revolución social.
- Largo Caballero (septiembre de 1936 – mayo de 1937): formación del Ejército Popular, intentos de controlar la revolución social, enfrentamientos con anarquistas y el POUM.
- Juan Negrín (mayo de 1937 – marzo de 1939): centralización del poder, resistencia a ultranza, intentos de internacionalizar el conflicto.
Ascenso del PCE:
El Partido Comunista de España (PCE), a pesar de su minoría parlamentaria, aumentó su influencia durante la guerra. Su defensa de la República democrática, su disciplina interna y el apoyo de la Unión Soviética le permitieron ganar protagonismo en el Ejército Popular y en el gobierno.
La Evolución Política del Bando Sublevado
La evolución en la España sublevada durante la Guerra Civil Española se caracterizó por el establecimiento de un poder dictatorial que priorizaba la represión para ganar la guerra y promover la contrarrevolución.
Tras el fracaso parcial del golpe de Estado, el ejército se convirtió en el pilar fundamental del nuevo Estado. La muerte de Sanjurjo llevó a la prominencia de Franco, quien lideró la Junta de Defensa Nacional en Burgos. Franco consolidó su poder al ser nombrado Jefe de todos los ejércitos y Jefe del Gobierno del Estado en octubre de 1936.
Bajo el gobierno de Franco, se estableció un nuevo Estado de inspiración fascista, que abolió las reformas republicanas y promulgó leyes represivas. Se creó el Movimiento Falange Española Tradicionalista de las JONS como partido único, con Franco como su líder. Los falangistas y carlistas fueron subordinados al mando militar y político de Franco.
La Iglesia apoyó activamente la sublevación, definiendo la guerra como una «cruzada por Dios y por España». Franco fue glorificado como un líder providencial, y su régimen fue considerado una dictadura bajo la protección divina.
La represión en la España sublevada fue implacable y sistemática, dirigida principalmente contra las organizaciones vinculadas al Frente Popular. Miles de personas fueron encarceladas, torturadas y ejecutadas sin juicio justo, en un esfuerzo por eliminar físicamente a los enemigos políticos e ideológicos.
A diferencia de la zona republicana, donde la violencia revolucionaria disminuyó a finales de 1936, la represión en la España sublevada continuó de manera organizada y sistemática, con leyes retroactivas como la Ley de Responsabilidades Políticas de 1939 y el mantenimiento del estado de guerra hasta 1949.
CONSECUENCIAS
La Guerra Civil Española dejó un saldo humano devastador, con estimaciones que oscilan entre 400.000 y 500.000 muertos en total, de los cuales aproximadamente 160.000 murieron en combate y 180.000 fueron víctimas de la represión, siendo alrededor de 130.000 en la zona sublevada y 50.000 en la zona republicana. Sin embargo, estas cifras son difíciles de precisar debido a las constantes investigaciones sobre la represión, que indican que estas estimaciones no son definitivas.
El régimen de Franco convirtió a España en una «inmensa prisión», con un sistema de campos de concentración, trabajos forzados y cárceles abarrotadas. La represión se extendió a través de la purga y expulsión de la Administración y de profesiones específicas, como los maestros. Además, muchos españoles se vieron obligados a exiliarse a Francia, México y otros países, enfrentando dificultades adicionales durante la Segunda Guerra Mundial, como ser internados en campos de concentración alemanes.
Económicamente, la guerra devastó la infraestructura industrial y urbana del país, con numerosas ciudades arrasadas y una disminución significativa en la producción agrícola e industrial. La guerra también generó un enorme endeudamiento y la pérdida del oro del Banco de España. Los principales beneficiarios fueron los terratenientes, el ejército y la Iglesia, que se convirtieron en los grupos dominantes de la sociedad franquista.
La guerra dejó una marca indeleble en varias generaciones, con un clima de revancha, persecución y la imposición de una escala de valores unilaterales por parte de los vencedores, lo que prolongó la división y el enfrentamiento entre los españoles durante muchos años. Culturalmente, la guerra supuso la pérdida de numerosos intelectuales, muchos de los cuales tuvieron que exiliarse o fueron víctimas de la represión, incluyendo a figuras destacadas como Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Federico García Lorca y Miguel Hernández.