El bienio conservador (1933-1935)
El 18 de noviembre se celebraron las elecciones en medio de una gran tensión social. Las fuerzas de izquierda se presentaron divididas, a diferencia de lo ocurrido en las elecciones de 1931, mientras que la derecha se había agrupado alrededor de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), encabezada por José María Gil Robles. Los resultados castigaron a la coalición de gobierno y pusieron ante el espejo de las dificultades a sus principales figuras. El partido socialista entró en una fuerte crisis de identidad y abrazó el activismo insurreccional. Los partidos republicanos se alejaron del centro del debate público y cedieron el espacio a las fuerzas conservadoras, ahora mejor organizadas. Comenzaba el conocido como Bienio Conservador o Bienio de Derechas.
Las dos grandes fuerzas vencedoras de las elecciones fueron la CEDA y el Partido Radical. Alejandro Lerroux se convirtió en presidente del Gobierno con el apoyo parlamentario de la CEDA, que no formaría parte del mismo en un principio ante la desconfianza que suscitaba entre las izquierdas y el propio presidente Alcalá-Zamora, que fue reacio a su participación. El nuevo gobierno tuvo un talante fundamentalmente contrarreformista:
- Se paralizó la reforma agraria.
- Se concedió la amnistía a los participantes en la Sanjurjada.
- Se frenó el proceso autonómico.
- Se aprobó un presupuesto de culto y clero.
Ante el giro contrarreformista del gobierno radical-cedista las izquierdas, especialmente obreristas, acentuaron su radicalización, apostando por una vía revolucionaria. De hecho, en octubre de 1934, después del anuncio de la entrada de la CEDA en el gobierno, los socialistas ponen en marcha la “revolución social” convocando una huelga general revolucionaria. La huelga sólo triunfó en Asturias, donde los mineros armados se alzaron contra el gobierno y pusieron en jaque al Estado. Paralelamente, en Cataluña, Lluís Companys proclama el Estat Catalá dentro de la República española.
El gobierno declaró el estado de guerra y utilizó al ejército para sofocar ambas insurrecciones. Especialmente violento fue el caso de Asturias donde se produjeron casi 2000 muertes en los combates entre mineros y soldados comandados por el general Francisco Franco. Después siguió el encarcelamiento de hasta 30.000 personas acusadas de participar en los levantamientos. El clima sociopolítico del país, después de los sucesos del 34, era de extrema tensión.
En 1935 el gobierno de coalición se vio progresivamente debilitado por la cada vez más fuerte oposición a su programa contrarreformista, a lo que se le sumó la aparición de unos escándalos de corrupción que acabaron salpicándolo. Así las cosas, Alcalá Zamora convocó elecciones anticipadas para abril de 1936.
El gobierno del Frente Popular
Las elecciones del 16 de febrero de 1936 se celebraron en un ambiente de fuerte polarización social. Fueron las elecciones con mayor participación (72,9%). Se formaron dos bloques antagónicos, uno de izquierdas y otro de derechas, que reflejaban la creciente división de la sociedad española.
Las fuerzas de izquierdas (republicanos, socialistas y comunistas) integraron el Frente Popular, al estilo de las democracias europeas del entorno que ya habían practicado esta fórmula. Aunque la CNT no formó parte de la coalición, esta vez sí mostró su inclinación por el bloque de izquierdas. Las fuerzas de derechas se agruparon en torno a distintas coaliciones formadas por la CEDA, los monárquicos y los tradicionalistas (Bloque Nacional), incluyéndose en algunas provincias a miembros del Partido Radical y de la Lliga Catalana. Sin embargo, no logró articular una candidatura única para todo el país.
El resultado fue un reparto muy equilibrado de votos con una leve ventaja de las izquierdas (47,1%) sobre las derechas (45,6%), mientras el centro se limitó al 5,3%, pero como el sistema electoral primaba a los ganadores esto se tradujo en una holgada mayoría para la coalición del Frente Popular. Manuel Azaña se convertiría de nuevo en presidente de gobierno, solo formado, esta vez, por fuerzas republicanas. Intentó, entonces, recuperar el impulso reformista del primer bienio (amnistía, reforma agraria, estatutos de autonomía…) Pero en ambiente de creciente tensión sociopolítica dificulta enormemente las labores de gobierno.
De la misma forma que ya lo hiciera el PSOE de Largo Caballero durante el gobierno conservador, las fuerzas de derechas vieron radicalizadas sus posturas tras perder las elecciones de 1936. Tanto la CEDA como Falange Española, el partido fascista surgido en 1933, incrementaron su presión en la calle y apostaron por crear un clima de crispación social y política. La violencia callejera aumentó progresivamente al tiempo que lo hacían los grupos contrarios a la República. En la primavera de 1936, el general Emilio Mola comenzó a coordinar en secreto un pronunciamiento militar que debía llevarse a cabo de forma simultánea en todas las guarniciones posibles, incluyendo Madrid y Barcelona. El golpe de Estado, al que acabaría sumándose el general Francisco Franco, acabaría rompiendo la legalidad republicana y abriendo el dramático episodio de la Guerra Civil española.
El florecimiento cultural de la Segunda República
Para terminar, prestaremos atención a las realizaciones culturales durante la Segunda República en España, ya que hubo un florecimiento cultural notable en diversas áreas. Entre las realizaciones culturales destacadas se encuentran:
Literatura
- Surgieron importantes escritores y poetas como Federico García Lorca, Miguel de Unamuno, Antonio Machado, y Rafael Alberti.
- Se promovió la literatura de vanguardia y se crearon nuevas corrientes literarias.
Arte
- Se impulsó el arte moderno y se destacaron artistas como Salvador Dalí, Joan Miró y Pablo Picasso.
- Se fomentó la expresión artística libre y experimental.
Cine
- Se produjeron películas importantes que reflejaban los cambios sociales y políticos de la época, como “Las Hurdes, tierra sin pan” de Luis Buñuel.
Teatro
- Surgieron nuevos grupos teatrales y se llevaron a cabo experimentos en el ámbito teatral, destacando la labor de La Barraca, dirigida por Federico García Lorca, que llevaba el teatro a las zonas rurales.
Música
- Se vivió un período de renovación en la música española, con la incorporación de corrientes musicales vanguardistas y experimentales.
En resumen, la II República en España fue un período de efervescencia cultural donde se promovió la libertad de expresión y se incentivó la creatividad en todas las formas artísticas.
Las Misiones Pedagógicas
Por otra parte, durante la Segunda República en España, las Misiones Pedagógicas fueron un proyecto cultural y educativo muy significativo. Estas misiones tenían como objetivo llevar la cultura a las zonas rurales y alejadas del país, donde el acceso a la educación y la cultura era limitado.
Organizadas por el gobierno republicano, las Misiones Pedagógicas enviaban grupos de maestros, artistas, escritores y otros profesionales a pueblos y áreas rurales para ofrecer actividades culturales, conferencias, proyecciones de cine, representaciones teatrales, conciertos y bibliotecas ambulantes. El propósito era acercar la cultura, la educación y el arte a la población rural, promoviendo la alfabetización, el pensamiento crítico y el acceso a la información. Las Misiones Pedagógicas se convirtieron en un símbolo del compromiso republicano con la democratización cultural y la igualdad de oportunidades educativas.