La Restauración Borbónica (1874-1902): Consolidación y Crisis del Sistema Político Español

INTRODUCCIÓN

Este periodo abarca desde la caída de la I República hasta la proclamación de Alfonso XIII como rey en 1902. La restauración de la monarquía en la persona de Alfonso XII supone una estabilidad que durará hasta finales del siglo XIX, propiciada por la Constitución de 1876, el sistema bipartidista y una cierta prosperidad económica. Los grandes defectos del sistema fueron el fraude electoral y caciquismo, y la marginación de los partidos fuera del sistema. Surgen los primeros movimientos regionalistas y nacionalistas que aspiran a conseguir autonomía en un estado centralizado. El mayor defecto será la crisis del 98, año en el que se pierden las colonias. Se divide en tres periodos: Reinado de Alfonso XII (1874-1885), Regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena (1885-1902) y Reinado de Alfonso XIII (1902-1923).

DESARROLLO

FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA DE LA RESTAURACIÓN

1. El retorno de la dinastía borbónica

El gobierno de Serrano tenía un gran problema: el “partido alfonsino”, acaudillado por Cánovas del Castillo (conservador), que defendía la restauración de la monarquía constitucional en Alfonso XII. El 29 de diciembre de 1874 el general Campos se pronunciaba en Sagunto a favor de Alfonso XII, que llega a Barcelona el 9 de enero de 1875 con el apoyo de los burgueses catalanes y el ejército (desean orden, tranquilidad social y seguridad en sus bienes). Tras la muerte de su primera esposa, se casa con María Cristina de Habsburgo, que será la regente 17 años cuando Alfonso XII muera en 1885.

2. Las primeras medidas de Cánovas del Castillo y el fin de la guerra carlista y de Cuba

Hasta 1881, los conservadores dirigidos por Cánovas dominan la vida política, quienes buscaban asentar la monarquía borbónica, elaborar una Constitución y acabar con los pronunciamientos. Lo hizo mediante la reducción de libertades (expresión, reunión, etc.) y una vuelta al centralismo administrativo en Ayuntamientos y Diputaciones Provinciales. Por la ley electoral de 1878 se volvía al sufragio restringido o censitario. Durante esta etapa se logra poner fin a los conflictos bélicos legados por el Sexenio: la guerra carlista (por la abolición de los fueros vascos en 1876) y la guerra de Cuba (por la Paz de Zanjón de 1878).

3. La Constitución de 1876

Por decreto de 31 diciembre de 1875 se convocan elecciones a Cortes constituyentes, y la Constitución de 1876 fue aprobada en mayo con un alto grado de abstinencia en las cortes. Reúne la influencia de la Constitución moderada de 1845 (soberanía compartida) y la democrática de 1869 (reconoce derechos). Promulgan la libertad religiosa con un Estado confesional, unas Cortes bicamerales y mantienen el sufragio restringido.

4. El sistema político oficial (bipartidismo y turnismo) contra el sistema político real (caciquismo y fraude electoral)

La alternancia entre el partido conservador (Cánovas del Castillo) y el partido liberal (Práxedes Sagasta) se llevó a cabo mediante un sistema electoral corrupto y manipulador organizado por el Ministerio de la Gobernación, gobernadores civiles y alcaldes que garantizaban su elección mediante pucherazos (manipular las actas electorales, ejercer la compra de votos) y el cacique (que presionaba a los votantes con poder económico). El partido conservador tenía el apoyo de los conservadores y tradicionales mientras que el liberal reunía a progresistas, unionistas y ex republicanos moderados. Para el ejercicio del gobierno se contemplaba el turno pacífico o alternancia regular para garantizar la estabilidad. El monarca tenía un poder moderado: sustituía a un gobierno por otro, le otorgaba el decreto de disolución de la Cámara y el de convocatoria de elecciones.

LA OPOSICIÓN POLÍTICA AL RÉGIMEN DE LA RESTAURACIÓN

1. El carlismo

Tras la derrota de 1876, el político Cándido Nocedal representó los intereses dinásticos del pretendiente don Carlos (Carlos VII), que seguía siendo contrario al régimen liberal y estaba a favor de los valores religiosos, de la monarquía tradicional y de los fueros. En 1888, un grupo de carlistas se separó y formó el Partido Integrista, más católico.

2. El surgimiento de los nacionalismos periféricos

Son contrarios al centralismo defendido por el Estado liberal español.

  • Nacionalismo catalán (catalanismo): apareció un movimiento cultural llamado la Renaixença para recuperar la identidad catalana. Su primera formulación política vino con Valentí Almirall, que fundó el Centre Catalá en 1882 y que presentó el Memorial de Greuges (1885) a Alfonso XII. Más tarde se funda la Unió Catalanista (1891) y las Bases de Manresa (1892) con las que el regionalismo catalán se transforma en nacionalismo. Tras la crisis de 1898 se funda un partido político catalán: la Lliga Regionalista de Catalunya (1901), conservador, que triunfa en Barcelona.
  • Nacionalismo vasco: impulsado por la pérdida de los fueros y por los efectos de la industrialización al poner en peligro las tradiciones vascas. Fue creado por Sabino Arana, un ideario tradicionalista y xenófobo, que también funda el Partido Nacionalista Vasco (PNV) en 1895.

3. Los partidos republicanos

Se mantienen divididos en varias corrientes, lideradas cada una por: Ruiz Zorrilla, Emilio Castelar, Pi y Margall y Nicolás Salmerón. A comienzos del siglo XX aparecen nuevas opciones como la de Alejandro Lerroux del Partido Radical.

4. El movimiento obrero

En 1870 se creó la sección española de la AIT, Federación Regional Española, distinguiendo entre el marxismo y el anarquismo, que empezó siendo clandestino desde 1874 pero pasó a ser legalizado por Sagasta en 1881. El resultado fue la fundación, por un Congreso de Barcelona, de la Federación de Trabajadores de la Región Española. Sin embargo, se acusó de toda clase de crímenes al anarquismo andaluz y acabaron siendo enemigos del gobierno, asesinando a Cánovas del Castillo en 1897. Los marxistas (o socialistas) crearon el partido político PSOE en 1879, fundado por Pablo Iglesias Posse, y la UGT en 1888, sindicato vinculado al partido. Sus mayores influencias estuvieron en Madrid, Vizcaya y Asturias mientras que el anarquismo influyó más en Cataluña y Andalucía.

CRISIS DEL 98

La lentitud de España a la hora de establecer reformas en Cuba hizo que volviesen a surgir revueltas. Las únicas medidas aprobadas durante el gobierno largo de Sagasta fueron la abolición de la esclavitud (1886) y que los cubanos tuvieran representación propia en las Cortes. Las tensiones entre la colonia y la metrópoli aumentaron por la oposición cubana a los fuertes aranceles proteccionistas del comercio entre Cuba y EE.UU. En el año 1892, José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano, protagonista de la revuelta independentista del 24 de febrero de 1895. Cánovas envío tropas (Martínez Campos y Valeriano Weyler) para acabar con la insurrección. Sin embargo, tras el asesinato de Cánovas y la subida al poder de Sagasta, intentaron conciliarse, pero los independentistas se negaron. Coincidiendo con la insurrección cubana, se produjo también la de Filipinas (1896-97) cuyo principal dirigente, José Rizal, acabó siendo ejecutado. En febrero de 1898, Estados Unidos decidió declarar la guerra a España con el pretexto de uno de sus buques de guerra, el Maine. En marzo, los EE.UU. amenazan con intervenir si España no les vendía por 300 millones de dólares Cuba. La oferta es rechazada y el 25 de abril, los americanos declaran la guerra a España. En diciembre de 1898 se firmó la Paz de París, que significó el dominio americano de Cuba y Filipinas.

CONCLUSIÓN

La Restauración aportó estabilidad política, larga vigencia de la Constitución de 1876 y el fin de los conflictos civiles. Pero los defectos del sistema eran demasiados, pues se sostenía sobre la corrupción, el fraude electoral permanente y el caciquismo. Además, ignoró muchos problemas sociales y económicos provocando la oposición del movimiento obrero y no tuvo en cuenta las aspiraciones de los nacionalismos emergentes vasco y catalán. Sin embargo, a pesar del impacto moral que supuso el desastre colonial, el sistema de la Restauración sobrevivirá intacta al desastre. No provocó una crisis económica y la redujo la deuda pública. Lo que sí supuso fue la vuelta de los militares a la vida política. El 17 de mayo de 1902, al cumplir los 16 años de edad, Alfonso XIII daba comienzo a su reinado.

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