El Intruso de Vicente Blasco Ibáñez: Un Reflejo de la Industrialización de Bizkaia
El Auge de la Minería
A partir de 1855, la invención del convertidor Bessemer impulsó la extracción masiva de hierro en Somorrostro, debido a la abundancia de mineral no fosfórico en Bizkaia. Esto atrajo a compañías británicas que se instalaron en la zona.
Explotación y Crecimiento Industrial
La Tercera Guerra Carlista detuvo el desarrollo minero, pero tras su fin, se reactivó sistemáticamente. La explotación masiva, los ferrocarriles mineros y los hornos de calcinación alcanzaron su máximo en estos años. La mayor parte del hierro se exportó a Inglaterra, enriqueciendo a los empresarios.
Condiciones de Vida y Trabajo
El aumento de la población fue espectacular, con una llegada desorganizada de inmigrantes. Los barracones y viviendas precarias acogían a los mineros, quienes vivían en condiciones de hacinamiento. Los patronos construyeron instalaciones endebles con servicios higiénicos deficientes.
Los mineros estaban obligados a consumir en las»cantina» de la empresa, donde los alimentos eran de baja calidad y los precios elevados. Las jornadas laborales eran agotadoras, de sol a sol, sin descanso dominical.
Conciencia Obrera y Lucha Social
Estas malas condiciones de trabajo y vida activaron la conciencia de los mineros y obreros. Se realizaron huelgas en 1890 y 1894, y se pidió solidaridad a los obreros de las industrias vizcaínas. El asociacionismo y la lucha sindical dieron frutos en las primeras décadas del siglo XX, mejorando las condiciones laborales.
Conclusión
La industrialización de Bizkaia se basó en la abundancia de mineral de hierro. El desarrollo descontrolado atrajo capital extranjero y mano de obra rural, creando necesidades de infraestructura que no se abordaron adecuadamente, especialmente en materia de vivienda.
El texto de El Intruso de Vicente Blasco Ibáñez retrata vívidamente las duras condiciones de vida de los mineros, lo que motivó el surgimiento de un potente movimiento obrero que luchó por sus derechos.