El sexenio democrático viene precedido por una crisis de la monarquía Isabelina motivada por factores económicos y políticos. El factor económico principal fue una crisis en 1866 de carácter financiero e industrial con el que se frenó el crecimiento de épocas anteriores, además malas cosechas generaron la subida de los precios y el consiguiente malestar social. Los factores políticos fueron el veto de los progresistas, el alejamiento de los unionistas de los conservadores tras la sublevación de San Gil y la corrupción del gobierno (Que lo opuso al pueblo). Finalmente la monarquía quedó aislada y con solo el apoyo del ejército, la nobleza y la alta burguesía. Ante esta situación, se unieron progresistas, demócratas y unionistas (Solo tras la muerte de O’Donnell) y firmaron el Pacto de Ostende, que tenía como objetivo acabar con el régimen Isabelino y construir un nuevo orden, República o Monarquía. Así, en 1868 se inicia la revolución de “La Gloriosa”, llevada a cabo por elites militares, intelectuales, políticas y económicas. Comenzó como un pronunciamiento militar y al contar con el apoyo popular apenas hubo derramamiento de sangre. Lo llevaron a cabo los generales Prim (progresista)
Y Serrano (unionista)
Y el Almirante Topete, que levantó la flota en Cádiz. Los revolucionarios redactaron un edicto llamado “España con honra”, en el cual exponían sus razones y objetivos, que eran la expulsión de España de Isabel II, la creación de un gobierno provisional en el que estuviesen representados todos los poderes políticos y la convocación de unas cortes constituyentes por sufragio universal masculino. Esta revolución tuvo un gran apoyo de la población que organizó juntas revolucionarias de carácter civil en muchas ciudades. Isabel II contraatacó con tropas leales lideradas por el general Novaliche, pero estas fueron vencidas por el general Serrano. Se creó un gobierno provisional con Serrano como Regente y Prim como presidente. Se disolvieron así la milicia y las juntas. Las elecciones a Cortes constituyentes contaron con un 70% de participación y en la que vencieron los progresistas. Así se redactó la constitución de 1869. Esta reconocía amplios derechos (manifestación, reunión y asociación) y libertades (Enseñanza y religión) aunque mantenía un estado c católico. Se reconocía la soberanía nacional y el estado era monárquico aunque el poder legislativo residía totalmente en las cortes y el rey no tenia poder de veto. Las Cortes eran bicamerales con el Congreso y el Senado y eran elegidos por sufragio universal masculino. Se buscó un nuevo monarca y para esto hubo una serie de candidatos entre los que encontramos al rey Fernando de Coburgo, portugués, pero que rechazó el trono debido a su anciana edad; el duque Antonio de Montpensier, hijo del último rey Francés y cuñado de Isabel II; Leopoldo de Hohenzollern, de origen alemán, pero que tuvo en contra a Napoleón III pues no quería tener sus fronteras bajo un poder unificado; y por último Amadeo de Saboya, hijo del rey de Italia que había logrado su unificación. Las Cortes eligieron a Amadeo de Saboya como rey y lo proclamaron en 1870. Amadeo de Saboya era partidario de una monarquía democrática y pertenecía a una familia muy popular en Europa. Llegó a España en 1870 3 días después del asesinato del general Prim. Aunque esperado, era desconocedor de las costumbres y política españolas. Contó con el apoyo de progresistas y unionistas pero en contra tuvo a moderados, republicanos, carlistas, borbónicos, aristocracia, Iglesia (Su padre había tenido conflictos con el Papa) y con el pueblo (Lo consideraba un monarca extranjero. Los problemas a los que tuvo que hacer frente fueron la situación de la hacienda que supuso la emisión de hacienda pública, la reactivación del Carlismo en el Norte con el nieto de Carlos María Isidro autoproclamado “Carlos VII”, la guerra de Independencia de Cuba y el movimiento obrero, que presionó as mediante huelgas hasta que finalmente la internacional obrera tuvo que ser prohibida en España. En 1872 Amadeo renunció al trono y volvió a Italia. Ante esta situación el Congreso y el Senado optaron por instaurar la primera república en 1873. Esta república se enfrento a muchos problemas tales como la crisis de la Hacienda, la guerra carlista, la desconfianza del ejército, los problemas laborales y sociales, el problema agrario, la falta de apoyo internacional (Solo fue reconocida por Estados Unidos y Suiza) y la oposición d la burguesía, la aristocracia, el alto clero y los mandos militares, que dudaban de su capacidad de lograr estabilidad. Hubo 4 presidentes. El primero fue Estanislao Figueras, que tomó medidas reformistas demandadas por la población tales como la eliminación de los impuestos de consumo y las quintas (Que no se llevó a cabo por la necesidad de ejército), además convocó elecciones a Cortes constituyentes en las cuales ganaron los federales republicanos aunque con solo un 40% de participación por falta de interés popular y oposición. Este presidente dimitió pues no podía manejar la grave situación. El siguiente presidente fue Francisco Pi y Margall, aunque su gobierno estuvo marcado por el conflicto interno entre los federales transigentes y los intransigentes y el comienzo del conflicto del cantonalismo, por lo que tuvo que dimitir. Nicolás Salmerón logró acabar con la insurrección cantonalista pero dimitió por negarse a firmar la condena de muerte de los sublevados. El último presidente fue Emilio Castelar, de carácter muy conservador. Se dedicó a restablecer el orden contra la guerra Carlista y la independencia de Cuba. Carecía de pretensiones federalistas o reformistas y ejerció un gobierno autoritario buscando el apoyo del ejército y disolviendo a las cortes. En su contra se dio una moción de censura por parte de Figueras, Pi y Salmerón pero que fue detenida por el golpe de Estado de Pavía con ayuda de la guardia civil. Se instauró entonces una coalición unionista-progresista liderada por el general Serrano que seguía la constitución de 1869 bajo el régimen republicano. Con él se puso fin a los conflictos cantonalistas y carlistas. Hubo un movimiento monárquico a favor de Alfonso XII, hijo de Isabel II y que se educaba en Inglaterra. Publicó el “Manifiesto de Sandhurst”, redactado `por Cánovas del Castillo y en el cual exponía los objetivos de su gobierno que eran la estabilidad a través un gobierno conservador y católico. El golpe de estado de Arsenio Martínez Campos le dio finalmente el poder a Alfonso XII.