Transformación de España: De la Transición a la Actualidad
Desde el final de la transición (1982) hasta nuestros días, España ha experimentado una notable transformación económica, social y demográfica.
Evolución Económica
En cuanto a la evolución económica, en los primeros años posteriores a la transición (1982 – 1992) España experimentó un crecimiento económico de un 3% anual. Este crecimiento fue debido a los ajustes realizados por los gobiernos del PSOE para poner fin a las crisis económicas (reconversión industrial, devaluación de la peseta) así como a la entrada en la CEE (1986) que abrió el mercado español a la inversión extranjera y permitió la llegada de ayudas y subvenciones. Posteriormente se vivió una etapa de liberalización de la economía (1993-2008); el crecimiento de la etapa anterior había finalizado en 1993 con un aumento de la deuda pública y del desempleo. El gobierno de Aznar impulsó una política liberal que buscó disminuir la deuda mediante el recorte del gasto público, la reducción de la carga fiscal y la privatización de empresas públicas como Telefónica o Endesa. El crecimiento económico se recuperó aumentando el empleo, el PIB y la renta per cápita, aunque con mucha dependencia del sector de la construcción. La última etapa podríamos decir que es una etapa de crisis de la economía y recuperación (2008-2023). La crisis económica internacional golpeó duramente a España donde además estalló la burbuja inmobiliaria, supuso el cierre de numerosas empresas y se desató un incremento del paro desorbitado. Las duras medidas de ajuste tomadas por el gobierno (recorte del gasto público, reforma laboral) junto a la mejora de la economía mundial permitieron iniciar a partir de 2014 una lenta recuperación que los últimos acontecimientos como la crisis sanitaria del COVID19, el aumento de la inflación y la crisis energética han vuelto a poner en riesgo.
Evolución Social
En las últimas décadas se ha asistido a una transformación de la sociedad española. Respecto a la evolución demográfica, España ha completado la última etapa de la transición demográfica, caracterizada por bajas tasas de natalidad y mortalidad, un crecimiento natural negativo y un incremento de esperanza de vida. Además, hemos pasado de ser un país de emigrantes a ser un país receptor, especialmente durante los años de bonanza económica (1995-2007). Los grupos más numerosos son hispanoamericanos, marroquíes y rumanos, sobre todo en las grandes ciudades y costa mediterránea.
En las últimas décadas hemos asistido también a una liberalización de las costumbres; los avances sociales y la multiculturalidad han propiciado una crisis de los valores tradicionales, especialmente en los sectores de población más jóvenes que abogan por la diversidad sexual y por la defensa de la igualdad de género. Así se han generalizado nuevos modelos familiares como los monoparentales y han aparecido nuevos modelos como los homosexuales.
La lucha por la igualdad de género se institucionaliza; en 1983 se crea el Instituto de la Mujer que supuso un gran avance en el esfuerzo por defender la igualdad y se implantan planes de igualdad que principiaron la discriminación positiva implantando soluciones como las cuotas de participación para mujeres. Los avances sociales y económicos han favorecido una mayor presencia femenina en el mercado laboral, así como en cargos de responsabilidad pública y empresarial.
Han incrementado las actividades de ocio y tiempo libre, en los últimos años, las tecnologías están teniendo un gran impacto. Por otro lado, surgen nuevas preocupaciones sociales: ecologismo, sostenibilidad e inserción social de colectivos minoritarios. Se ha incrementado el ateísmo y creencia de otras religiones distintas a la católica, fenómeno ligado al aumento de la inmigración. Sin embargo, en los últimos tiempos se ha apreciado un crecimiento del asociacionismo y del voluntariado de los jóvenes. Buena parte de su impulso se ha orientado hacia las ONG, que movilizan numerosos voluntarios volcados en tareas humanitarias que ennoblecen la imagen internacional de España
El Proceso de Transición Democrática en España
El 20 de noviembre de 1975 muere Franco y el rey Don Juan Carlos asume la Jefatura del Estado, iniciando el proceso de transición democrática: el rey se enfrentaba por un lado con gran parte de la población y políticos que querían un cambio y por otro con el búnker inmovilista, que se negaba. El gobierno presidido por Arias Navarro fue decepcionante, incapaz de negociar con el búnker y con la oposición, por lo que el rey forzó su dimisión (julio de 1976) y nombró a Adolfo Suárez presidente de gobierno. Suárez formó gobierno con miembros de los sectores más progresistas del Régimen e inició inmediatamente el proceso para la Transición democrática.
Suárez inició contactos con líderes de la oposición, como Felipe González (PSOE) y Santiago Carrillo (PCE) para convencerles de la necesidad de una transición pacífica. En septiembre de 1976 Suárez presentó su Proyecto de Reforma Política ante un grupo de militares de alta graduación, consiguiendo su apoyo; el proyecto fue aprobado en las cortes y el 15 de diciembre se convocó un referéndum para que fuera aprobado por el pueblo, consiguiéndose su aprobación con un 94% de los votos. En febrero comenzó el proceso de legalización de los partidos políticos; a cambio de la legalización del PCE, Carrillo aceptó reconocer la monarquía y ofreció su cooperación. El 9 de abril, cuando la mayoría de la élite política y militar se hallaba fuera de Madrid por las vacaciones de Semana Santa, Suárez anunció la legalización del PCE. La hostilidad del ejército contra Suárez fue en aumento, como mostrarán los acontecimientos de la “Operación Galaxia” y más tarde el golpe de Estado de Tejero.
En junio de 1977 se celebraron elecciones obteniendo la mayoría la UCD, partido creado por Adolfo Suárez. El nuevo gobierno se enfrentaba a dos retos importantes, frenar la crisis económica y elaborar un texto constitucional que consolidara el nuevo estado democrático; para ambas cuestiones se llegó a un consenso entre gobierno y oposición. En el terreno económico, se firmaron los Pactos de la Moncloa (octubre de 1977) que consiguieron frenar la tendencia negativa de la economía, reduciendo la inflación y el déficit, aunque no el paro. El texto constitucional se aprobaría en referéndum el 6 de diciembre de 1978 (con el 88% de los votos a favor).
Mientras se aceleraba el proceso de la democratización la tensión aumentaba por la actuación de grupos terroristas que fueran del signo que fueran pretendían desestabilizar el país y evitar el avance de la democracia por diferentes motivos. Los grupos de extrema derecha arremetían contra los comunistas, en enero de 1977 terroristas de ultraderecha asesinaban a cinco abogados laboralistas comunistas en la calle Atocha. El GRAPO inició una campaña de atentados y secuestros contra miembros de las fuerzas armadas y del Estado y ETA fue el grupo que más víctimas provocó durante la transición.
Esta primera etapa de la transición concluirá con el estallido a principios de 1981 de una grave crisis política dentro de UCD, Suárez dimitió y aprovechando esta situación, un grupo de militares llevó a cabo un golpe de estado el 23 de febrero de 1981, que el rey logró reconducir televisando un discurso, donde desautorizaba el golpe como jefe de las fuerzas armadas. Tras el golpe, la UCD se fragmentó definitivamente, Calvo Sotelo disolvió las cortes y convocó elecciones generales el 28 de octubre de 1982, que supusieron una victoria abrumadora para el PSOE.
La Constitución de 1978 y el Estado de las Autonomías
Las cortes elegidas en junio de 1977 elaboraron una Constitución que fue fruto del consenso general de los partidos. Para ello se formó una comisión conocida como Ponencia Constitucional, que debía elaborar el borrador del texto constitucional a las Cortes para su aprobación. Esta comisión se formó con los principales partidos políticos (UCD, PSOE, PCE, AP y Convergencia). Finalmente, la Constitución fue ratificada en referéndum el 6 de diciembre de 1978 por el 88% de los españoles finalizando el proceso de aprobación.
La constitución de 1978 establece como forma política del Estado la monarquía parlamentaria, la soberanía reside en el pueblo, y establece una clara separación de los tres poderes:
- El ejecutivo, elegido por el congreso de los diputados, queda en manos del presidente del gobierno.
- El legislativo queda en manos de unas cortes bicamerales, Congreso de los Diputados y el Senado.
- El judicial queda integrado por jueces, cuyo máximo órgano judicial es el Tribunal Supremo y en materia constitucional el Tribunal Constitucional.
La Declaración de Derechos incluye todos los derechos y libertades destinados a lograr la igualdad de los españoles y el desarrollo de un estado del bienestar. Establece además la libertad de expresión, la igualdad ante la ley, la abolición de la pena de muerte y reconoce al Estado como un estado aconfesional. El título octavo establece la descentralización del Estado, organizando territorialmente a España en municipios, provincias y comunidades autónomas. El texto constitucional garantiza el derecho de autonomía de las nacionalidades (Cataluña, País vasco y Galicia) y regiones y establece dos vías para crear comunidades autónomas: la vía rápida, que permitía el acceso directo mediante la aprobación en referéndum de un Estatuto de Autonomía (aplicada en Cataluña, País vasco, Galicia y Andalucía) y la vía lenta que fijaba la asunción de competencias en el plazo 5 años sin precisar referéndum para constituirse en comunidad.
Entre 1979 y 1983 se llevó a cabo el proceso de creación de las 17 comunidades autónomas y dos ciudades autónomas (Ceuta y Melilla), iniciándose un largo proceso de transferencia de competencias desde el gobierno central a los autonómicos que ha hecho de España uno de los Estados más descentralizados de Europa. Cada comunidad se rige por el Estatuto de Autonomía y cuenta con asamblea legislativa y Gobierno propios.
El Franquismo: ¿Totalitarismo o Autoritarismo?
Existen diferentes interpretaciones sobre la naturaleza totalitaria o autoritaria del franquismo, que han propiciado polémicos debates en instituciones como la Real Academia de la Historia que, finalmente definió el sistema en su diccionario como un “régimen totalitario y filo-fascista”. Autores como Preston defienden la naturaleza totalitaria del franquismo, argumentando que el Estado controlaba todas las esferas de la vida social recurriendo a la represión para eliminar cualquier forma de oposición. Por el contrario, otros como G. Payne defienden que el franquismo fue un sistema autoritario porque su ideología no constituyó un elemento fundamental del régimen y permitió cierta pluralidad política y cultural en las últimas décadas de la dictadura.
En cualquier caso, al finalizar la Guerra Civil se estableció en España un nuevo régimen basado en fundamentos ideológicos próximos a los fascismos, aunque en la práctica eran simples adornos: emblemas, canciones, saludos…Las ideas de Franco eran muy simples, derivadas del pensamiento militar del siglo XIX, unidad del Estado, orden y jerarquía, catolicismo y anticomunismo. La dictadura se basaba en el poder personal del jefe de Estado, Franco, que era jefe del gobierno y del ejército (el Caudillo), en el tradicionalismo (defensa de la familia y propiedad) y en el nacionalcatolicismo, antiliberalismo y anticomunismo.
Las libertades públicas y los derechos de asociación fueron anuladas, prohibiéndose los partidos políticos; las fuerzas que habían apoyado la sublevación quedaron integradas en un partido único, Falange Española Tradicionalista y de las JONS (el Movimiento). Franco era el jefe nacional del Movimiento y todos los militares y funcionarios quedaron automáticamente incorporados a la Falange; Hedilla, jefe falangista, no aceptó esta transformación y fue encarcelado. El nuevo régimen adoptó muchos de los símbolos (yugo y flechas, camisa azul, saludo…) y terminología falangista.
Se estableció un sindicalismo vertical, supeditado al estado, que agrupaba obligatoriamente a obreros y empresarios. Además, se ejerció un control total de la información a través de la censura y la propaganda y la represión a los republicanos se materializó en la Ley de Responsabilidades Políticas (1939) y en la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo (1940).
Apoyos Sociales del Franquismo
El régimen contó con apoyos sociales como:
- Los falangistas, cuya función fue el control de la vida social y económica del país a través de El Frente de Juventudes, la Sección Femenina y la Organización Sindical.
- Los militares, que contaron con prestigio y poder político, aunque estuvieron completamente subordinados a Franco.
- Los monárquicos, que colaboraron con la dictadura, especialmente los primeros años.
- Los carlistas que tuvieron tras la guerra solo un papel secundario.
Además, el régimen tuvo el apoyo de los católicos, convirtiéndose muchos integrantes de instituciones religiosas como el Opus Dei en dirigentes de la dictadura, de hecho, el Estado se declaró confesionalmente católico, recibiendo la Iglesia una importante ayuda material y adquiriendo un papel predominante en la enseñanza y la vida social. Finalmente, el régimen contó con el apoyo de la oligarquía económica, las clases medias y el campesinado conservador, todos ellos deseosos de un gobierno de orden y autoridad.
La Política Económica del Franquismo: De la Autarquía al Desarrollo
El gobierno franquista desarrolla tras la Guerra Civil una política económica autárquica con el objetivo de hacer de España una nación autosuficiente. La autarquía obedece tanto a la ideología fascista como al aislamiento que sufría España (rechazo internacional y negación de ingreso en la ONU). Esta autosuficiencia exigía una rígida intervención del Estado que se tradujo en una regulación de precios y en la limitación de importaciones; el resultado fue desastroso ya que no hubo crecimiento económico durante los 40 y el racionamiento tuvo que mantenerse hasta los 50, fomentando así el estraperlo.
El riesgo de quiebra, unido a una crisis política, llevó a Franco en 1957 a formar un nuevo gobierno dominado por miembros del Opus Dei. Los tecnócratas como Navarro Rubio, llevan a cabo medidas de liberalización económica, reduciendo el control sobre la economía y diseñando en 1959 el Plan de Estabilización. Este plan buscó el saneamiento de la economía disminuyendo el gasto público para contener el déficit, reduciendo la inflación y fomentando las exportaciones con la devaluación de la peseta.
Durante los primeros meses tras estas medidas los resultados fueron bastante negativos; los sueldos bajaron, la productividad de las empresas cayó, el coste de la vida aumentó y el número de parados también. Pero en 1961 se empiezan a notar los efectos positivos de este plan gracias a la expansión de la economía en Europa; la asistencia de mano de obra abundante y barata procedente del éxodo rural, la instalación de empresas extranjeras, atraídas por los bajos costes salariales de España y gracias al aumento de divisas procedentes del turismo y al dinero enviado por los emigrantes a sus familias.
Sin embargo, hubo desequilibrios territoriales, pues la industria solo creció en Cataluña, País Vasco, Madrid, Asturias y Valencia. Para corregir estos desequilibrios, el Estado puso en marcha en 1962 los planes de desarrollo; hubo tres planes de una duración de cuatro años cada uno entre 1963 y 1975. Estos planes ofrecían ventajas fiscales y crediticias a las empresas que invirtieran en sectores industriales. Además, se crearon doce polos de desarrollo (nuevas ciudades industriales) en zonas poco desarrolladas, si bien no se consiguió acabar con los desequilibrios.
La crisis internacional del petróleo en 1973 pondría fin al desarrollo, provocando una fuerte inflación y desempleo coincidiendo con la agonía del franquismo.
Cambios Sociales Durante el Franquismo
La sociedad española empezó a experimentar cambios significativos provocados por varias circunstancias:
- La concentración de la población en las grandes ciudades fue variando la mentalidad de las personas.
- Se registra un importante crecimiento de la población, impulsado por la política pronatalista del régimen.
- La llegada continua de turistas y el establecimiento de multinacionales sirvieron para poner en contacto a los españoles con otras formas de vida.
También provocaron cambios en la sociedad la extensión de comodidades como el teléfono o la televisión; el acceso de la mujer a los estudios superiores y al mercado laboral y la extensión de la educación a sectores más amplios de la sociedad a partir de la Ley General de Educación de 1970.
De este modo la concepción cristiana y tradicional fue gradualmente reemplazada por una cultura más tolerante y más instalada en la cultura del bienestar. Son de destacar dos esfuerzos realizados por el Estado para solucionar los problemas acuciantes de la población: la Ley de Bases de la Seguridad Social (1963), que permitió cubrir prestaciones por enfermedad, jubilación y desempleo, y la política de vivienda.
Últimos Años del Franquismo
En 1962, después de que España pidiera entablar negociaciones de adhesión a la CEE un centenar de españoles aprobó en Múnich una declaración recomendando la no admisión de España si no se restauraban las libertades. El régimen, que calificó el incidente como “el contubernio de Múnich”, respondió con dureza multiplicando las detenciones de dirigentes de la oposición.
En 1969 el príncipe Juan Carlos de borbón es nombrado sucesor de Franco a título de rey y la década terminó con el proceso de Burgos, juicio sumarísimo contra dieciséis miembros de ETA. El envejecimiento de Franco, las protestas y la presión internacional iniciaron el desgaste del régimen.
La Reconquista y la Repoblación
Los principales núcleos de resistencia cristianos, surgieron entre los siglos VIII y X en las cordilleras septentrionales. En el 722 el noble visigodo Pelayo derrota en Covadonga a un ejército musulmán, comenzando a organizarse el reino de Asturias, cuyo fundador fue Alfonso I.
Por otro lado, Navarra, Aragón y los condados catalanes de la marca hispánica luchaban por mantener su independencia respecto al Imperio Carolingio y a los musulmanes.
La Reconquista es el proceso de ocupación militar de los reinos cristianos sobre los territorios musulmanes; la ocupación efectiva de estos territorios y su puesta en explotación económica se conoce como repoblación.
Entre el siglo VIII y X los cristianos ocuparon territorios casi despoblados (cuenca del Duero), que se repoblaron por presura por grupos de campesinos, nobles y monasterios. En el siglo XI estando el territorio musulmán fragmentado en reinos de taifas, Alfonso VI conquista el reino de Toledo, frenándose el avance cristiano primero con la llegada de los almorávides y después en la segunda mitad del siglo XII con la llegada de los almohades. Durante estos dos siglos, en los que la conquista cristiana abarcó el valle del Tajo y del Ebro, se produce una repoblación a base de concejos y ciudades regidos por una ciudad cabecera a la que el rey otorgaba un fuero o carta puebla. Finalmente en el siglo XIII los almohades son derrotados en la batalla de las Navas de Tolosa, unificándose los reinos cristianos, culminando con Alfonso X El Sabio la conquista de Andalucía, quedando únicamente el reino nazarí de Granada en manos musulmanas. En este siglo se produce inicialmente una repoblación mediante órdenes militares que dividieron las nuevas tierras en encomiendas; terminando ya, en la segunda mitad del siglo XIII con una repoblación por repartimientos, dividiendo la zona conquistada en donadios.
Organización Política y Social de los Reinos Cristianos
La Corona de Castilla acabará englobando Galicia, Asturias, León, País Vasco, Castilla, Extremadura, Andalucía y Canarias. Con el fin de simplificar los diferentes fueros de cada territorio, Alfonso X el sabio elaboró el «Código de las partidas». Existían cortes sin facultades legislativas, formadas por representantes de la nobleza, de la Iglesia y de las ciudades.
En cuanto a la Corona de Aragón, se dispusieron unas cortes que vigilaban el poder del rey (pactismo). Cataluña seguiría manteniendo su ordenamiento legal, su administración y su moneda y el reino de Aragón mantendría también sus cortes e instituciones como el Justicia Mayor de Aragón. Valencia y Baleares se convertirían también en reinos separados de manera que lo único que tenían en común todos los reinos de la corona de Aragón era el monarca.
El Modelo Feudal
El modelo feudal se consolidó en la sociedad hispánica; es una estructura tripartita formada por:
- La nobleza y el clero, grupos privilegiados y heterogéneos, el primero encargado de la defensa y el segundo de velar por la salvación de las almas.
- El estado llano, compuesto por campesinos, artesanos y mercaderes que trabajaban para mantener a la comunidad y que posteriormente darán lugar a la aparición de la burguesía.
El Reinado de los Reyes Católicos: Unidad Religiosa y Expansión Territorial
Tras la pérdida de Málaga (1486) y Almería, el rey Boabdil acordó con los Reyes Católicos las capitulaciones, garantías a los mudéjares del mantenimiento de sus propiedades, leyes y religión. Pero dispuestos a imponer la unidad religiosa y territorial de la Península los Reyes Católicos iniciaron en 1481 una guerra que puso fin en 1492 al reino nazarí de Granada. La empresa se vio beneficiada por los conflictos internos granadinos, completándose la unidad religiosa peninsular con la expulsión de los judíos que rechazaron convertirse al cristianismo mediante decreto o Edicto de Granada.
Conquistada Granada, Isabel decidió financiar una expedición a las Indias propuesta por Cristóbal Colón, pactando previamente en las Capitulaciones de Santa Fe las ventajas que recibiría Colón. El 12 de octubre de 1492 la expedición llega a la isla de Guanahani (San Salvador) y más tarde a Cuba y la Española. Cristóbal Colón realizó tres viajes más entre 1493 y 1504 muriendo con la convicción de haber llegado a Asia. En 1494 Castilla y Portugal se repartirían en el tratado de Tordesillas las zonas de navegación y conquista del “Nuevo Mundo” estableciendo una línea imaginaria a 370 leguas de Cabo Verde.