Transformaciones Políticas, Sociales y Económicas del Siglo XVIII y XIX

La Monarquía Absoluta de Derecho Divino

El sistema político de la época estaba dominado por la monarquía absoluta de derecho divino. Esta doctrina sostenía que la autoridad del monarca provenía directamente de Dios. La arbitrariedad era la norma, y los súbditos carecían de leyes que los protegieran del despotismo. Existían instituciones encargadas de ejecutar los mandatos del monarca, siendo el principal órgano de gobierno el Consejo de Estado, dividido en secciones especializadas. Tanto los funcionarios como los burócratas se encargaban de ejecutar las órdenes reales. El poder del monarca solo encontraba límites en la ley divina.

Los Inicios del Parlamentarismo: El Modelo Inglés

En el siglo XVIII, solo Gran Bretaña y Holanda contaban con monarquías limitadas por un parlamento. Tras la primera revolución inglesa, que culminó con la ejecución de Carlos I, el nuevo monarca, Carlos II, se vio obligado a aceptar el reconocimiento del habeas corpus. Posteriormente, el parlamento obligó a Guillermo de Orange, el nuevo rey, a jurar la Declaración de Derechos, consolidando así a Inglaterra como una monarquía parlamentaria.

La Revolución Agrícola

Una serie de transformaciones en la agricultura permitieron un aumento en la producción de alimentos, lo que a su vez posibilitó el crecimiento de la población. Entre las innovaciones más importantes se encuentran:

  • Cambios en el sistema de cultivo, como la introducción del sistema Norfolk, que combinaba la siembra de cereales con plantas forrajeras.
  • Invención de nuevas máquinas agrícolas.
  • Cambios en la estructura de la propiedad de la tierra, con el cercamiento de las tierras comunales y su posterior privatización a través de las leyes de cercamiento.

Causas de la Revolución Francesa

Diversos factores condujeron al estallido de la Revolución Francesa:

  • La oposición del Tercer Estado al absolutismo monárquico.
  • Una profunda crisis económica y financiera.
  • La revuelta de la nobleza contra las reformas fiscales propuestas por la monarquía.
  • La convocatoria de los Estados Generales en 1788.

La Convención Girondina

Durante esta etapa, el gobierno estuvo en manos de los girondinos, quienes adoptaron posiciones moderadas que generaron descontento entre las masas populares. Los girondinos se enfrentaron a los jacobinos en varios temas cruciales, como el destino de Luis XVI. Mientras los girondinos eran partidarios de castigarlo por traición, los jacobinos abogaban por un juicio público. La presión popular llevó a que Luis XVI fuera juzgado, condenado y finalmente guillotinado. Meses después, María Antonieta corrió la misma suerte. La ejecución del monarca provocó la formación de una coalición europea antirrevolucionaria.

La Convención Jacobina

Los jacobinos, tras arrestar y ejecutar a varios líderes girondinos, inauguraron la etapa más radical de la Revolución Francesa. Aprobaron una nueva constitución que establecía la soberanía popular y el sufragio universal masculino. El gobierno revolucionario, con el objetivo de acabar con los enemigos de la revolución tanto dentro como fuera de Francia, creó el Comité de Salvación Pública, controlado por Robespierre. Este comité concentró todos los poderes y tomó medidas excepcionales para consolidar la revolución.

La Unificación Italiana

En 1815, Italia se encontraba dividida en estados desiguales en tamaño e importancia. Las ideas nacionalistas, sin embargo, se mantuvieron vivas durante la Restauración en sociedades secretas. En 1830 surge el Risorgimento, un movimiento que buscaba la unificación de Italia bajo un sistema unitario y laico. Tras el fracaso de varias revueltas, solo el Piamonte, un estado constitucional bajo la monarquía de los Saboya, liderado por el conde de Cavour, parecía capaz de lograr la unificación. La estrategia moderada de Cavour permitió la derrota de Austria, la anexión de Lombardía y de los estados centrales. Mientras tanto, Giuseppe Garibaldi emprendía la conquista del sur. Tras la anexión del Véneto y la conquista de los Estados Pontificios, a pesar de la oposición del Papa, se proclama el Reino de Italia. El nuevo estado, sin embargo, debía enfrentarse a varios desafíos: la hostilidad del Papa, el contraste entre el norte industrializado y el sur atrasado, y el carácter incompleto de la unidad.

La Unificación Alemana

En Alemania, liberales y demócratas aspiraban a la creación de una nación basada en la voluntad popular. El primer paso hacia la unificación fue la creación de la Unión Aduanera. Durante las revoluciones de 1848, el Parlamento de Frankfurt ofreció la corona de la posible Alemania unificada al rey de Prusia, quien la rechazó. La estrategia del Canciller prusiano Otto von Bismarck, basada en la Realpolitik, condujo a una serie de guerras: contra Dinamarca, contra Austria y contra Francia. La victoria militar prusiana culminó con la proclamación del Segundo Reich alemán, con Guillermo I como emperador.

El Cartismo

El movimiento obrero cartista surgió en Gran Bretaña a principios del siglo XIX. La persecución sufrida por sus miembros convenció a los líderes obreros de la necesidad de participar en la política para cambiar las leyes y mejorar las condiciones laborales. En 1836, un grupo de obreros fundó la Asociación de Trabajadores, que redactó la Carta del Pueblo. Sus objetivos eran el sufragio universal masculino y secreto, un sueldo para los diputados que permitiera a los trabajadores acceder a la política, y la reunión anual del parlamento. A pesar de que la Carta fue rechazada por el parlamento, el movimiento cartista logró algunos éxitos parciales, como la reducción de la jornada laboral a 10 horas, y contribuyó a la movilización y concienciación de amplios sectores de la clase trabajadora.

El Marxismo

Karl Marx, junto con Friedrich Engels, criticaron el socialismo utópico y desarrollaron el socialismo científico como método para transformar la sociedad. El marxismo se basa en el análisis del pasado a través de la lucha de clases y en la crítica del presente, con el objetivo de alcanzar una sociedad comunista.

El Anarquismo

El anarquismo propone un modelo de sociedad basado en la ausencia de autoridad. Pierre-Joseph Proudhon, uno de sus principales teóricos, consideraba la propiedad privada como un robo y defendía un sistema social basado en el trabajo autónomo y cooperativo. Mijaíl Bakunin, por su parte, sostenía que la revolución debía estar protagonizada por los sectores oprimidos de la sociedad y que su objetivo debía ser la destrucción del estado y la creación de una sociedad igualitaria.

Medios de Transporte

Las nuevas fuentes de energía impulsaron una revolución en los transportes, un elemento esencial para el crecimiento económico. Aparecieron los tranvías y los ferrocarriles metropolitanos. La navegación a vapor acortó la duración de los viajes transoceánicos. La apertura del Canal de Suez y del Canal de Panamá acortó distancias y estimuló el comercio marítimo. La invención del pedal y del neumático dieron lugar a la bicicleta. El automóvil, impulsado por petróleo, comenzó a recorrer las calles a finales del siglo XIX, transformando la movilidad individual.

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