1) El bienio de la CEDA y del Partido Radical
Durante este periodo, la CEDA ganó las elecciones de 1933, pero el presidente Alcalá Zamora encargó a Lerroux, del Partido Radical, formar gobierno. Lerroux implementó políticas opuestas al bienio reformista, lo que generó tensiones y culminó en eventos violentos en Barcelona y Asturias en 1934.
2) El Frente Popular
Ante la radicalización política, los partidos de izquierda y nacionalistas crearon el Frente Popular para las elecciones de 1936, liderado por Azaña y Companys. La campaña estuvo marcada por la violencia y el fraude electoral que favoreció al Frente Popular. Azaña asumió la presidencia y se tomaron medidas como la amnistía a los participantes de la Revolución de 1934.
3) Violencia y conflictos sociales
La tensión política aumentó en la primavera de 1936, con la ilegalización de Falange Española y JONS. Varios generales planearon un golpe de Estado, cuya ejecución fue precipitada por los asesinatos de Calvo Sotelo y José del Castillo en julio de 1936, desencadenando la Guerra Civil Española.
Paleolítico y Neolítico
Durante el Paleolítico, diferentes homínidos poblaron la península Ibérica, desde antecesores hasta neandertales y sapiens. Las comunidades eran nómadas y se sustentaban de la recolección, caza y pesca. Destacan las pinturas rupestres de la escuela franco-cantábrica, como las de Altamira. En el Neolítico, las comunidades se vuelven sedentarias y desarrollan la agricultura, ganadería, cerámica y textil. Surge la propiedad privada y el comercio con excedentes. La pintura rupestre levantina representa escenas de caza y danza en abrigos rocosos, como los de Valltorta.
Los pueblos prerromanos y las colonizaciones de los pueblos del Mediterráneo
Los pueblos prerromanos de la península Ibérica incluyen tartessos, celtas e íberos. Tartessos se destacó por su economía agrícola y comercial, los celtas en metalurgia y los íberos en agricultura y comercio, destacando por su escultura.
Las colonizaciones mediterráneas fueron llevadas a cabo por fenicios, griegos y cartagineses. Los fenicios fundaron factorías comerciales, los griegos trajeron la vid y el olivo, mientras que los cartagineses desencadenaron la segunda guerra púnica con Roma.
La Hispania romana
En la Hispania romana, la conquista por Roma ocurrió en tres fases, dividiéndose administrativamente en Citerior y Ulterior, luego en Tarraconensis, Baetica y Lusitania, y finalmente en seis regiones. La romanización incluyó la asimilación cultural y social, como la ciudadanía romana para todos en el 212 d.C. La economía se integró en la romana, con agricultura basada en latifundios y esclavitud, desarrollo minero, y ciudades como centros comerciales y artesanales. Las contribuciones culturales abarcaron desde infraestructura hasta religión, derecho y literatura, con figuras notables como Trajano, Adriano, Séneca y Marcial nacidos en Hispania
La monarquía visigoda
El Reino visigodo de Toledo se divide en dos etapas: desde Tolosa hasta su derrota por los francos, y luego hasta la invasión musulmana. Destacan la unificación territorial, religiosa y legislativa. Las instituciones políticas incluyen una monarquía electiva y una Asamblea de Hombres Libres que elegía al rey. El Officium Palatinum, asistido por el Aula Regia y los Concilios, ayudaba en el gobierno, evolucionando hacia una asamblea legislativa desde el VIII Concilio de Toledo.
Al-Ándalus: evolución política
La historia de Al-Ándalus abarca varias etapas significativas: la conquista del Reino visigodo, seguida por el emirato dependiente de Damasco, luego el emirato independiente de Córdoba, y más tarde el califato de Córdoba, que alcanzó su apogeo con Abderramán III. Tras el Califato, surgieron los primeros reinos de taifas, que luego sucumbieron ante el Imperio almorávide y almohade. Posteriormente, se formaron nuevamente los reinos de taifas, hasta que fueron derrotados por los reyes cristianos como Jaime I de Aragón y Fernando III de Castilla. Finalmente, el Reino nazarí de Granada, fundado por Mohamed ben Yusuf ben Nasr, mantuvo su independencia hasta su conquista por los Reyes Católicos en 1492, marcando el fin de la presencia musulmana en la península ibérica.
Al-Ándalus: economía, sociedad y cultura. El legado judío en la península Ibérica
En Al-Ándalus, la economía prosperaba con la agricultura, la artesanía y el comercio, destacando la agricultura de regadío en los valles. La sociedad estaba estratificada, con los musulmanes en la cima y diferentes comunidades como árabes, bereberes, judíos y mozárabes. La cultura floreció, con el árabe como idioma oficial, y destacando en áreas como astronomía, filosofía y poesía. El legado judío fue significativo, con intelectuales políglotas que ejercieron como traductores y figuras destacadas como Maimónides, que influyeron en la vida cultural y académica de la región.
Los reinos cristianos: evolución de la conquista de la Península y organización política
La Reconquista fue el proceso por el cual los reinos cristianos recuperaron el territorio del Reino visigodo entre los siglos VIII y XV, desde el valle del Duero hasta la conquista de Granada por los Reyes Católicos en el siglo XV. Durante este proceso, los reinos cristianos se expandieron, alcanzando el valle del Guadalquivir y Valencia. La organización política estaba centrada en el rey, aunque su poder era efectivo solo en las tierras de realengo. Los órganos de gobierno principales eran la Curia Real, las Cortes y los Concejos.
Modelos de repoblación. Organización estamental
Durante la Baja Edad Media, la repoblación de las tierras reconquistadas se llevó a cabo mediante varios modelos: la presura en el Valle del Duero, el concejil entre el Duero y el Tajo, las órdenes militares en la Submeseta sur, el Bajo Aragón y el Bajo Ebro, y el repartimiento en el Valle del Guadalquivir y el litoral levantino. La sociedad estamental de la época se caracterizaba por una división social rígida en tres estamentos: la nobleza, el clero y el estado llano, cada uno con funciones específicas y privilegios jurídicos y fiscales.
La Baja Edad Media en las Coronas de Castilla y de Aragón y en el Reino de Navarra
Durante la Baja Edad Media, en las Coronas de Castilla y Aragón, así como en el Reino de Navarra, se vivieron diversas crisis y conflictos. En el Reino de Castilla, la Peste Negra, las Guerras irmandiñas y la Guerra Civil Castellana marcaron periodos difíciles. En la Corona de Aragón, se destacan las conquistas territoriales y las tensiones internas entre la nobleza y la burguesía. En el Reino de Navarra, la inclinación hacia Francia y la guerra civil entre Juan II y su hijo Carlos, marcaron los siglos XIV y XV.