El Desarrollo Económico y la Inmovilidad Política en la España de Franco (1959-1974)

Planificación del Desarrollo y el Crecimiento Económico

Los tecnócratas y el Plan de Estabilización de 1959

El nuevo gobierno de 1957 incorporó en los principales ministerios económicos a dos miembros del Opus Dei – en Hacienda y Comercio. Se inició un proceso de ocupación de cargos ministeriales por parte de tecnócratas, orientados a la eficacia técnica y económica. Estos hicieron un cambio de orientación en la política económica del franquismo. Uno de sus proyectos: el Plan de Estabilización de 1959, con tres objetivos: estabilidad de precios, flexibilidad económica y liberalización de las relaciones económicas exteriores.

Los resultados fueron traumáticos: disminución de salarios, quiebra de empresas y aumento del paro. Sin embargo, se consideraba necesario para la economía española.

Planes de Desarrollo

La economía española seguía siendo mala y necesitaba un impulso. El mecanismo elegido fueron los planes de desarrollo, siguiendo el modelo francés: Planificación Económica Indicativa. Del 64 al 75 se llevaron a cabo tres planes cuatrienales (el último se abandonó en el 73). El proyecto consistía en un desarrollo acelerado, basado en la coincidencia de objetivos entre el Estado y las empresas privadas (si aceptaban las condiciones, se les concedían ventajas fiscales, financieras, laborales…).

El plan que más destacó fue el de Polos de Desarrollo. Se eligieron zonas atrasadas con posibilidades económicas y se les concedió ayuda. Entre los años 64 y 72 se ayudó a ciudades como Coruña, Vigo, Oviedo, Logroño, Zaragoza, Sevilla, Huelva…

El Milagro Económico Español y sus Deficiencias

Entre 1960 y 1973 la economía española creció. España se acercó a Europa en términos económicos:

  • a) La renta per cápita aumentó más del doble.
  • b) Se modernizaron sectores económicos.
  • c) Se desarrolló el sector secundario, con la industria química, el metal y los automóviles (mejor nivel de vida).
  • d) Destacó el sector terciario por la llegada de muchos turistas.
  • e) La agricultura mejoró con la tecnología.

Sin embargo, aparecieron aspectos negativos:

  • a) Grandes desequilibrios regionales (terrenos despoblados).
  • b) Se desaprovechó la mano de obra del país.
  • c) Una parte de la población tuvo que emigrar al extranjero.
  • d) La balanza comercial era deficitaria: las importaciones eran productos caros e imprescindibles.

Este último punto se compensó gracias a tres fuentes de ingresos (España dependiente de otros países):

  • a) Inversión de capitales extranjeros en diversos sectores de la economía española.
  • b) Recepción de divisas que los emigrantes enviaban a sus familiares en España.
  • c) Entrada masiva de divisas por el turismo.

En conclusión, se produjo un espectacular desarrollo.

Los Cambios Sociales y la Nueva Mentalidad

Grandes Movimientos Migratorios

Las migraciones interiores adquirieron una gran magnitud en los años 60, debido a la enorme atracción de sectores como la industria y los servicios. Más de 3 millones de personas emigraron a zonas industriales, nuevos polos de desarrollo y focos turísticos. El espectacular crecimiento de grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao originó las denominadas ciudades dormitorio, sin infraestructuras adecuadas ni servicios básicos.

La emigración exterior alcanzó cifras elevadas. No había empleo suficiente para todos. Sin embargo, Europa estaba en expansión económica y podía absorber más mano de obra. Más de 1 millón y medio de personas emigraron a Europa entre los años 60 y 73. Los destinos principales fueron Francia, Alemania y Suiza. Este fenómeno fue esencial para la estabilidad social del régimen (evitaba el paro).

La Modernización de la Estructura Social

Debido al gran crecimiento de la economía, se modificó la estructura ocupacional de la población, que adquirió características de un país desarrollado. El despliegue de la industria y los servicios, ubicados en el marco de las ciudades, atrajo la mano de obra sobrante de la agricultura. La población del sector secundario y terciario superó al primario, que se redujo en los años 60 y 70. España había pasado de ser un país agrario a uno moderno e industrializado, pero con retraso todavía.

Se modernizó también la estructura social. Partiendo de una sociedad rural y polarizada, con una escasa minoría de alto nivel de renta, una reducida clase media y una gran mayoría de clase baja, se evolucionó a una sociedad con predominio de las clases medias urbanas.

Hacia la Sociedad de Consumo

El aumento de la renta per cápita y los salarios (que seguían siendo bajos en comparación con Europa) repercutió en una elevación del nivel de vida y generó cambios en el consumo:

  • a) Mejoró la calidad de la alimentación de la población (carne, leche, verduras…).
  • b) Aumentó también la construcción de viviendas, aunque insuficiente para los inmigrantes. No se llegó a resolver el problema del chabolismo y aparecieron problemas como edificios sin calidad y ciudades dormitorio (sin infraestructuras).
  • c) Mejoró también la dotación de los hogares (adquisición de teléfonos, frigoríficos, televisores…).
  • d) Lo más importante fue el aumento de la demanda de automóviles. El Seat 600 se convirtió en un símbolo de esta incipiente sociedad de consumo.

El Influjo de Europa en la Nueva Mentalidad de los Españoles

Se produjeron también cambios profundos en la mentalidad de los españoles. Se impusieron nuevos gustos, modas y costumbres provenientes de Europa. Esta influencia se introdujo en España a través de dos vías:

  • a) El creciente número de turistas que llegaba al país (zonas costeras).
  • b) Los emigrantes en Europa, que traían consigo una nueva mentalidad y un nivel de vida superior.

Europa se convirtió en un modelo económico, de libertad política y de otras formas de vida admiradas. El resultado de esto fue el surgimiento, sobre todo en la juventud, de una nueva mentalidad opuesta a la conservadora y autoritaria de los años 40 y 50 (afán de libertad moral, cultural y política, dirigida a la democracia).

El Inmovilismo Político

En la economía, España se modernizó mucho, pero en lo político no hubo una liberalización paralela hacia la democracia, sino que se atrincheró en los planteamientos autoritarios.

La Era de los Tecnócratas del Opus Dei

En 1957 entraron miembros del Opus Dei en los ministerios de Hacienda y Comercio. Esto solo fue el inicio de una carrera imparable por parte del Opus Dei hacia la ocupación de los centros del poder político. Los miembros tecnócratas del Opus fueron en aumento. En 1969, ya había 11 de 18 ministerios ocupados por ellos, lo que se denominó gobierno monocolor.

Debido al protagonismo de los tecnócratas, se orientó la economía del país, pero las cuestiones políticas pasaron a un segundo plano, en la misma medida que fueron relegadas en el gobierno las tradicionales familias e ideologías del régimen (falangistas, militares…).

Una Liberalización Más Aparente que Real

En el marco social del inmovilismo político que caracterizó al régimen hasta el final, la presión social hizo que se arrancaran algunas medidas de liberalización.

La primera fue la Ley de Prensa e Imprenta de 1966, elaborada por el ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne. Esta nueva ley eliminaba la censura previa a la que tenían que someterse las publicaciones escritas antes de salir a la luz. Sin embargo, no garantizaba la libertad de expresión, ya que se podían seguir aplicando sanciones, y así se hizo, a los que sobrepasaban los límites. Se establecía la «consulta voluntaria», que permitía al editor de la obra un examen previo. En definitiva, la nueva ley no fue bien acogida ni por sectores del franquismo (que la consideraban un riesgo excesivo) ni por la oposición, que creía que lo único que hacía era pasar de la censura previa a la posterior, con sus correspondientes sanciones.

La segunda medida fue la Ley de Libertad Religiosa de 1967, que reconocía la igualdad de todas las confesiones religiosas. De todas maneras, pocos españoles no eran católicos.

Ley Definitiva de Institucionalización del Régimen: La Ley Orgánica del Estado

Con la promulgación en 1967 de la Ley Orgánica del Estado, la última de las leyes fundamentales, se culminaba el proceso de institucionalización del régimen de 1938. Se trataba de una falsa apariencia de Estado de Derecho, sin modificar la esencia autoritaria del régimen, para despejar el camino a la integración de España en organismos internacionales.

La nueva ley establecía las funciones y la organización de las instituciones estatales y otorgaba al Jefe del Estado un poder omnímodo e ilimitado. Entre sus prerrogativas estaban la de nombrar al Presidente del Gobierno (que aparecía como cargo separado del Jefe del Estado), sancionar y promulgar leyes, convocar Cortes y ejercer el mando supremo del Ejército.

La Designación de Juan Carlos como Sucesor de Franco

Para garantizar la continuidad del régimen y evitar disputas en caso de fallecimiento del Jefe del Estado, quedaba pendiente la designación de un sucesor. En 1969, Franco decidió nombrar a Don Juan Carlos, hijo de Don Juan de Borbón y nieto de Alfonso XIII, como sucesor a título de Rey. Con esto, instauraba una nueva monarquía continuadora de su propio régimen, ya que obligaba al sucesor a jurar fidelidad a las Leyes Fundamentales.

Las Relaciones Exteriores

Desde 1958 se emprendió una intensa labor diplomática, que consiguió la integración de España en numerosas organizaciones internacionales (algunas, como la OTAN, rechazaron su ingreso). También la consolidación política del franquismo se tradujo en la adopción de ciertas iniciativas en política exterior, que otorgaron a España un limitado protagonismo que no había tenido antes.

Entre los hechos más importantes de la política exterior destacan:

  • a) La visita oficial a España del presidente Eisenhower en diciembre de 1959, que Franco aprovechó como propaganda de su persona y régimen.
  • b) La solicitud de ingreso (1962) en la recién creada Comunidad Económica Europea, germen de la actual UE. España no fue admitida, pero consiguió la firma de un Acuerdo Preferencial en los años 70, que le concedía privilegios comerciales.
  • c) El intento de recuperación de Gibraltar, símbolo del orgullo español. Las relaciones entre España y Gran Bretaña no llegaron a un acuerdo. En 1967, Gran Bretaña decidió celebrar un referéndum en Gibraltar, lo que provocó un pronunciamiento de España y la toma de medidas de aislamiento. En 1969 se produjo el cierre total de la frontera, que duró 13 años.
  • d) El reconocimiento de la independencia de Marruecos y Guinea Ecuatorial. En 1956, España concedió la independencia a su zona de protectorado en Marruecos y, en 1963, la autonomía a Guinea Ecuatorial, que obtuvo la independencia en 1968.
  • e) La cesión de Ifni y la cuestión del Sáhara. Marruecos reclamó a España los territorios de Ifni y el Sáhara Español. Ifni se cedió en 1969, pero el Sáhara siguió bajo control español debido a nuevos descubrimientos de recursos naturales.

La Creciente Oposición al Régimen

Debido a los profundos cambios experimentados por la sociedad española, que aspiraba a las libertades de Europa, se ampliaron los frentes de oposición al régimen a partir de los años 60:

  • a) Conflictividad laboral: Proliferaron las huelgas laborales con reivindicaciones de subidas salariales, mejores condiciones de trabajo y el derecho a huelga. Nacieron las Comisiones Obreras.
  • b) Agitación universitaria: Las protestas de 1965, de gran magnitud, llevaron a la expulsión de las cátedras de Madrid de profesores como Tierno Galván.
  • c) Oposición de un sector de la Iglesia: El espíritu renovador introducido en el seno de la Iglesia supuso un cambio de planteamientos políticos y sociales. Una parte de los eclesiásticos se separó del régimen.
  • d) Los grupos y partidos políticos ilegales: Se produjo una proliferación de partidos que desarrollaron una oposición al franquismo. Entre ellos destacan:
    • El Partido Comunista de España (PCE), al principio el único antifranquista, que encabezó la lucha por la restauración de la democracia.
    • El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), minoritario, que empezó a salir a la luz a partir de 1974.
    • Los nuevos partidos de extrema izquierda, surgidos gracias al descontento de la juventud más radical. Algunos de estos grupos derivaron en el terrorismo, como el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP).
    • Los nuevos partidos minoritarios de carácter moderado, con una amplia ideología (socialistas, socialdemócratas, demócrata-cristianos, monárquicos…). Contaba con grandes dirigentes, entre ellos se encontraba Izquierda Democrática.
    • Los partidos de carácter nacionalista, con la revitalización de los históricos Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), y la aparición de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) en 1974, liderada por Jordi Pujol, y Euskadi Ta Askatasuna (ETA), orientado al terrorismo.

La oposición al franquismo creció a pesar de la represión. El régimen no sobreviviría mucho tiempo.

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