La Guerra de la Independencia (1808-1814)
En mayo de 1808, la Guerra de la Independencia contra los franceses comenzó en Madrid. Los ciudadanos se enfrentaron a los soldados franceses, que respondieron con una fuerte represión. Los alzamientos se propagaron por el resto de España. En julio, las fuerzas napoleónicas fueron derrotadas en la batalla de Bailén por el General Castaños, lo que precipitó la caída de José I. Ante esta situación, Napoleón intervino, impuso a José I y los franceses ocuparon la parte central de España.
En agosto de 1808, llegaron tropas británicas a Portugal para enfrentarse a los ocupantes. En 1809, el ejército español fue derrotado en la batalla de Ocaña. Esta derrota dio paso a un nuevo tipo de lucha que surgió como recurso del pueblo ante la incapacidad del ejército: las guerrillas. A partir de 1812, las guerrillas, junto con los fracasos napoleónicos, dieron paso a las victorias de Arapiles y Vitoria. Y en 1813 se firmó el Tratado de Valençay, reimponiendo a Fernando VII en el trono.
El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Tras la retirada de las tropas francesas, Fernando VII volvió a España. Poco después, un grupo de diputados absolutistas de la corte le entregaron el Manifiesto de los Persas, que pedía la marcha atrás de las reformas impuestas en su ausencia. Por lo que se anuló la Constitución de 1812 y el trabajo de las Cortes, y Fernando VII comenzó a reinar como soberano absoluto, favorecido por diversos factores. Los liberales llevaron a cabo conspiraciones y pronunciamientos, pero todas estas acciones fueron descubiertas y los responsables ejecutados.
El Trienio Constitucional (1820-1823)
En 1820, el pronunciamiento del General Riego, quien lanzó una proclama en favor de la Constitución de 1812 y sublevó a su tropa en Sevilla, dio inicio al Trienio Constitucional. Más tarde se alzaron las guarniciones del norte. El gobierno de Fernando VII intentó resistir en Madrid, pero ante la negativa general, se vio obligado a firmar el restablecimiento de la Constitución de 1812. Esto supuso la imposición de un régimen liberal y la creación de milicias nacionales.
La Década Ominosa (1823-1833)
Fernando VII emprendió una fuerte represión contra los liberales, provocando un gran exilio político. Se suprimieron las leyes aprobadas en el Trienio y se reinstauró el Antiguo Régimen. La milicia nacional fue disuelta y en su lugar se creó los Voluntarios Realistas. Se volvieron a los pronunciamientos, que fracasaron. Los más importantes fueron los del Empecinado (1825) y Torrijos (1831). La coyuntura económica era mala. El rey promulgó la Pragmática Sanción que derogaba la Ley Sálica. Esta opción dejó sin trono a su hermano Carlos (radical).
La Primera Guerra Carlista (1833-1839)
Los primeros acontecimientos de la guerra favorecieron a los carlistas. Don Carlos estableció su corte en Zaragoza y luego en Vergara. En 1836, la guerra cambió de signo, gracias a los mejores recursos de los liberales. El General Gómez llegó hasta Andalucía y Carlos, en 1837, se acercó a Madrid. A finales de este año, Espartero obtuvo la victoria de Luchana, levantando el asedio de Bilbao. Ante la imposibilidad de que los carlistas ganaran la guerra, en 1839 el General Maroto firmó el Convenio de Vergara. Carlos abandonó España y la guerra continuó un año más en el Maestrazgo, liderada por el General Cabrera.
La Década Moderada (1843-1854)
En 1843, Isabel II fue proclamada reina y Narváez presidente del gobierno (liberalismo doctrinario).
Consolidación del Estado Liberal
- Constitución de 1845: política centralista, más restrictiva que la de 1837.
- Reforma de Hacienda: dos impuestos principales (contribución territorial y el indirecto de consumos).
- Restablecimiento de relaciones con la Iglesia (Concordato de 1851).
- Administración centralizada: gobernadores civiles, Guardia Civil, Banco de España (1856).
Moderantismo y Oligarquía
Ante la actitud represiva, no quedó otra alternativa que las sublevaciones. La Segunda Guerra Carlista (1846-1849) comenzó con la entrada de Cabrera en Cataluña. Matrimonio endogámico entre Borbones.
El Bienio Progresista (1854-1856)
Cambio de orientación política debido a:
- Manifiesto de Manzanares (1854): Elaborado por Cánovas del Castillo, pedía rebaja de impuestos y nuevas leyes.
- Jornadas de Julio: Barricadas en Madrid.
- Vicalvarada: Pronunciamiento del General O’Donnell.
Las elecciones de 1854 permitieron la llegada a las Cortes de una mayoría progresista. El gobierno de Espartero amplió las libertades políticas y la participación electoral, y promovió el desarrollo económico. Se produjeron desamortizaciones (Madoz y Mendizábal) en 1855.
- Constitución de 1856 (La Non Nata)
- Restablecimiento de la Constitución de 1845
El Sexenio Democrático (1868-1874)
La Revolución Gloriosa comenzó en 1868 con un pronunciamiento militar en Cádiz. Los generales Prim, Serrano y Topete se agruparon contra el régimen. Se formó un gobierno provisional presidido por Serrano e integrado por progresistas, que asumió el poder y disolvió las juntas. Se favoreció el librecambismo, la libertad de prensa y enseñanza, el sufragio universal masculino y se convocaron Cortes Constituyentes. En el medio rural se produjeron sublevaciones. En Cuba se inició la Guerra de los Diez Años (1868-1878).
Las Cortes elaboraron la Constitución de 1869. En junio, el General Serrano fue designado regente. El General Prim inició la búsqueda de un soberano por Europa.
El Reinado de Amadeo de Saboya (1870-1873)
Amadeo de Saboya, de familia real vinculada al constitucionalismo y profundamente católica, era un extranjero que desconocía España y su cultura. La llegada del monarca estuvo marcada por el asesinato de Prim. Amadeo I se enfrentó a varios problemas:
- Reactivación del carlismo con un alzamiento en el norte de la península.
- Agravamiento de la Guerra de Independencia cubana.
- Aumento de la actividad del movimiento obrero con huelgas y ocupación de tierras.
La situación de inestabilidad llevó al General Serrano a una suspensión de las garantías constitucionales, a lo que Amadeo I se opuso. Esto provocó la abdicación del monarca.
La Primera República (1873-1874)
Ante la ausencia de un monarca, se proclamó la Primera República en 1873. El principal problema que encontraron fue el enfrentamiento entre centralistas y federalistas. El presidente Figueras convocó Cortes con el objeto de elaborar una constitución. Durante el mandato de Pi i Margall se presentó el proyecto. Los seguidores del presidente se anticiparon a la proclamación del Estado Federal, lo que provocó la Revolución Cantonal, obligando al presidente a dimitir.
Salmerón (nuevo presidente) utilizó al ejército contra las sublevaciones, pero se negó a firmar penas de muerte y dimitió. Le sucedió Castelar, que suspendió las Cortes hasta enero. El carlismo se consolidó en sus posiciones con la batalla de Montejurra. El movimiento obrero se manifestó contra la república, que no terminaba de satisfacer sus demandas. La Guerra de Cuba prosiguió.
La Restauración Borbónica (1874-1931)
El Canovismo
La dinámica del sistema de la Restauración requería la existencia de dos partidos: el Liberal Conservador (Cánovas del Castillo) y el Liberal Fusionista (Sagasta).
Primera Etapa (1875-1885): Presidida por Cánovas del Castillo, se caracterizó por el progresivo afianciamiento del régimen debido a varios factores:
- Agotamiento político y aceptación de un sistema que pretendía la normalización del país.
- Restricción de la libertad de cátedra, asociación obrera y derecho a voto.
- Mejora de las condiciones de vida.
- Fin de la Guerra Carlista y la Guerra de los Diez Años (Cuba).
- Popularidad de Alfonso XII.
Segunda Etapa (1885-1902): Se inició con el fallecimiento de Alfonso XII (regencia de María Cristina de Habsburgo). Se produjo el Pacto del Pardo, donde se consolidaba el turnismo como mejor garantía para la preservación del régimen. Pese a la reanudación del conflicto cubano y el cambio de la coyuntura económica, el sistema se afianzó. Se creó la Ley de Prensa y se estableció el sufragio universal masculino.
El Bienio Reformista (1931-1933)
Reforma Militar
- Decretos de 1931: obligaban a los militares a prestar juramento de fidelidad a la república.
- Creación de la Guardia de Asalto.
- La Sanjurjada (1932): reducción del número de oficiales.
Reforma Agraria
- Obligatoriedad de tener labradas las tierras y de emplear trabajadores del término municipal.
- Creación de jurados mixtos y jornadas de 8 horas.
- Aprobación de la Ley de Bases para la Reforma Agraria.
- Creación del Instituto de Reforma Agraria.
Reforma Educativa
- Creación de miles de escuelas y puestos de maestros.
- Subida de sueldos de los maestros.
- Supresión de la enseñanza religiosa en la escuela.
- Fundación del Patronato de Misiones Pedagógicas.
Reforma Religiosa
- Expulsión del Cardenal Pedro Segura, defensor del régimen anterior.
- Incendios de edificios eclesiásticos.
- Aprobación del divorcio.
- Secularización de cementerios.
- Disolución de la Compañía de Jesús.
El fin del Bienio Reformista se precipitó por la crisis mundial.