El fin del peronismo y el ascenso de la violencia (1973-1976)
En 1973, tras la renuncia de Héctor Cámpora, Juan Domingo Perón regresó al poder. Sin embargo, la convivencia entre las diferentes facciones peronistas, la izquierda y la derecha, se volvió imposible. La violencia política se intensificó, culminando en el trágico enfrentamiento de Ezeiza, donde la derecha impidió el acceso de la izquierda al palco de Perón. La muerte de Perón en 1974 dejó un vacío de poder que las diferentes facciones peronistas no pudieron llenar. La violencia política continuó, con Montoneros pasando a la clandestinidad y utilizando la lucha armada como herramienta de resistencia.
El Pacto Social: Un intento fallido de estabilidad económica
Durante el gobierno de Cámpora, se implementó el Pacto Social, un acuerdo entre la CGT y la CGE para contener la inflación y los conflictos laborales. El pacto logró un crecimiento económico inicial, pero pronto se desmoronó debido al aumento del precio del petróleo, la disminución de las exportaciones y el descontento social. La ruptura definitiva del pacto se produjo cuando el gobierno decretó un aumento salarial, lo que provocó la reacción de los empresarios.
El golpe de Estado de 1976 y el Proceso de Reorganización Nacional
En 1976, las Fuerzas Armadas, lideradas por Jorge Rafael Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti, dieron un golpe de Estado y establecieron el Proceso de Reorganización Nacional. El objetivo principal del régimen militar era erradicar la subversión, reconstruir la nación y promover el desarrollo económico. Para ello, se implementó una política de represión brutal, con la suspensión de la actividad política, la ilegalización de los partidos políticos, la intervención de los sindicatos y la censura de la prensa.
La represión y la violencia del régimen militar
La dictadura militar se caracterizó por la violación sistemática de los derechos humanos. Se implementó un plan de exterminio de la oposición, con la creación de centros de detención clandestinos y la desaparición forzada de miles de personas. La censura y la represión se extendieron a todos los ámbitos de la vida social, con la legalización de la pena de muerte y la persecución de cualquier persona relacionada con la izquierda.
El modelo económico liberal de Martínez de Hoz
El ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz, implementó un modelo económico liberal que favorecía la especulación financiera y el ingreso de capitales extranjeros. El modelo tuvo un auge inicial, pero se debilitó rápidamente debido a la falta de inversión privada y la dependencia de préstamos externos. La guerra de Malvinas, en 1982, fue un intento desesperado por unificar a la sociedad, pero terminó por acelerar el fin de la dictadura.
La mirada de Cavarozzi: El antiperonismo como motor de la dictadura
El politólogo argentino Marcelo Cavarozzi sostiene que el Proceso de Reorganización Nacional fue un régimen antiperonista que culpaba al peronismo por los males de la sociedad. Cavarozzi argumenta que los militares consideraban que la sociedad argentina estaba enferma por el virus de la subversión y que solo ellos podían curar esa enfermedad. Para Cavarozzi, la dictadura militar fue un producto del antiperonismo y de la visión de los militares sobre la sociedad argentina.
Las causas de la subversión según los militares
Los militares identificaban tres causas principales de la subversión: el crecimiento de la participación política de los ciudadanos, impulsado por el peronismo; el populismo, que incentivaba la organización sindical; y el desarrollismo, que había creado una clase empresarial considerada ineficiente y dispuesta a negociar con los trabajadores.