La Restauración (1874-1923)
El sistema político de la Restauración se basó en dos pilares: la Constitución de 1876 y el turnismo al poder de los dos principales partidos políticos: el Conservador, dirigido por Antonio Cánovas del Castillo y heredero de los moderados; y el Liberal, encabezado por Práxedes Mateo Sagasta y heredero de los progresistas.
La Constitución de 1876
La Constitución de 1876 era moderada, pero lo bastante flexible como para permitir que los partidos pudiesen gobernar sin cambiarla. Establecía una declaración de derechos amplia, con posibilidad de restringirse más o menos del partido gobernante; la soberanía compartida entre el rey y las Cortes y un sufragio a determinar por el partido gobernante.
El Turnismo
El Turnismo se basó en la alternancia pacífica de los partidos en el poder. Cuando el gobierno se desgastaba, el rey encargaba formar gobierno al jefe de la oposición. Este convocaba y amañaba las elecciones, utilizando trampas electorales como el pucherazo y valiéndose de la presión ejercida sobre los electores por los caciques, individuos de gran poder económico y social a nivel comarcal o local.
Los Problemas de la Restauración
La Restauración tuvo numerosos problemas:
- La oposición de los partidos excluidos del turnismo: Fue el caso de los carlistas, los demócratas y los republicanos.
- El inicio del regionalismo: Frente a la política centralista del gobierno, los catalanes reivindicaron el catalán como lengua oficial, la existencia de partidos y tribunales catalanes y la autonomía de Cataluña. Los vascos se centraron en la defensa de sus fueros y tradiciones; y los gallegos y los andaluces, en la solución de los problemas económicos y sociales.
- El auge del movimiento obrero: Se reflejó en la difusión del socialismo, tras la fundación del PSOE y de la UGT y del anarquismo que fundó la CNT.
- El desastre de 1898: En el que perdimos las últimas colonias españolas: Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
Crisis de 1917
La crispación del periodo condujo a la crisis de 1917. Esta tuvo una triple dimensión: militar, política y social.
- La crisis militar: Se originó al reclamar el ejército la subida de salarios y el ascenso por antigüedad, y no por méritos de guerra.
- La crisis política: Se debió a una asamblea de parlamentos catalanes, que reclamó una nueva constitución y la creación de un estado descentralizado, con autonomías.
- La crisis social: Se desencadenó por la convocatoria de una huelga general. Con ella, los partidos y sindicatos de izquierda pretendían protestar por la subida de precios, que empobrecía a las clases populares, y derrocar el gobierno. La huelga fue duramente reprimida, lo que intensificó el deterioro político.
Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
Entre 1919 y 1923 la situación se agravó. Se sucedieron los gobiernos de concentración, que apenas duraban en el poder; aumentó la conflictividad social, pues la crisis económica producida tras la Primera Guerra Mundial motivó el violento enfrentamiento entre patronos y obreros y numerosas huelgas; y el desastre de Annual en la guerra de Marruecos, donde murieron 10.000 soldados, causó una enorme conmoción en la opinión pública española. En este contexto de crisis, el general Primo de Rivera dio un golpe de estado en 1923. Finalizaba así el sistema de la Restauración y se imponía una dictadura.
Primera Fase de la Dictadura
En la primera fase de la dictadura, el gobierno estuvo en manos de un directorio militar. Este suspendió la Constitución de 1876, disolvió las Cortes, prohibió los partidos políticos, reprimió el movimiento obrero y el nacionalismo y derrotó a los marroquíes tras el desembarco de Alhucemas.
Segunda Fase de la Dictadura
En la segunda fase, Primo de Rivera formó un directorio civil. Durante esa época, se fomentó la agricultura de regadío y la industria, se construyeron carreteras y ferrocarriles. Pero ante la repercusión de la crisis, aumentó el paro, el resurgimiento del movimiento obrero y de los nacionalismos y la oposición de los intelectuales. Primo de Rivera dimitió en 1930. Se intentó volver al sistema parlamentario, pero el desprestigio de la monarquía por su apoyo a la dictadura, hizo que en las elecciones municipales celebradas en abril de 1931 triunfaran los republicanos en las grandes ciudades y Alfonso XIII abandonó el país.
El Bienio Reformista (1931-1933)
El gobierno, presidido por Manuel Azaña y formado por una coalición de republicanos y socialistas, llevó a cabo una política de reformas cuya intención era resolver los problemas de España y democratizar la vida pública.
- La reforma del Estado: Pretendía acabar con el centralismo. Cataluña consiguió la aprobación de un Estatuto de Autonomía y de un parlamento y un gobierno propio, la Generalitat. El País Vasco, Galicia y Andalucía elaboraron también proyectos de estatutos de autonomía, que no llegaron a aprobarse.
- La reforma social: Pretendía mejorar las condiciones laborales de los obreros. Para ello, se estableció la jornada de 40 horas semanales, la subida de salarios y la creación de seguros.
- La reforma agraria: Buscaba conseguir una distribución más justa de la propiedad de la tierra. Para lograrla, la Ley de Bases de Reformas Agrarias aprobó la expropiación con indemnización de los latifundios más explotados. Pero la lentitud de la reforma disgustó al campesinado, que procedió en muchos casos a la ocupación violenta e ilegal de tierras. Estas reformas provocaron huelgas y movilizaciones y obligaron a dimitir a Azaña en 1933 y en las nuevas elecciones ganaron los partidos de centro derecha.
El Golpe de Estado y los Apoyos de Cada Bando (1936)
La sublevación militar se inició en Melilla, Tetuán y Ceuta el 17 de julio de 1936 y al día siguiente se extendió por toda España, donde triunfó sobre todo en las zonas rurales y fracasó en las más industrializadas.
Apoyos Internos
- Los sublevados: Contaron con el apoyo de militares conservadores, propietarios agrarios, alta burguesía, monárquicos, carlistas y muchos católicos.
- El gobierno republicano: Tuvo el apoyo de militares progresistas, campesinos sin tierra, pequeña burguesía y partidos de izquierdas.
Apoyos Externos
En el exterior del país se formó un Comité de No Intervención, para evitar que el apoyo extranjero a cada bando desencadenase una guerra mundial, pero no pudo evitar que los dos recibieran ayuda. Los sublevados la recibieron de Alemania e Italia, y la republicana de la URSS y de las Brigadas Internacionales, integradas por más de 40.000 voluntarios de diversos países.