El Reinado de Isabel II (1843-1868)
Contexto Histórico
La época que tratamos se caracteriza por el reinado de Isabel II, hija de Fernando VII, entre 1843 y 1868. Durante la minoría de edad de Isabel II hubo una regencia compartida entre María Cristina y el general Espartero. En esta época hubo una crisis política en España, donde los diferentes partidos políticos pugnaban por obtener el poder. Este periodo es uno de los más inestables de la historia contemporánea de España.
Transformaciones Políticas y Socioeconómicas
Isabel II fue reina de España entre 1843 y 1868. Durante esos años se llevaron a cabo las principales transformaciones políticas y socioeconómicas de la Revolución Liberal Burguesa. Moderados, progresistas y los otros partidos políticos que actuaban en este periodo pugnaban por imponer sus criterios.
En la primera década de este periodo, el proyecto progresista fue el predominante. En la segunda década del reinado, la opción política predominante fue la moderada, que construyó un sistema autoritario y oligárquico con el cual alcanzó la estabilidad política, pero no la social.
La oposición frontal al estado y a la economía liberal la encarnó política y militarmente el carlismo, que fue el derrotado del siglo.
El Liberalismo Español
Con la muerte de Fernando VII en 1833 y la proclamación de la regencia de María Cristina, entra en escena nuevamente el liberalismo español. La pérdida de las colonias americanas, el endeudamiento del estado, la influencia de la reciente revolución liberal en Francia en 1830 y el descontento y malestar de la población hacían inaplazable la introducción de reformas para establecer en España un régimen liberal.
Los liberales españoles estaban divididos en dos tendencias:
- Los doceañistas, cuyas aspiraciones no iban más allá de restablecer la Constitución de 1812 y obtener las libertades básicas.
- Los exaltados, que querían realizar reformas en la organización del estado, ampliar el sufragio y liquidar los restos de la sociedad del Antiguo Régimen.
A partir de 1833, estas dos corrientes configuraron la división de los liberales españoles en moderados y progresistas.
Los Moderados
Los moderados defendían un liberalismo doctrinario, partidario de la soberanía compartida entre Cortes y Corona. Defensores del orden y la propiedad, eran partidarios del sufragio censitario y de limitar los derechos individuales y colectivos. Defendían la Iglesia Católica y preferían una organización centralista del estado. Estaban formados por terratenientes, alta burguesía, alto clero y altos mandos del ejército.
Los Progresistas
Los progresistas defendían la soberanía nacional y la limitación de las atribuciones de la corona. Querían un sufragio censitario más amplio y mayores libertades y derechos, tanto individuales como colectivos. Eran partidarios de la descentralización estatal y de la milicia nacional. Se formaban de pequeña y mediana burguesía, profesionales liberales, artesanos y militares de baja graduación.
Inestabilidad Política y Alternancia en el Poder
Moderados y progresistas se alternaron en el poder recurriendo a pronunciamientos, por la incapacidad de establecer una alternancia política por vía parlamentaria.
La Regencia de María Cristina y el Estatuto Real
Bajo la dirección de los doceañistas, comienza la regencia de María Cristina. Una de las medidas más notables fue la promulgación del Estatuto Real, que en realidad fue una carta otorgada que marcó el intento de crear una nueva transición pacífica del absolutismo al liberalismo. Una medida importante fue la organización del estado. Mientras, se desarrolla la guerra civil contra los carlistas, partidarios de Carlos María Isidro, quien pretendía volver al absolutismo.
El Liberalismo Progresista y la Desamortización de Mendizábal
Mediante el motín de La Granja, el liberalismo progresista tomó el poder. En un primer momento se exige la restauración de la Constitución de 1812, pero se elabora la de 1837, que respondía a los principios de esta facción liberal.
Los progresistas, bajo la dirección de Mendizábal, acometieron la desamortización de bienes del clero regular como medida fundamental del nuevo modelo económico. Fueron desvinculadas grandes bienes de manos muertas y fue eliminado el mayorazgo. Después, se desamortizaron los bienes del clero secular. Así se pretendía sanear la hacienda.
A la cabeza del progresismo figura Espartero, que selló la paz con los carlistas en 1839. Espartero derrocó a María Cristina y se nombró a sí mismo regente.
El Retorno de los Moderados y la Constitución de 1845
Un nuevo golpe de fuerza dirigido por Narváez instaló en el poder a los moderados. Durante diez años se hicieron reformas que limitaron el alcance de las efectuadas por los progresistas, como la primera Ley Ferroviaria, leyes de educación y la creación de la Guardia Civil. Hubo un gran cambio político con la Constitución de 1845, que asume principios liberales doctrinarios.
La Década Moderada y el Bienio Progresista
Mientras, en Europa se iba produciendo un reconocimiento del sufragio universal, y en España se expandían los ideales democráticos. En 1848, mediante la Vicalvarada, se provocó un nuevo cambio, pues supuso el retorno de los progresistas al poder, encabezados por Serrano y O’Donnell. En estos dos años se comenzó a redactar una constitución progresista que quedó como non nata, se reanudó la desamortización bajo la dirección de Pascual Madoz, que enajenó bienes municipales, y se restauró la milicia nacional, la autonomía municipal y la de las diputaciones. Espartero volvió a ostentar la jefatura del gobierno.
La Unión Liberal y el Fin del Reinado de Isabel II
En 1856, bajo la dirección de O’Donnell, se produjo un nuevo golpe de fuerza por el que se creó un nuevo partido, la Unión Liberal, que pretendía, sobre todo, el mantenimiento del orden ante el desarrollo de los movimientos obrero y demócrata. Durante los años siguientes se produjeron avances en la expansión ferroviaria, reorganización de ayuntamientos, expediciones coloniales a Marruecos…
A partir de 1866, el moderantismo se vio acosado por graves problemas: demanda social de participación política, corrupción de la corte de Isabel II, política autoritaria de Bravo Murillo, que le llevó a expulsar de la universidad a prestigiosos profesores como Castelar, y el malestar provocado por la grave crisis económica y financiera. Tras reprimir con fusilamientos la sublevación del cuartel de San Gil y las manifestaciones de descontento estudiantil por la expulsión de catedráticos demócratas, se hizo una alianza con sectores progresistas y demócratas en el Pacto de Ostende, que llevaría a la Revolución Gloriosa en septiembre de 1868. Esta revolución llevaría al destronamiento de Isabel II y al fin de los enfrentamientos entre moderados y progresistas. En 1868 se marcó un nuevo periodo: el Sexenio Democrático.
Constituciones del Periodo
Constitución de 1837
Característica | Descripción |
---|---|
Ideología | Liberal progresista (algo más moderada) |
Soberanía | Recae sobre la nación |
Sufragio | Universal censitario (algo menos restringido) |
Poderes | Legislativo: Cortes y Rey Ejecutivo: Rey y ministros Judicial: Tribunales |
Cortes | Bicamerales: Congreso de los Diputados y Senado (el Rey elegía a los propuestos por los diputados) |
Relación Estado-Iglesia | Los españoles profesan el catolicismo. La nación mantiene a los funcionarios de Dios (curas, sacerdotes, monjas) |
Vigencia y duración | De 1837 a 1845. Periodo que comprende la minoría de edad de Isabel II y algunos años iniciales del reinado |
Milicias y fuerzas de orden público | Se mantiene la Milicia Nacional |
Comercio | Liberalismo comercial |
Constitución de 1845
Característica | Descripción |
---|---|
Ideología | Liberal muy moderada |
Soberanía | Recae sobre las Cortes y el Rey |
Sufragio | Universal censitario (algo más restringido) |
Poderes | Legislativo: Cortes y Rey Ejecutivo: Rey y ministros Judicial: Tribunales |
Cortes | Bicamerales: Congreso de los Diputados y Senado (el Rey elegía directamente) |
Relación Estado-Iglesia | Solo existe la religión católica. Se trata de un Estado confesional |
Vigencia y duración | De 1845 a 1868. Periodo que comprende hasta la derrocación de Isabel II |
Milicias y fuerzas de orden público | Se crea una fuerza de orden público centralizado: la Guardia Civil |
Comercio | Proteccionismo económico |