La España del siglo XIX: De la Restauración a la Revolución

La España del siglo XIX: De la Restauración a la Revolución

La Restauración Borbónica: Isabel II y el reinado de los partidos

A finales de 1843 se declara la mayoría de edad de Isabel II (con 13 años). En su reinado efectivo podemos distinguir varias etapas:

La década moderada (1844-1854)

La reina muestra su simpatía por los moderados. En mayo de 1844 se forma un gobierno presidido por el general Narváez. Este suprime la Milicia Nacional y la Ley de Ayuntamientos, para acabar con los principales soportes de los progresistas. Creó la Guardia Civil.

En 1845 se aprueba la Constitución moderada, que proclama una soberanía compartida entre el Rey y las Cortes. En ella, las Cortes bicamerales, aunque los miembros del senado son designados por la reina. La nación se declara católica y los derechos que incluye son limitados, especialmente el de libertad de prensa.

Narváez llevará a cabo varias reformas como la del sistema fiscal (que puso fin al sistema impositivo del Antiguo Régimen, con impuestos directos e indirectos), la de la Ley Electoral (con un sufragio restringido a varones de más de 25 años con una determinadas rentas), reducción del déficit público ó la Firma del Concordato con la Santa Sede que da por válidas las expropiaciones a cambio de mantener el culto y al clero.

Las revoluciones europeas de 1848 tienen su eco en España y Narváez las reprime duramente. En 1851 dimite Narváez debido a la crisis financiera. Le sustituyen Bravo Murillo y Sartorius. Los decretazos, la corrupción por la concesión de licencias para la construcción del ferrocarril, la crisis económica,… motivan el pronunciamiento de ODonell (la Vicalvarada), que da paso a dos años de gobierno progresista.

El bienio progresista (1854-1856)

ODonell, en el Manifiesto de Manzanares, redactado por Cánovas, se recogen reformas en profundidad como la reinstauración de la Milicia Nacional, la ampliación del derecho de voto, ley de imprenta, convocatoria de Cortes y mayor descentralización. Isabel II llama a Espartero a formar un gobierno con progresistas y moderados.

El nuevo gobierno de Espartero redactó la Constitución nonata de 1856 (de marcado carácter progresista que proclamaba la soberanía nacional, la limitación del poder del monarca, una ampliación de derechos y libertades, la tolerancia religiosa,…), tomó medidas económicas como la Ley de desamortización de Pascual Madoz,…

La inestabilidad continúa agravada por un nuevo levantamiento carlista, la crisis agraria, la inflación y las primeras huelgas generales del movimiento obrero. ODonell sustituye a Espartero, restableciendo el orden con una dura represión del movimiento obrero y la disolución de la Milicia Nacional.

La vuelta de los moderados (1856-1858)

viene motivada por el no entendimiento entre ODonell e Isabel II. Narváez promulga de la Ley Moyano de Instrucción Pública que hacía obligatoria la enseñanza entre los 6 y los 9 años. Entre moderados y unionistas se produjo una alternancia en el poder durante los últimos años del reinado de Isabel II.

La dura represión de Narváez para ante la crisis agraria de 1857 devolvió el poder a ODonell. Es el gobierno largo de la unión liberal (1858-1863), en el que la prosperidad económica trajo estabilidad social.

Las inversiones extranjeras hacen que se impulse la industria y el ferrocarril. Para recuperar el prestigio internacional, y con la ayuda de Francia se interviene en Cochinchina, Marruecos (donde se consiguió la cesión de Ifni y el afianzamiento de Ceuta y Melillla), Santo Domingo, México y Perú. Un nuevo roce de ODonell y la reina hará caer el gobierno de la Unión Liberal.

El regreso de Narváez (1863-1868)

supone el descrédito de la corona. Los intelectuales y el ejército se
oponían a los moderados: La Noche de San Daniel se produjeron revueltas universitarias por la destitución de
dos catedráticos críticos con la reina. Además, la sublevación del cuartel de San Gil en Madrid se saldará con
200 muertos. La crisis se agrava, En 1866, tiene lugar el Pacto de Ostende entre progresistas, demócratas y
unionistas para derribar a la Corona y que será la base para La Gloriosa (1868), revolución que echará del
trono a Isabel II

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