La Crisis de la Restauración
Aunque el sistema de la Restauración seguía vigente a finales del siglo XIX, surge el regeneracionismo, una corriente que se oponía a la oligarquía y proponía ideas para la modernización económica, social y política. A pesar de mantenerse el turno de partidos, surge una inestabilidad política y una crisis en los partidos dinásticos, además de otra crisis entre militares y el catalanismo, que provoca la entrada del ejército en la política. En los partidos hay renovaciones, cambiando sus líderes: José Canalejas en el Partido Liberal y Antonio Maura en el Partido Conservador.
El Regeneracionismo Conservador de Maura
Maura crea un proyecto llamado «Regeneración desde arriba», buscando realizar reformas en el sistema parlamentario sin alterar sus bases. Se aprueba una ley electoral en 1907, implantando el voto obligatorio para intentar acabar con el caciquismo, pero fracasa. Sin embargo, otra ley, la Ley de Administración Local, también para acabar con el caciquismo, tuvo más éxito, pero no fue aprobada por las Cortes ni por los liberales. No obstante, sí consiguió la legalización de las huelgas.
Otra ley más, de represión contra el terrorismo, que buscaba acabar con los anarquistas, también fracasó. Los opositores a Maura crearon un bloque de izquierdas para defender la reforma constitucional que llevara a la democracia.
La Guerra de Marruecos y la Semana Trágica de Barcelona
España entra en guerra con Marruecos y coloniza el Rif, una zona muy conflictiva que obliga al gobierno a enviar al ejército para proteger las minas y el ferrocarril que unía el Rif y Melilla.
En Barcelona surge otro conflicto debido a la movilización de reservistas para solventar el problema del ataque rifeño al ferrocarril. Republicanos radicales, anarquistas y socialistas se movilizan en Barcelona para protestar contra la guerra, convocando una huelga general. Hay serios conflictos contra las fuerzas del orden y contra iglesias, declarándose el estado de guerra y enviando el gobierno refuerzos militares.
Hubo condenas a muerte, pero una en especial, a un inocente, llevó a que liberales e izquierdas pidieran al rey la destitución de Maura.
El Regeneracionismo Liberal de Canalejas
Con la llegada de Canalejas al gobierno, se busca la democracia. Se regulan las relaciones laborales, mejorando las condiciones de vida y de trabajo, aparece la seguridad social y se establece el servicio militar obligatorio.
Partidos Dinásticos y Movimiento Obrero
Durante la Restauración, los partidos fuera del sistema tuvieron poco peso, pero en el siglo XX aumentaron su fuerza y sus apoyos. Crecieron los partidos obreros y el sindicalismo. Los republicanos, inicialmente separados, se vieron obligados a unirse. Se fundó la Unión Republicana, pero había diferencias ideológicas. Los republicanos moderados optaron por la vía electoral y parlamentaria, mientras que los radicales querían utilizar las masas para instaurar la república. Estas diferencias provocaron la separación del sector radical, creando el Partido Radical, mientras que los moderados crearon el Partido Reformista.
El Nacionalismo Catalán y Vasco
El nacionalismo catalán tuvo más importancia en este periodo. Liderado por la Lliga Regionalista de Catalunya, defendían la regeneración de la vida política y la modernización de la economía, pidiendo autonomía para Cataluña. En el nacionalismo vasco, tras la muerte de Sabino Arana en 1903, se produjo en el PNV un enfrentamiento entre radicales y liberales. El nacionalismo se extendió desde Vizcaya a las demás provincias, ampliando sus bases sociales y convirtiéndose en la primera fuerza política a partir de 1917.
El Movimiento Obrero: Anarquismo y Socialismo
El movimiento obrero era muy débil debido al atraso industrial. El anarquismo seguía rechazando su participación en política, pero en su seno había dos sectores enfrentados: los partidarios del terrorismo y los partidarios del sindicalismo. Se reorganizó y utilizó como instrumento revolucionario la huelga. Se creó la CNT por sociedades anarquistas catalanas, pero fue ilegalizada tras la huelga de 1911.
Finalmente, el socialismo, también escaso, decidió colaborar con los republicanos, creando la Conjunción Republicano-Socialista, creciendo su fuerza por aceptar la democracia y el anticlericalismo e incorporando la UGT a obreros industriales.