10.2. EL GOBIERNO RADICAL CEDISTA (1933-1935). LA Revolución DE Asturias
La II República fue proclamada el 14 de Abril de 1931, dando paso a un gobierno provisional y al Bienio Reformista, que promulga la Constitución de 1931 e inicia un intenso periodo de reformas. Pero en Septiembre de 1933, una serie de circunstancias como las maniobras políticas del Partido Radical de Lerroux para echar a los socialistas del gobierno, la pérdida de prestigio y apoyo popular del gobierno, por hechos como los de Casas viejas, hacen que se rompa la coalición republicana y el Pacto de San Sebastián; el PSOE rompíó con Azaña y los anarquistas se alejaron del juego político. Finalmente, Azaña presentó la dimisión y Alcalá Zamora convocó nuevas elecciones para Noviembre de 1933. La gran novedad era que las mujeres votaban por primera vez con lo que el censo electoral se duplicó. La disgregación de los partidos de izquierda y la abstención anarquista favorecíó la victoria de una coalición de las derechas formada por los Radicales de Lerroux y la CEDA de Gil Robles. Lerroux asumíó la jefatura del gobierno y comenzaba así el bienio radical cedista.
Hasta Octubre del 34 se sucedieron nueve meses llenos de dificultades en los que la tensión crecíó aumentando la polarización en dos bandos, derechas e izquierdas, cada día más decididos a usar la violencia para imponerse. El nuevo gobierno se dedicó a frenar el proyecto del bienio anterior: se paralizó la reforma agraria, se decretó una amnistía para los militares participantes en el golpe del 32, se detuvo la reforma militar y se puso en puestos clave a militares sospechosos de ser contrarios a la república y se paralizó el estatuto de autonomía para el P. Vasco. Esta actitud provocó un intento de la izquierda por crear una república de los trabajadores mediante la revolución, que se materializó en la Revolución de Octubre de 1934.
Largo Caballero impulsó la Alianza Obrera, alianza revolucionaria de todos los partidos obreros y la creación de un comité para la organización del golpe revolucionario. El detonante fue la incorporación de tres ministros de la CEDA al gobierno. Como movimiento nacional la revolución fue un fracaso, triunfando solo en Asturias, que quedó aislada del resto del movimiento. Durante 15 días Asturias fue controlada por los comités obreros y la milicia del ejército rojo. La dura intervención del ejército de Marruecos, al mando del general Franco, provocó un levantamiento en la regíón de dimensiones de Guerra Civil. Cuando la revolución finalizó el país estaba dividido y los ánimos más encendidos. En Barcelona, la insurrección tuvo carácter independentista, y fue declarada nuevamente la República Catalana por el propio Companys, presidente de la Generalitat. La revuelta fue rápidamente reprimida por del Ejército. La autonomía de Cataluña quedó suspendida temporalmente y el gobierno de Companys encarcelado. La revolución provocó una fuerte polarización política. Calvo Sotelo fundó el Bloque Nacional que consistía en ofrecer una alternativa a la república con una monarquía tradicional basada en una autoridad fuerte. Por otro lado, desde el inicio de la república estaba presente, aunque de forma minoritaria el Partido Carlista. También surgieron, con carácter minoritario, partidos totalitarios como la JONS, que se acabó fusionando con la Falange Española, fundada en 1933 por José Antonio Primo de Rivera. A finales de 1935 estallaron varios escándalos financieros en el entorno de Lerroux, como el escándalo del estraperlo, que rompieron la alianza entre los radicales y la CEDA.
Alcalá Zamora convocó nuevas elecciones para 1936
Con la experiencia de lo ocurrido en las elecciones anteriores, la izquierda comprendíó la necesidad de presentarse unida a las elecciones, con lo que se configuró el Frente Popular que agrupaba a toda la izquierda: republicanos, socialistas, comunistas e incluso contaba con el apoyo de los anarquistas. Las derechasformaron diversas coaliciones, entre las que destaca el Bloque Nacional encabezado por la CEDA, pero no lograron formar una coalición única, lo que les costó la derrota.
En las elecciones de Febrero de 1936 obtuvo mayoría el FP, aunque los partidos de derecha obtuvieron un considerable número de votos. La derecha obtuvo mayoría en las zonas rurales, mientras que la izquierda ganaba en las grandes ciudades industriales, y en las regiones partidarias de la autonomía. El nuevo gobierno fue formado exclusivamente por republicanos de izquierdas, ya que los socialistas se encontraban divididos, pues un sector quería colaborar, pero otro quería llevar a cabo una revolución con la CNT.
Manuel Azaña se convierte en presidente de la república y Casares Quiroga en presidente de gobierno
El programa mínimo pactado por el Frente Popular se puso en funcionamiento. Se decretó una amnistía para los presos de la Revolución de Octubre. Se devolvíó a Cataluña su autonomía y se iniciaron negociaciones con el PNV y los gallegos para nuevos proyectos autonómicos. Se reinició la reforma agraria. Durante estos meses en la calle fue subiendo la tensión y los estallidos de violencia fueron frecuentes por los dos bandos: asesinatos, incendios, huelgas, ocupaciones de tierras. Parte del ejército consideraba que la revolución era inminente por lo que iniciaron una conspiración para acabar con la República. El 12 de Julio de 1936 aparecíó asesinado el teniente Castillo, perteneciente a la Guardia de Asalto. Al día siguiente un grupo de guardias ejecutó al diputado José Calvo Sotelo. Este fue el pretexto para el alzamiento militar dirigido por los generales Mola, Sanjurjo, Franco y Goded, y que contó con el apoyo de parte de la derecha. El 17 se sublevó el ejército de Marruecos, y durante muchas horas se pensó que el alzamiento era algo aislado pero el día 18 muchas regiones se habían sumado al alzamiento mientras otras permanecieron fieles al gobierno de la República. La polarización política y social hacían de la guerra algo inevitable.