15.3. LA DICTADURA FRANQUISTA. ELEMENTOS DE CAMBIO EN LA ETAPA FINAL DEL FRANQUISMO. LA OPOSICIÓN AL RÉGIMEN. EVOLUCIÓN DE LAS MENTALIDADES. LA CULTURA.
La etapa final del régimen.
Los últimos años del franquismo, 1969-1975, se caracterizan por un deterioro del régimen.
A partir de 1969 se produjo una reorganización de las fuerzas políticas, se pueden diferenciar dos grupos:
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Uno configurado en torno a la figura del almirante Carrero Blanco, con gran influencia directa sobre Franco. La figura más destacada será López Rodó, (inmovilistas).
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Los excluidos por Carrero Blanco formaban otro grupo.
Se enfrentaron a Carrero y a sus colaboradores, (aperturistas, partidarios de cambios controlados por el régimen)
No existían diferencias ideológicas, se trataba de enfrentamientos tácticos para mantenerse en el poder.
Franco eligió a Carrero Blanco, que formo gobiernos con sus hombres de confianza desde 1969.
En Octubre de 1969 el nuevo gobierno está constituido, de forma mayoritaria, por miembros del Opus Dei, Carreo Blanco ocupa el cargo de vicepresidente, Franco comienza a alejarse de las decisiones políticas, debido a su estado de salud.
Carrero Blanco y sus colaboradores tienen como objetivo impedir el desarrollo de la oposición política.
La oposición universitaria y obrera desbordaba al régimen que respondía con la aplicación de estados de excepción y represión en las calles.
En 1973 se agudizo la contestación al régimen. Surge una nueva organización armada, el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota, FRAP, el uno de Mayo llevo a cabo su primer atentado en Madrid. La represión se acentuó contra dirigentes sindicales, miembros de ETA y del FRAP.
Franco decidíó separar la Jefatura del Estado y la del Gobierno y nombró como Jefe de Gobierno a Carrero Blanco, éste formo un gabinete en el que estaban sus colaboradores, miembros del Opus Dei y franquistas puros, entre ellos Carlos Arias Navarro como ministro de Gobernación. Su objetivo era acabar con las protestas en las calles y preparar el futuro relevo en la Jefatura del Estado.
En nuevo gobierno no tuvo mucho tiempo para actuar
El 20 de Diciembre de 1973 Carrero Blanco, Jefe del Gobierno, moría victima de un atentado de ETA.
El asesinato de Carrero Blanco fue un duro golpe para Franco y para el régimen.
Se constituye un nuevo gobierno presidido por Carlos Arias Navarro, hombre del círculo de Carrero Blanco, integrado mayoritariamente por franquistas puros o inmovilistas, con algunos ministros aperturistas, como Pío Cabanillas.
Su discurso programático incluía algunas promesas de apertura, pero la ejecución de Salvador Puig Antich, anarquista catalán, en Marzo del 74 demostró su talante represivo.
En este mismo mes de Marzo de 1974 se producía el enfrentamiento con la Iglesia.
Una homilía del Obispo de Bilbao, monseñor Añoveros que aludía a la personalidad diferente del País Vasco, provocó una amenaza de expulsión por parte del gobierno.
El Vaticano también amenazo. Al final el gobierno cedíó, pero la ruptura con la Iglesia era clara.
En este año 1974 se empiezan a observar los primeros síntomas de la crisis económica derivada del alza de los precios del petróleo en 1973, lo que va a repercutir en el índice de precios y en el aumento de la inflación. La conflictividad laboral aumenta y se suma al descontento general.
El gobierno es incapaz de hacer frente a la situación
En Octubre de 1974 se cesa a algunos ministros y otros presentan su dimisión.
Las divisiones dentro del régimen se hacen cada vez más patentes.
En el ejército, ochenta oficiales, constituyen en Diciembre del 74 la Uníón Militar Democrática, con el objetivo de la ruptura.
El régimen sigue utilizando la violencia y la represión.
Se establece un Decreto-Ley que determina la pena de muerte para los implicados en delitos de terrorismo.
Varios miembros de ETA y del FRAP fueron juzgados y se les aplico esta Ley, el 27 de Septiembre de 1975 fueron ejecutados, a pesar de una fuerte protesta internacional y la retirada de embajadores de varios países. Los seguidores del régimen respondieron con una gran concentración en la Plaza de Oriente el uno de Octubre de 1975.
Los últimos momentos del régimen fueron aprovechados por Hassan II de Marruecos para iniciar la marcha verde sobre el territorio del Sáhara.
El 18 de Noviembre, el gobierno mediante el Acuerdo Tripartito de Madrid, entrego el Sáhara Español a Marruecos y Mauritania, incumpliendo el compromiso y mandato de la ONU que había encargado a España la tutela del territorio hasta su independencia.
El 20 de Noviembre de 1975 Franco moría tras mes y medio de larga enfermedad.
La oposición
En la etapa final del franquismo la oposición aumenta y aunque estaba dividida, veía la necesidad de unirse por razones de tipo táctico.
Existían grupos como los monárquicos partidarios de D. Juan, los liberales, los demócrata-cristianos, Areilza, Ruiz-Jiménez, Gil-Robles, o los social-demócratas, todos ellos tenían escaso apoyo social, aunque su importancia residía en poder servir de puente entre los aperturistas y las fuerzas políticas más radicales.
Había surgido un nuevo partido socialista, Partido Socialista Popular, dirigido por Enrique Tierno Galván. El Partido Socialista Obrero Español era dirigido desde el exilio pero se habían desarrollado nuevas generaciones en el interior. En el congreso de Suresnes en 1974, los dirigentes históricos fueron desplazados por dirigentes del interior encabezados por Felipe González, nuevo secretario general del partido del PSOE.
Los comunistas eran la fuerza política mejor organizada de la oposición y la que contaba con más militantes, actuaba en todos los ambientes, asambleas de vecinos, fábricas, universidad. El partido en estos años estaba liderado por Santiago Carrillo, partidario del eurocomunismo junto con otros partidos comunistas como el francés y el italiano, distanciándose de las posturas que manténía la URSS.
A la izquierda del PCE había una serie de partidos marxistas con escasa implicación social pero activa presencia en los medios universitarios.
En Cataluña la oposición tenía un componente nacionalista lo mismo que en el País Vasco.
Al acentuarse la crisis se producen acuerdos de coordinación entre los diferentes grupos.
En Julio de1974 el PCE constituye en París la Junta Democrática, en ella se integran el PSP de Tierno Galván, asociaciones vecinales y profesionales, sindicatos como CCOO y personalidades independientes. Su primer manifiesto promovía la ruptura democrática.
Se trataba de acabar con el régimen mediante movilizaciones sociales, formar un Gobierno Provisional que dirigiera el proceso de cambio, eliminando la legalidad franquista.
En Julio de 1975 el PSOE promovía la Plataforma de Convergencia Democrática, en la que solo se admitían grupos, en ella se integraron la Izquierda Democrática de Ruiz Jiménez, el PNV, UGT, incluso la facción democrática del carlismo.
Estas organizaciones recogieron la adhesión de muchas personas que deseaban el final de la dictadura y coinciden en dos peticiones: amnistía política y convocatoria de elecciones libres a Cortes Constituyentes.
La Cultura
Al terminar la Guerra los vencedores establecieron un dominio absoluto y total sobre la actividad intelectual del país. Se establecíó la censura, sólo quienes colaboraban con el régimen podían desarrollar su trabajo intelectual, es el caso de Agustín de Foxa, Eugenio d´Ors, Dionisio Ridruejo, Antonio Tovar y Pedro Lain Entralgo, los tres últimos acabaron distanciándose del régimen y pasando a la oposición.
Escritores de generaciones anteriores, como Ortega y Gasset, Azorín o Baroja, continuaron su labor aunque alejados del sistema.
Los años cincuenta trajeron una nueva generación y los intelectuales se separaron más abiertamente del régimen.
Muchos de ellos encabezaron las movilizaciones de los años sesenta y setenta.
En literatura esta oposición la encabezaron los novelistas, Rafael Sánchez Ferlosio, Miguel Delibes, Carmen Martín Gaite, Gonzalo Torrente Ballester y Luis Martín Santos.
En teatro
Buero Vallejo y Alfonso Sastre. En el campo del pensamiento,
Javier Zubiri, Julián Marías o José Luis López Aranguren. No podemos dejar de mencionar la aportación a la cultura que se hace en esta etapa por parte de los intelectuales en el exilio, la mayoría siguió produciendo obras de calidad similar a las de antes.
La etapa final del franquismo se caracteriza por la ruptura total entre el ámbito de la cultura y el régimen.
Se producen muchas publicaciones que la censura no puede controlar, aunque se seguía prohibiendo libros, sancionando y suspendiendo periódicos.
La educación sobre los valores tradicionales se había transformado en las escuelas y las universidades, la sociedad iba muy por delante de la mentalidad de los censores franquistas.
Las artes durante el franquismo experimentan los mismos cambios que las letras. El dominio de las corrientes clasicistas del arte del fascismo hasta los años cincuenta. A finales de la década de los cincuenta surgen corrientes estéticas distintas, en pintura aparecen los grupos de Dau al Set en Barcelona y algo más tarde el Grupo Crónica de Cuenca, además de Antoni Tapies y Antonio Saura entre otros, todos ellos rompen con el arte académico. En escultura sobresale Eduardo Chillida y en arquitectura Luis Moya, Gutiérrez Soto, en los sesenta Sáez de Oiza o Miguel Fisac.