3. El reinado de Fernando VII (1814-1833): absolutismo y liberalismo

La guerra de la Independencia (1808-1814) es el nombre con el que se designa la resistencia armada llevada a cabo por el pueblo español ante la ocupación de España por Napoleón. Significa el principio del fin del Antiguo Régimen y el inicio de un proceso que culminará, veinte años más tarde, con la revolución liberal.

A. Causas de la Guerra de Independencia

Los antecedentes má inmediatos al conflicto se encuentran en 1807 con la firma entre España y Francia del Tratado de Fontainebleau, en virtud del cual se permitía a las tropas francesas su paso por España para conquistar Portugal, país aliado de Inglaterra, para obligar a que cumpla el Bloqueo Continental que Napoleón había impuesto a Inglaterra. Con este pretexto Napoleón dispuso sus tropas en distintas partes de España, lo que levantó serias sospechas sobre su intención de ocupar la Península. Godoy, valido de Carlos IV, ante esta situación pretendíó trasladar a la familia real a Andalucía; sin embargo, el Motín de Aranjuez (Marzo de 1808) frustra estos planes. El pueblo saquea la residencia de Godoy, exigiendo su destitución, que tiene lugar de inmediato. Carlos IV, ante la presión popular abdica en su hijo Fernando VII.

Mientras, las tropas francesas han entrado en Madrid y Napoleón es el árbitro de la situación española. Carlos IV y Fernando VII acuden a Bayona a entrevistarse con el emperador. Allí abdican ambos, cedíéndole sus derechos al trono. Napoleón nombra a su hermano José rey de España. Esta fórmula de traspaso de poderes manténía la apariencia de legalidad. Estas abdicaciones provocan la reacción popular y el 2 de Mayo estalla el conflicto en Madrid.

B. Composición de los bandos en conflicto

Cuando surge la guerra de la Independencia las diferentes posturas se van a polarizar en torno a dos actitudes políticas:

  1. -Los liberales, que compartían el ideario revolucionario francés: libertad, igualdad, soberanía nacional, división de poderes, monarquía parlamentaria, constitucionalismo, etc.
  2. -Los absolutistas, que defendían la tradición del Antiguo Régimen: poder absoluto, sociedad estamental, economía señorial, predominancia ideológica de la Iglesia, etc.

C. Desarrollo de la guerra

En cuanto al desarrollo de la guerra esta se puede resumir en las siguientes etapas:



  1. -Ocupación y levantamiento

    Se obliga a Francia a desistir de una rápida conquista por la reacción popular y resistencia urbana (sitios de Zaragoza y Gerona) y por la derrota francesa en la batalla de Bailén bajo el mando del general Castaños. Los franceses abandonan Madrid y el propio emperador acude a España.

  2. -Predominio Francés

    Durante 1809 se produce una ofensiva francesa y capitulan Zaragoza y Madrid junto a la derrota en Ocaña. A comienzos de 1810, el territorio peninsular está prácticamente ocupado (en ciudades, no en zonas rurales), salvo Cádiz. Las guerrillas adquieren importancia, destacando Francisco Espoz y Mina, el Empecinado y el cura Merino.

  3. -Ofensiva hispano-inglesa desde Portugal coincidiendo con la campaña de Napoleón en Rusia y la retirada de efectivos militares. Las tropas aliadas empujan a los franceses en su huida. Tras los éxitos de Arapiles, Vitoria y San Marcial, en 1813, entran, incluso, en territorio francés, hasta la capitulación de Abril de 1814. El Tratado de Valençay pone fin a la guerra. Napoleón reconocía a Fernando VII como rey de España.

En cuanto a las consecuencias de la guerra se ha hablado de «gran catástrofe nacional», puesto que el desmantelamiento económico del país fue pavoroso. Además parece demostrado que ingleses y franceses aprovecharon su intervención en la guerra para destruir los prometedores comienzos de una industria textil que bastaban para alinear a España junto a los pioneros de la naciente revolución industrial.


LA CONSTITUCIÓN DE 1812

    
 1. Se aprobó el 19 de Marzo de ese año (por eso se la conoce como “la Pepa”) 
    
 2. Proclama la soberanía nacional (art.3)
    
3. Defiende la monarquía constitucional como forma de estado y de gobierno “monarquía moderada hereditaria” (art. 14) 
    
4. La forma de sufragio elegida es el sufragio universal masculino indirecto: tienen derecho de voto los hombres mayores de 25 años los cuales eligen a unos compromisarios que, a su vez, eligen a los diputados. 
     
5. Reconoce la separación de poderes:
• el legislativo reside en las Cortes, con el Rey (art.15) Las Cortes son unicamerales.
•El ejecutivo lo tiene el Rey con los ministros que nombra (art.16). Los ministros responden ante el Rey, no ante las Cortes. El Rey tiene límites en su poder (no puede disolver las Cortes, abdicar o abandonar el país, casarse, pedir impuestos o hacer política exterior sin consentimiento de las Cortes).
•El judicial reside en los Tribunales. 
    
6. Reconoce derechos y libertades a los ciudadanos: derecho de propiedad,
libertad de prensa, etc. 
     
7. El Estado se define como unitario, centralizado políticamente y organizado en
provincias y municipios. 
     
8. También es un estado confesional y católico (art.12) 
    
 8. Establece la educación primaria en todo el estado (art.366) 
    
10. Estuvo poco tiempo en vigor: entre 1812 y 1814; entre 1820 y 1823 (Trienio Liberal) y entre Agosto de 1836 y Junio de 1837. 
    
11. Importancia de sus significado y trascendencia: influyó en Europa y América,
así como en la construcción de la España constitucional del XIX.


El reinado de Fernando VII (1814-1833) supuso un intento de conservar a toda costa el absolutismo. Una de las primeras decisiones de Fernando VII como Rey fue la anulación de la Constitución de 1812, dando inicio a una fuerte represión de los liberales. El reinado de Fernando VII se suele dividir en tres etapas:

1. El sexenio absolutista (1814-1820)


El Tratado de Valençay firmado por Fernando VII con Napoleón supone el fin de la guerra con Francia y devuelve la corona a Fernando VII quien regresó a España en un clima de entusiasmo popular. Desde ese mismo momento los partidarios del absolutismo le incitaron a restaurar el viejo orden de cosas. En este sentido el monarca recibíó un documento de manos de los absolutistas conocido como Manifiesto de los Persas, en el que se animaba al monarca a restaurar la monarquía absoluta.

Se vuelve por tanto al Antiguo Régimen. Esta restauración absolutista supónía, al mismo tiempo, la condena de los políticos liberales y el restablecimiento de las instituciones y privilegios de 1808, tales como la Inquisición o el absolutismo, ambos recuperados, y la abolición de la Desamortización, entre otros. Además, Fernando VII inició las persecuciones contra los liberales, lo que le obligó a pasar a la clandestinidad y a formar sociedades secretas siempre dispuestas a la conspiración. El protagonismo de los militares como árbitros de la vida política compensaba el escaso desarrollo y la debilidad de la burguésía en España, que por sí sola carecía de fuerza para defender sus pretensiones políticas y económicas por vías legales. El pronunciamiento de Riego del 1 Enero de 1820 triunfó.

2. Trienio constitucional (1820-1823)


Volvieron los exiliados y aparecieron las denominadas «Sociedades Patrióticas». También salieron a la calle multitud de periódicos, sobre todo los de tendencia liberal. Las nuevas Cortes liberales se esforzarán por desmantelar el Antiguo Régimen acometiendo toda una serie de medidas entre las que cabe mencionar: La definitiva supresión de la Inquisición, se vuelve a abolir el régimen señorial, se retoma la desamortización, esta vez dirigida a los mayorazgos, se acometen reformas eclesiásticas (reducir el clero regular), se confecciona el primer Código Penal, se crea una Milicia Nacional formada por ciudadanos armados dispuestos a defender la Constitución, etc.

Sin embargo, este periodo también se caracterizó por su continua inestabilidad debido a dos fenómenos:


  • Se produce la división de los liberales en: moderados o doceañistas que creían imprescindible la colaboración de la monarquía en el proceso reformista; y los exaltados o veinteañistas, más jóvenes que los primeros y protagonistas del triunfo de la Revolución de 1820, quienes opinaban que el monarca sólo debía realizar funciones ejecutivas, y que la revolución debía seguir avanzando hasta aplicar en su totalidad la Constitución.
  • Las constantes intrigas del Rey, intentando apoyarse en cortes extranjeras para implantar de nuevo el absolutismo. Los absolutistas reclaman la ayuda de la Santa Alianza. Al final, el Congreso de Verona decide la intervención en España y las potencias de la Santa Alianza (organización de todas las monarquías absolutas) encargaron al rey Francés el restablecimiento del Antiguo Régimen en España. En Abril de 1823 Francia envió un ejército denominado «Los Cien Mil Hijos de San Luis». El 1 de Octubre de 1823 Fernando VII implanta de nuevo el absolutismo, iniciando su 3ª y última etapa, con el nombre de «Década Ominosa».

3. Segundo período absolutista o “década ominosa” (1823-1833)


Fernando VII declaró nulos todos los actos del Gobierno durante el Trienio Liberal. El retorno al absolutismo da lugar a una durísima represión contra los liberales y a una oleada de emigración de éstos hacia Francia e Inglaterra, donde los exiliados conspiran y mantienen contactos con el liberalismo europeo. Ahora bien, desde 1826 se advierte en la actitud del rey una cierta suavización respecto a los liberales más moderados debido a la necesidad de buscar apoyos en el problema de la sucesión al trono. Ello produce una reacción entre los absolutistas que da lugar a la formación de los «apostólicos» o «realistas puros», facción ultraabsolutista que aglutina sus fuerzas en torno al infante don Carlos hermano de Fernando VII, de ahí que se les conozca también con el nombre de carlistas.


2. Trienio iberal (1820-1823)


Volvieron los exiliados y aparecieron las denominadas «Sociedades Patrióticas». También salieron a la calle multitud de periódicos, sobre todo los de tendencia liberal. Las nuevas Cortes liberales se esforzarán por desmantelar el Antiguo Régimen acometiendo toda una serie de medidas entre las que cabe mencionar: La definitiva supresión de la Inquisición, se vuelve a abolir el régimen señorial, se retoma la desamortización, esta vez dirigida a los mayorazgos, se acometen reformas eclesiásticas (reducir el clero regular), se confecciona el primer Código Penal, se crea una Milicia Nacional formada por ciudadanos armados dispuestos a defender la Constitución, etc.

Sin embargo, este periodo también se caracterizó por su continua inestabilidad debido a dos fenómenos:


  • Se produce la división de los liberales en: moderados o doceañistas que creían imprescindible la colaboración de la monarquía en el proceso reformista; y los exaltados o veinteañistas, más jóvenes que los primeros y protagonistas del triunfo de la Revolución de 1820, quienes opinaban que el monarca sólo debía realizar funciones ejecutivas, y que la revolución debía seguir avanzando hasta aplicar en su totalidad la Constitución.
  • Las constantes intrigas del Rey, intentando apoyarse en cortes extranjeras para implantar de nuevo el absolutismo. Los absolutistas reclaman la ayuda de la Santa Alianza. Al final, el Congreso de Verona decide la intervención en España y las potencias de la Santa Alianza (organización de todas las monarquías absolutas) encargaron al rey Francés el restablecimiento del Antiguo Régimen en España. En Abril de 1823 Francia envió un ejército denominado «Los Cien Mil Hijos de San Luis». El 1 de Octubre de 1823 Fernando VII implanta de nuevo el absolutismo, iniciando su 3ª y última etapa, con el nombre de «Década Ominosa».

3. Segundo período absolutista o “década ominosa” (1823-1833)


Fernando VII declaró nulos todos los actos del Gobierno durante el Trienio Liberal. El retorno al absolutismo da lugar a una durísima represión contra los liberales y a una oleada de emigración de éstos hacia Francia e Inglaterra, donde los exiliados conspiran y mantienen contactos con el liberalismo europeo. Ahora bien, desde 1826 se advierte en la actitud del rey una cierta suavización respecto a los liberales más moderados debido a la necesidad de buscar apoyos en el problema de la sucesión al trono. Ello produce una reacción entre los absolutistas que da lugar a la formación de los «apostólicos» o «realistas puros», facción ultraabsolutista que aglutina sus fuerzas en torno al infante don Carlos hermano de Fernando VII, de ahí que se les conozca también con el nombre de carlistas.

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