4.Discurso de Juan Negrín en la S.N. De Ginebra en Septiembre de 1937. Se trata de una fuente primaria de tipo político. El autor es Juan Negrín destacado dirigente del PSOE que , desde Mayo de 1937 ejercía el cargo de Presidente de Gobierno de la II República tras la dimisión de Largo Caballero después de los sucesos de aquel año en Barcelona. El destinatario serían los representantes de las distintas naciones con asiento en la Sociedad de Naciones, con sede en la ciudad suiza de Ginebra. En el momento que se produce el discurso de Juan Negrín se entraba de lleno en el segundo año de la guerra.
En esos momentos, el gobierno de la República se encontraba en Valencia, sede a la que se había trasladado desde el intento de las tropas franquistas de tomar Madrid en el otoño del año anterior ( la batalla de Madrid). En esos momentos, el otoño del 37, se estaba culminando la llamada campaña del norte, en las cual las tropas sublevadas intentaban acabar con los últimos núcleos de resistencia republicana en el norte de España, (desde Vizcaya hasta Asturias, que era la única zona que resistía en aquel momento), tras los distintos fracasos de los sublevados por tomar Madrid. Por lo tanto se trataba de un momento decisivo para el desarrollo posterior de los acontecimientos bélicos. La idea principal que trata de asumir Negrín es que la sublevación se mantiene activa debido al decisivo apoyo militar de Alemania y de Italia y a la colaboración de Portugal. Por tanto la guerra en España ha tenido, casi desde el principio , un marcado carácter internacional a pesar de la firma del llamado Acuerdo de No Intervención ( que impedía el apoyo de terceros países Alós bandos en conflictos, pero qué fue incumplido repetidamente).Negrín recuerda a los miembros de la Sociedad de Naciones que está idea ya fue formulada en ese mismo lugar ya en Noviembre del 36 por el entonces representante español, denunciando activamente el incumplimiento del Acuerdo de No Intervención cuando la guerra se había claramente internacionalizado ( era la estrategia de la República ante de apoyo a su causa por parte de las potencias democráticas). Denuncia que ese tratado viola la soberanía de la nacíón española, es contaría a la ley internacional y que sólo beneficia a los Estados totalitarios (Alemania e Italia especialmente ) que se están beneficiando de la inacción del resto de los Estados (la referencia a Francia y Gran Bretaña es obvia) y que les están reportando tantos éxitos hasta el momento. La Guerra Civil Española alcanzó una gran repercusión internacional. El conflicto que se estaba produciendo en España podía ser un precedente del enfrentamiento entre las grandes corrientes ideológicas que pugnaban en Europa en esos críticos momentos: la democracia, el fascismo y el comunismo.Lo que sucedía en España podía ser visto como un precedente de lo que podía ocurrir a gran escala en los años posteriores (como finalmente sucedíó en la Segunda Guerra Mundial). El bando sublevado contó desde el principio con el decidido apoyo de países donde habían triunfado regíMenes fascistas o similares, como era el caso de Alemania, Italia y Portugal. La Alemania de Hitler ofrecíó una ayuda determinante soldados, oficiales, ayuda económica y una gran cantidad de aviones que formaban la Legión Cóndor. La Italia de Mussolini ayudo a los sublevados con una gran cantidad de tropas ( el Cuerpo de Tropas Voluntarias) , y fue decisivo también el papel desempeñado por su armada. En el caso de Portugal la intervención fue menos importante y se limitó a la ayuda diplomática, así como al envío de cuerpos voluntarios. A destacar también la actitud del Vaticano y del Papa Pío XI que reconocíó en Julio de 1937 al régimen fascista, ganando para su causa la simpática de muchos católicos. El gobierno republicano solicito desde un primer momento la intervención de Francia y de Inglaterra. Los ingleses especialmente temían que esta intervención pudiera desencadenar un enfrentamiento directo con las potencias fascistas. Si esto se producía, tal y como había sucedido en la Primera Guerra Mundial, un conflicto local se podía convertir en un conflicto global. Finalmente, estos países decidieron intervenir y en Agosto de 1936, se creó el llamado Comité de No Intervención, que prohibíó cualquier envío de tropas o armamentos a los bandos del conflicto ( a destacar que Alemania e Italia se adhirieron al mismo). Este es uno de los acontecimientos más relevantes de la llamada «políticas de apaciguamiento» que las democracias occidentales siguieron con los regíMenes fascistas antes de la SGM. El gobierno republicano tuvo entonces que buscar otros aliados y los encontró fundamentalmente en la Uníón Soviética y en México. La ayuda que prestó la Uníón Soviética a la República fue la más importante y las más determinante de todas, tanto en hombres como en material armamentístico, y se prolongó hasta el final de la guerra. La República tuvo que pagar esta ayuda con las reservas de oro del Banco de España, algo que sirvió de propagando al bando sublevado. El gobierno mexicano de Lázaro Cárdenas se identificó inmediatamente con la causa republicana y proporciónó desde el principio armas, alimentos y apoyo diplomático. Sin embargo, el volumen de su ayuda fue lógicamente menor. Las fuerzas republicanas contaron también con la destacada participación de las Brigadas Internacionales, un cuerpo de voluntarios generalmente de ideología comunista y de más de sesenta nacionalidades,que lucharon en España convencidos de que esta era la primera guerra contra el fascismo. En su organización fue determinante la participación de la Komintern.
En esos momentos, el gobierno de la República se encontraba en Valencia, sede a la que se había trasladado desde el intento de las tropas franquistas de tomar Madrid en el otoño del año anterior ( la batalla de Madrid). En esos momentos, el otoño del 37, se estaba culminando la llamada campaña del norte, en las cual las tropas sublevadas intentaban acabar con los últimos núcleos de resistencia republicana en el norte de España, (desde Vizcaya hasta Asturias, que era la única zona que resistía en aquel momento), tras los distintos fracasos de los sublevados por tomar Madrid. Por lo tanto se trataba de un momento decisivo para el desarrollo posterior de los acontecimientos bélicos. La idea principal que trata de asumir Negrín es que la sublevación se mantiene activa debido al decisivo apoyo militar de Alemania y de Italia y a la colaboración de Portugal. Por tanto la guerra en España ha tenido, casi desde el principio , un marcado carácter internacional a pesar de la firma del llamado Acuerdo de No Intervención ( que impedía el apoyo de terceros países Alós bandos en conflictos, pero qué fue incumplido repetidamente).Negrín recuerda a los miembros de la Sociedad de Naciones que está idea ya fue formulada en ese mismo lugar ya en Noviembre del 36 por el entonces representante español, denunciando activamente el incumplimiento del Acuerdo de No Intervención cuando la guerra se había claramente internacionalizado ( era la estrategia de la República ante de apoyo a su causa por parte de las potencias democráticas). Denuncia que ese tratado viola la soberanía de la nacíón española, es contaría a la ley internacional y que sólo beneficia a los Estados totalitarios (Alemania e Italia especialmente ) que se están beneficiando de la inacción del resto de los Estados (la referencia a Francia y Gran Bretaña es obvia) y que les están reportando tantos éxitos hasta el momento. La Guerra Civil Española alcanzó una gran repercusión internacional. El conflicto que se estaba produciendo en España podía ser un precedente del enfrentamiento entre las grandes corrientes ideológicas que pugnaban en Europa en esos críticos momentos: la democracia, el fascismo y el comunismo.Lo que sucedía en España podía ser visto como un precedente de lo que podía ocurrir a gran escala en los años posteriores (como finalmente sucedíó en la Segunda Guerra Mundial). El bando sublevado contó desde el principio con el decidido apoyo de países donde habían triunfado regíMenes fascistas o similares, como era el caso de Alemania, Italia y Portugal. La Alemania de Hitler ofrecíó una ayuda determinante soldados, oficiales, ayuda económica y una gran cantidad de aviones que formaban la Legión Cóndor. La Italia de Mussolini ayudo a los sublevados con una gran cantidad de tropas ( el Cuerpo de Tropas Voluntarias) , y fue decisivo también el papel desempeñado por su armada. En el caso de Portugal la intervención fue menos importante y se limitó a la ayuda diplomática, así como al envío de cuerpos voluntarios. A destacar también la actitud del Vaticano y del Papa Pío XI que reconocíó en Julio de 1937 al régimen fascista, ganando para su causa la simpática de muchos católicos. El gobierno republicano solicito desde un primer momento la intervención de Francia y de Inglaterra. Los ingleses especialmente temían que esta intervención pudiera desencadenar un enfrentamiento directo con las potencias fascistas. Si esto se producía, tal y como había sucedido en la Primera Guerra Mundial, un conflicto local se podía convertir en un conflicto global. Finalmente, estos países decidieron intervenir y en Agosto de 1936, se creó el llamado Comité de No Intervención, que prohibíó cualquier envío de tropas o armamentos a los bandos del conflicto ( a destacar que Alemania e Italia se adhirieron al mismo). Este es uno de los acontecimientos más relevantes de la llamada «políticas de apaciguamiento» que las democracias occidentales siguieron con los regíMenes fascistas antes de la SGM. El gobierno republicano tuvo entonces que buscar otros aliados y los encontró fundamentalmente en la Uníón Soviética y en México. La ayuda que prestó la Uníón Soviética a la República fue la más importante y las más determinante de todas, tanto en hombres como en material armamentístico, y se prolongó hasta el final de la guerra. La República tuvo que pagar esta ayuda con las reservas de oro del Banco de España, algo que sirvió de propagando al bando sublevado. El gobierno mexicano de Lázaro Cárdenas se identificó inmediatamente con la causa republicana y proporciónó desde el principio armas, alimentos y apoyo diplomático. Sin embargo, el volumen de su ayuda fue lógicamente menor. Las fuerzas republicanas contaron también con la destacada participación de las Brigadas Internacionales, un cuerpo de voluntarios generalmente de ideología comunista y de más de sesenta nacionalidades,que lucharon en España convencidos de que esta era la primera guerra contra el fascismo. En su organización fue determinante la participación de la Komintern.