11.3 Fernando VII: ABSOLUTISMO Y LIBERALISMO. LA EMANCIPACIÓN DE LA AMÉRICA ESPAÑOLA
El Golpe de Estado y la represión
El 4 de Mayo desencadenó un Golpe de Estado mediante un Real Decreto que suprimíó las Cortes, declaró nula toda su actuación y abolíó la Constitución. Fue posible gracias al apoyo prestado por parte del Ejército, de la nobleza y del clero reaccionarios, expresado en el Manifiesto de los Persas
. Decretaba la vuelta al antiguo régimen y la alianza del Altar y del Trono. El pueblo llano apoyó las medidas contrarrevolucionarias. El retorno al absolutismo de Mayo de 1814 no es un hecho aislado en Europa, se inscribe en un proceso general de restauración del Antiguo Régimen.
Las potencias vencedoras de Napoleón firmaron un acuerdo para preservar Europa de movimientos liberales o revolucionarios.
Consecuencia inmediata del Golpe de Estado fue la represión.
El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Fernando VII gobernó en permanente inestabilidad política, no había una clara línea de actuación. El auténtico gobierno estaba formado por hombres de confianza del rey, clérigos, aristócratas reaccionarios y consejeros que impedían cualquier cambio. Fueron seis años caóticos. La situación económica era desastrosa, en toda Europa se produjo la caída de los precios, el país estaba devastado, la producción artesanal hundida y el comercio paralizado por la pérdida del mercado colonial. Se produjo la quiebra financiera del Estado, se gastaba más de lo que se ingresaba, el envío de tropas a América agravó el problema. La causa era que los propietarios de la mayor parte de las tierras del país no pagaban impuestos. La situación de los campesinos se agravó por la restitución de sus bienes y privilegios a la nobleza que desencadenó sucesivos movimientos de protesta. El descontento se extendíó a las ciudades, así como el hundimiento del comercio colonial y el paro.
El Ejército estaba perjudicado por el retraso en el pago de soldadas, las míseras condiciones de vida y el envío de tropas a América. Se reorganizó el movimiento clandestino liberal entre los oficiales jóvenes formados durante la guerra y empapados de las ideas revolucionarias y ROMánticas, establecieron contacto con los exiliados y empezaron a organizar conspiraciones.
El Trienio Constitucional (1820-1823): Carácterísticas políticas
El 1 de Enero de 1820, el comandante Riego, se pronunció con éxito en favor de la Constitución, tuvo el apoyo de guarniciones de otras regiones y los levantamientos de los campesinos. Esto obligó a Fernando VII a reestablecer la Constitución de Cádiz. El periodo del Trienio Constitucional se caracterizó por la agitación política permanente.
Causas:
división entre los liberales, los moderados eran partidarios de un gobierno fuerte, libertad de prensa limitada, sufragio censitario y la defensa de la propiedad y el orden social. Habían sido doceañistas y ahora eran más conservadores. En las Cortes eran minoría.
Los radicales eran partidarios de una aplicación avanzada de la constitución: control parlamentario del Gobierno, sufragio universal, libertad de opinión, menor énfasis en la defensa del orden y de la propiedad, anticlericalismo, etc. Se apoyaban en las capas populares, eran abogados jóvenes, intelectuales y militares exaltados, mayoría en las Cortes. La segunda causa fue la actitud involucionista del rey (ministros absolutistas, enfrentamiento a las Cortes, veto de leyes, manifestación de desconfianza hacia ministros liberales).
Las reformas del Trienio
Las cortes aprobaron una nueva legislación reformista.
Se adoptaron medidas de reforma agraria que beneficiaron más a los propietarios y aumentaron sus rentas.
La política religiosa estuvo marcada por el anticlericalismo y la defensa de la autoridad del estado, volvieron a suprimirse el Tribunal de la Inquisición y la Compañía de Jesús, también la ley de supresión de monacales disolvía los conventos y desamortizaba sus bienes para venderlos y amortizar la deuda. La reforma militar con la que mejoraron la instrucción, los salarios y ascensos, igualmente se restablecíó la Milicia Nacional. La reforma educativa se concretó en la secularización de la enseñanza, su extensión gradual y su ordenación en tres niveles. Intentaron abordar el problema de la Hacienda. Se devaluó la moneda, se recortaron los gastos y se pidieron créditos al extranjero.
La contrarrevolución y la caída del Gobierno liberal
En 1822 se produjo un intento de insurrección contrarrevolucionaria sofocado por el ejército regular y la Guardia Nacional. Se formó un Gobierno radical.
En 1821 actuaron en el Norte partidas guerrilleras organizadas por la aristocracia y el clero absolutistas.Las potencias europeas ya habían decidido en el Congreso de Verona una intervención militar para acabar con el gobierno liberal. Los Cien Mil Hijos de San Luis con el refuerzo de voluntarios realistas españoles entraron en España y liberaron al rey en Cádiz, devolvíéndole su poder absoluto.
La década Ominosa (1823-1833). Represión y reacción
Se caracteriza por el retorno del absolutismo, la represión y el terror contra los liberales, la inoperancia económica y las presiones de los ultrarreaccionarios. Tras la caída de Cádiz, quedó anulada toda legislación del Trienio.
Se restablecían todas las instituciones y autoridades del absolutismo. También se reanudó la represión, volvíó la censura para evitar que pudieran difundirse opiniones liberales. Se creó el Voluntariado Realista formado por partidarios del absolutismo que sustituyó a la Milicia Nacional. La vuelta al absolutismo no fue idéntica a la de 1814, se creó el Consejo de Ministros, se intentó controlar la Hacienda, se mantuvo la abolición de la Inquisición y se contó incluso con algunos ministros reformistas. Esto provocó la aparición de los llamados realistas, partidarios del absolutismo más cerril que criticaban al rey, fueron radicalizando sus posturas y comenzaron a apoyar la candidatura al trono de D. Carlos. Los sublevados reclamaban ya abiertamente que el trono pasara a éste, fueron vencidos, pero triunfó el Carlismo.
La agonía del Absolutismo y la crisis sucesoria
El país continuó sumido en el caos económico, volvieron a producirse conspiraciones liberales, animadas por el triunfo de la revolución en Francia, por ejemplo, la del General Torrijos en Málaga.
Se desencadenó la crisis sucesoria, Fernando VII contrajo matrimonio con María Cristina (sobrina), ésta quedó embarazada y se publicó una Pragmática Sanción que eliminaba la ley Sálica, para favorecer la sucesión femenina. Los carlistas protestaron airadamente y D. Carlos consideró que la medida era ilegal y atentaba contra sus derechos al trono, nacíó la princesa Isabel. Frente a los carlistas se formó un sector de absolutistas moderados que pasaron a defender los derechos de la princesa.
En 1832, los sucesos de La Granja consiguieron que Fernando firmara la supresión de la Pragmática. El rey se restablecíó y volvíó a ponerla en vigor, sustituyendo a los principales ministros carlistas y poniendo a Cea Bermúdez. La reina María Cristina era autorizada a presidir el Consejo. Cea líberó a los presos políticos y permitíó la vuelta a algunos exiliados. Carlos abandonó la Corte y se trasladó a Portugal. En 1833 moría Fernando VII y se iniciaba la regencia de María Cristina.