1.1. La Transición: alternativas políticas tras la muerte de Franco
Tras la muerte de Franco el 20 de Noviembre de 1975 se ofrecían tres alternativas políticas en un ambiente de incertidumbre:
Continuismo:
El denominado
búnker defendía mantener la dictadura bajo una monarquía autoritaria.
Reformismo:
los franquistas
aperturistas propónían impulsar una
transición legal de la dictadura a una monarquía constitucional.
Ruptura:
la oposición, liderada por el
PCE, buscaba liquidar el franquismo
e instaurar una democracia similar a las occidentales.
1.2. El papel del rey y el Gobierno de Adolfo Suárez
La Transición comenzó con la proclamación de Juan Carlos I como Rey en 1975 y concluyó con la llegada del PSOE al poder en 1982. Fue impulsada por Juan Carlos I y Adolfo Suárez, defensores del reformismo, con el apoyo de las organizaciones sociales (partidos, sindicatos, empresarios, Iglesia) y la mayoría de la población.
La Transición tuvo lugar en un contexto internacional favorable (fin de las dictaduras de Grecia y Portugal, ambiente de distensión entre los bloques de la Guerra Fría), aunque los obstáculos fueron notables debido a las tensiones políticas y a la crisis económica. Juan Carlos I asumíó la Jefatura del Estado, tras ser coronado dos días después de morir Franco
1.3. El restablecimiento de la democracia: las elecciones de Junio de 1977
En Junio de 1977 se convocaron las primeras elecciones libres desde 1936. Ganó por mayoría simple Uníón de Centro Democrático (UCD), fundada por Adolfo Suárez a partir de pequeños partidos liberales y democristianos. El PSOE fue la segunda fuerza y los nacionalistas (Convergencia i Uníó, PNV) obtuvieron buenos resultados. El PCE de Carrillo y la derecha representada por Fraga (Alianza Popular, AP) tuvieron resultados decepcionantes, y la extrema derecha franquista no obtuvo representación. Suárez formó un Gobierno en minoría, cuya necesidad de apoyo parlamentario. Facilitó un espíritu de consenso que permitíó alcanzar grandes acuerdos:
▪ Pactos de la Moncloa: acuerdo entre partidos, patronal y sindicatos para hacer frente a la crisis económica.
▪ Descentralización: se restablecíó la Generalitat y se aprobó un régimen preautonómico para el País Vasco.
▪ Elaboración de una Constitución: debía ser sometida a referéndum para su aprobación.
1.4. La Constitución de 1978 y el Estado de las Autonomías
Las Cortes elegidas en Junio de 1977 elaboraron una Constitución que fue fruto del consenso general entre partidos. Para ello se formó una comisión con representantes de las principales fuerzas (tres de UCD y uno del PSOE, PCE, AP y los nacionalistas catalanes), que elaboró un borrador de la Constitución aprobado por las Cortes (el PNV se abstuvo) tras numerosas enmiendas. La Constitución fue ratificada en referéndum el 6 de Diciembre de 1978. Sus principales rasgos son:
▪ España se define como un Estado social y democrático de derecho, donde la soberanía recae en el pueblo.
▪ Establece una monarquía parlamentaria, en laque la Corona encarna la unidad nacional, representa a España en el extranjero y ejerce la Jefatura de las Fuerzas Armadas (bajo la autoridad del ministro de defensa)
▪ Reconoce amplios derechos individuales: libertades individuales, derechos sociales (educación) y la aconfesionalidad del Estado.
División de poderes:
Legislativo: recae en unas Cortes bicamerales. El Congreso de los Diputados (elegido mediante un sistema proporcional corregido de listas cerradas) elige al Presidente del Gobierno, controla al Ejecutivo, elabora las leyes y vota los presupuestos generales. El Senado (listas abiertas) actúa como cámara territorial de segunda lectura, aunque apenas tiene peso al carecer de inicia legislativa o capacidad de bloqueo.
Ejecutivo: el Presidente escoge a los ministros, dirige la acción del Gobierno y convoca elecciones tras disolver las Cortes.
Judicial: ejercido por jueces y magistrados independientes.
▪ Establece instituciones garantes del sistema, como el Tribunal Constitucional o el Defensor del Pueblo.
▪ Implanta una estructura descentralizada (Estado de las Autonomías) pero garantizando la unidad territorial.
La Constitución establecíó un Estado descentralizado atendiendo a la reivindicación histórica del nacionalismo catalán y vasco, aunque extendíó el derecho a crear Comunidades Autónomas a las regiones que lo solicitasen. La Constitución diferenció entre la “vía rápida” para las nacionalidades históricas (Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía) que desde 1979 alcanzaron la autonomía y se les otorgó más competencias, y la “vía lenta” para el resto de las regiones, que accedieron a partir de 1981. La división territorial quedó finalmente establecida en 1983, con 17 Comunidades y 2 Ciudades Autónomas (Ceuta y Melilla), iniciándose un largo proceso de transferencia de competencias desde el Gobierno central a los autonómicos, que ha hecho de España uno de los Estados más descentralizados de Europa. Cada Comunidad se rige por su Estatuto de Autonomía (elaborado por su Parlamento y ratificado después por la población en referéndum y por el Parlamento nacional) y cuenta con asamblea legislativa y Gobierno propio.
1.5. El terrorismo durante la Transición
Aprovechando la debilidad de los primeros Gobiernos de la Transición, grupos de diferentes ideologías extremas intentaron lograr sus objetivos a través de la fuerza:
▪ La extrema derecha trató de impedir la llegada de la democracia generando un clima de inestabilidad mediante atentados (Matanza de Atocha, 1977) y fallidos golpes de Estado (23-F, 1981).
▪ La extrema izquierda comunista radical (GRAPO) y, sobre todo, la independentista ETA buscaron forzar una negociación política recurriendo a secuestros y asesinatos en los conocidos como años de plomo.α