Al-Ándalus: Conquista, Emirato y Califato
La Conquista Musulmana de la Península Ibérica
A partir del año 711, la invasión musulmana transformó gran parte de la Hispania visigoda, sometiéndola a la influencia del Islam. Esta religión oriental se expandía rápidamente desde el siglo VII por el Próximo Oriente, el Mediterráneo oriental y el norte de África. Así se creó un vasto imperio con capital en Damasco (Siria), liderado por el califa, máxima autoridad política y religiosa, perteneciente al clan de los Omeyas.
La conquista de la Península fue relativamente breve (711-715). Las tropas islámicas, dirigidas por árabes y compuestas en gran parte por bereberes (norteafricanos), se enfocaron en controlar puntos clave con guarniciones militares. Avanzaron hacia el sur de la actual Francia, pero fueron derrotados por los francos en Poitiers (732), estableciendo los Pirineos como frontera natural. Las Islas Baleares, pertenecientes al Imperio bizantino, fueron ocupadas en el siglo X, tras incursiones islámicas desde el siglo VIII.
Los Reinos de Taifas y las Invasiones Norteafricanas
En 1031, el califato se fragmentó en los reinos de taifas («banderas» o «facciones»). Este periodo se divide en tres fases, marcadas por las invasiones norteafricanas:
- Primeras Taifas (siglo XI) e Invasión Almorávide: Destacaron las taifas fronterizas (Badajoz, Toledo, Zaragoza), las levantinas (Valencia, Denia, Murcia) y la de Sevilla. A pesar de su desarrollo cultural y científico, su debilidad militar las obligó a pagar tributos a los reinos cristianos y a buscar alianzas con pueblos norteafricanos.
- Segundas Taifas (siglos XI-XII) e Invasión Almohade: Los almorávides («monjes soldado») conquistaron las taifas entre 1090 y 1110, reunificando Al-Ándalus temporalmente. Sin embargo, no pudieron contener el avance cristiano y su estricta aplicación de la ley islámica les restó popularidad.
- Terceras Taifas (siglos XII-XIII): Los almohades («defensores de la unidad») establecieron su capital en Sevilla y sometieron las taifas hacia 1203. Tras su derrota en la batalla de las Navas de Tolosa (1212), surgieron las terceras taifas, que fueron conquistadas por Castilla y Aragón.
El Reino Nazarí de Granada: Último Bastión de Al-Ándalus
El único estado heredero de Al-Ándalus que perduró fue el reino de Granada, fundado entre 1237 y 1238 por Muhammad I de la dinastía Nazarí. Este reino, que llegó a abarcar Málaga y Almería, sobrevivió hasta 1492 gracias a su habilidad diplomática, el pago de tributos y una gran cohesión interna. Alcanzó un alto desarrollo intelectual y artístico, especialmente durante los reinados de Yusuf I (1333-1354) y Muhammad V (1354-1391). Finalmente, la alianza entre Castilla y Aragón y los problemas internos del reino facilitaron su conquista en 1492.
Organización Económica y Social de Al-Ándalus
Innovaciones Agrarias y Urbanización
La economía de Al-Ándalus se basaba en la agricultura, pero los musulmanes introdujeron importantes innovaciones que la convirtieron en la sociedad agrícola más avanzada de Europa en el siglo XI. Además, Al-Ándalus se caracterizó por su alto grado de urbanización. Ciudades como Córdoba y Sevilla superaban los cincuenta mil habitantes, mientras que Toledo, Badajoz, Granada, Murcia, Almería y Zaragoza pasaban de los quince mil.
Los núcleos urbanos desempeñaban funciones administrativas, políticas, judiciales y comerciales. La artesanía andalusí era de gran calidad, especialmente en los sectores textil, del cuero, metalúrgico, de la ebanistería, de la alfarería y de la orfebrería. El comercio y las rentas agrarias permitieron la formación de una clase media urbana acomodada.
Diversidad Étnica y Religiosa
La sociedad de Al-Ándalus se caracterizó por su diversidad étnica y religiosa. Los principales grupos fueron:
- Musulmanes: Grupo dominante, compuesto por árabes, bereberes y muladíes (cristianos convertidos al islam).
- Mozárabes: Cristianos que vivían bajo dominio musulmán, con cierta autonomía y libertad de culto.
- Judíos: También con libertad de culto y leyes propias, se integraron plenamente en la vida urbana y cultural.
Tras la caída del reino de Granada, los musulmanes que permanecieron en la Península se denominaron mudéjares. En 1502 y 1525, se les obligó a convertirse al cristianismo o exiliarse. Los conversos fueron llamados moriscos y finalmente expulsados de España entre 1609 y 1614.
El Legado Cultural y Artístico de Al-Ándalus
El Auge Intelectual y Artístico
La vida intelectual y artística en Al-Ándalus alcanzó un alto nivel, inspirándose en modelos árabes de Oriente, con influencias de la filosofía y cultura persa y grecorromana. El periodo de las taifas (siglos XI-XIII) se considera la «edad de oro» de la cultura andalusí, gracias al mecenazgo de los reyes y la libertad intelectual. La cultura andalusí tuvo una gran repercusión en los reinos cristianos peninsulares y en la Europa occidental.
Arte Andalusí: Mezquitas y Palacios
El arte andalusí se caracterizó por su abstracción, con un amplio uso de la caligrafía, los dibujos geométricos, las filigranas y la estilización de figuras animales. Destacaron las artes decorativas y la arquitectura. En la arquitectura religiosa, sobresalen la Mezquita de Córdoba y la Giralda de Sevilla. En la arquitectura civil, destacan las ruinas de Madinat al-Zahra y la Alhambra de Granada, que integra la construcción artificial con la naturaleza mediante patios, albercas, fuentes y jardines.