Al-Ándalus y el Antiguo Régimen en España: Historia y Características Clave

Al-Ándalus: Un Legado Histórico en la Península Ibérica

En el siglo VIII, los árabes, que dominaban todo el norte de África, iniciaron la conquista de la Península Ibérica. La debilidad visigoda les permitió apoderarse fácilmente del territorio, donde crearon un estado que se llamó Al-Ándalus y que se mantuvo desde el año 711 hasta 1492. Desde su conquista, pasó a ser un emirato gobernado por un emir que dependía de los califas de Damasco.

La caída de la dinastía de los Omeya en Damasco y su sustitución por los Abasíes tuvo repercusiones significativas. Abd al-Rahman huyó a Al-Ándalus, se adueñó del poder y proclamó un emirato independiente que solo acataba la autoridad religiosa del califa. Este emirato se mantuvo hasta el 912, año en el que llegó al poder Abd al-Rahman III, quien aumentó su poder y se proclamó califa, rompiendo los lazos con Bagdad. Así se inauguró el Califato de Córdoba, la etapa más brillante de Al-Ándalus, que duró hasta principios del siglo XI.

La última etapa se caracterizó porque un aristócrata, Al-Mansur, consiguió monopolizar el poder, creando una dictadura militar. A su muerte, el poder se deterioró. En 1031, se formalizó la desaparición del Califato de Córdoba y culminó el proceso de formación de los reinos de taifas, lo que debilitó Al-Ándalus y fue aprovechado por los reinos cristianos, que pasaron a exigir el pago de parias a cambio de su protección. Estos tributos reforzaron el poder militar cristiano, que inició el proceso de Reconquista.

La ayuda de los almorávides y almohades para reunificar Al-Ándalus no consiguió frenar el avance cristiano. La derrota en las Navas de Tolosa en 1212 supuso la división de los dominios musulmanes en tres reinos: Murcia, Valencia y Granada. Pervivió el último hasta su conquista por los Reyes Católicos en 1492.

Organización y Sociedad en Al-Ándalus

El estado se organizó y su poder se extendía a ámbitos judiciales, económicos, militares y políticos. El territorio estaba dividido en provincias; las fronterizas (Badajoz, Toledo, Zaragoza) tenían un estatuto especial y el valí asumía atribuciones militares.

La configuración social se basaba en una minoría próxima al poder con importantes posesiones territoriales. Convivían muladíes, mozárabes y judíos. La población se concentró en ciudades, en cuyo núcleo estaban la mezquita, el zoco y el alcázar.

Economía y Cultura en Al-Ándalus

Se desarrolló una agricultura basada en la gran propiedad y se introdujeron innovaciones como la trilogía mediterránea, el regadío y plantas industriales. La artesanía y el textil fueron actividades básicas. Al-Ándalus no era solo un mercado interno, sino también externo, pues fue un nudo de comunicaciones y la circulación de la moneda fue abundante.

El desarrollo cultural incluyó la traducción de obras griegas e indias, la introducción de nuevos avances técnicos, y el desarrollo de la literatura y la arquitectura.

El Antiguo Régimen en España: Características y Declive

El Antiguo Régimen (A.R.) en España, durante el siglo XVIII, se caracteriza por la pervivencia de un sistema económico y social que fue acuñado tras la Revolución Francesa. Define una sociedad que se estructura en tres pilares fundamentales:

  • Economía rural y señorial.
  • Diferenciación en estamentos privilegiados y no privilegiados.
  • Absolutismo monárquico.

La Sociedad Estamental

La sociedad estaba dividida en tres estamentos. Los grupos privilegiados eran la nobleza y el clero, que poseían la mayor parte de la propiedad, no pagaban impuestos y ocupaban los cargos públicos. El clero se dedicaba a la vida religiosa y controlaba más del 40% del territorio. La nobleza, por su parte, accedía a su estamento por nacimiento o nombramiento real, tenía extensos territorios y numerosos señoríos jurisdiccionales en los que impartía justicia.

El tercer estamento estaba compuesto por campesinos, burgueses y clases populares, que soportaban las cargas económicas y estaban marginados del poder. Los campesinos, en su mayoría sometidos a un régimen señorial, estaban obligados a dar parte de sus rentas agrarias y apenas les quedaba para sobrevivir. El poder de la nobleza y el clero limitaba el ascenso de la burguesía.

Economía Agraria

La agricultura era la principal fuente de riqueza y a ella se dedicaba la mayor parte de la población. La tierra estaba amortizada, es decir, no se podía ni comprar ni vender, y se consideraba «manos muertas», ya que eran propiedades de la iglesia, ayuntamientos o nobles. El mayorazgo era el derecho a vincular los bienes al título nobiliario, permitiendo al heredero disfrutar de ellos sin venderlos.

La corona, la nobleza y la iglesia tenían estos señoríos de los que recibían rentas, impidiendo el acceso a la propiedad por parte de la población. La mayor parte del campesinado era jornalero o arrendatario. El comercio era débil y escaso, caracterizando una economía agraria de autoconsumo.

Absolutismo Monárquico

El poder del monarca destacaba por encima de los demás estamentos. En la cúspide de la pirámide social estaba el monarca, y todos eran sus súbditos. El eje central del sistema político era la monarquía absoluta de derecho divino. El monarca nombraba a los magistrados, hacía justicia y dirigía la política exterior.

El ejemplo más completo de absolutismo fueron los Borbones, que, instalados en el trono español, impusieron el modelo del absolutismo monárquico implantado en Francia. Los primeros Borbones españoles, Felipe V y Fernando VI, asumieron la tarea de unificar y reorganizar los reinos, lo que supuso la pérdida de la soberanía, sobre todo para la Corona de Aragón, que pasó a un modelo uniformizador y centralista.

El final del Antiguo Régimen llega con el liberalismo político y el triunfo del capitalismo.

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