El Manifiesto de Manzanares: La Transición al Progresismo
Naturaleza e Ideas Principales
El Manifiesto de Manzanares es un documento histórico-circunstancial de contenido político que reivindica una serie de principios eliminados durante la década moderada. Propone un cambio político hacia el progresismo, estableciendo provisionalmente a Espartero en el gobierno.
La idea fundamental del texto es la transición del sistema político moderado al progresista, así como la reivindicación de principios como:
- El triunfo de la libertad y las leyes, ya que durante la década moderada primaba el orden sobre las libertades y los derechos individuales y colectivos del estado liberal.
- La conservación del trono, pero sin camarillas, es decir, sin la alianza entre moderados y la corona que caracterizó la década moderada.
- Supresión del centralismo estatal y administrativo, que provocó el sometimiento de ayuntamientos y diputaciones a la administración central.
- Restablecimiento de la milicia nacional para la defensa de los intereses del pueblo, en sustitución de la Guardia Civil, que respondía únicamente a los intereses de las clases altas.
Contexto Histórico
Este texto se enmarca dentro del reinado de Isabel II, concretamente en el Bienio Progresista (1854-1856). El manifiesto tiene su origen en la década en que los moderados implantaron un régimen conservador que derivó en autoritarismo.
En la década moderada se gobernó mediante las llamadas “camarillas”, grupos de intereses comunes cuyo objetivo era gobernar para beneficio propio. Durante este periodo destacó la alianza de la corona con los moderados. Se implantó la Constitución de 1845, cuyos principios eran el orden frente a la libertad, la importancia de la propiedad y el centralismo administrativo, burlando la declaración de derechos de 1837.
En 1854 se produjo una revuelta a dos niveles: por un lado, se fragmentó el moderantismo a causa de la Vicalvarada de O’Donnell y Dulce, creando la Unión Liberal; por otro lado, se creó el Manifiesto de Manzanares, que promovía el cambio al sistema político progresista con Espartero al frente.
Como consecuencia, se retornó al sistema político de 1837 y se estableció la Constitución de 1856, de carácter progresista, aunque no llegó a promulgarse. Se realizaron reformas económicas que no tuvieron gran éxito, como la Desamortización de Madoz y el librecambismo. Esto provocó un clima de conflictividad, alza de precios y revueltas obreras y campesinas, reprimidas por el ejército y la Guardia Civil, hasta que O’Donnell sustituyó a Espartero, poniendo fin al Bienio Progresista.
El Pacto de Ostende: La Oposición a Isabel II
Naturaleza y Contexto
El Pacto de Ostende es una fuente histórica primaria de naturaleza circunstancial. Se trata de un manifiesto de rebeldes sin validez jurídico-legal. Su tema es político, dirigido al público, con la finalidad de acordar y expresar las líneas políticas de los firmantes.
El autor es colectivo: miembros del Partido Progresista y del Partido Demócrata. El pacto se realiza a mediados del siglo XIX, en un momento de tensión por las protestas contra el reinado de Isabel II. Hay inestabilidad política tras los gobiernos de Narváez y O’Donnell después del Bienio Progresista.
Contenido y Objetivos
El texto señala que demócratas y progresistas acuerdan, mediante sufragio universal masculino, la forma de gobierno de España. Consideran que la dinastía borbónica debe ser reemplazada y, hasta entonces, todas las libertades deben seguir vigentes, especialmente la de reunión.
La idea principal del Pacto de Ostende es desalojar del trono a Isabel II y a la dinastía borbónica. Como ideas secundarias encontramos:
- Ambos partidos coinciden en que el cambio debe realizarse mediante Cortes Constituyentes elegidas por sufragio universal masculino.
- La forma de gobierno acordada es la monarquía, pero no la dinastía borbónica.
- Se acuerda que las libertades de imprenta y reunión deben ser absolutas.
El Pacto de Ostende en el Reinado de Isabel II
Este pacto se encuadra a finales del reinado de Isabel II, antes de la Revolución de 1868. Durante la tercera fase del reinado (1856-1868) gobiernan, alternándose, la Unión Liberal y Narváez, manteniéndose la Constitución de 1845. Se mantienen algunas medidas progresistas, pero se impone un gobierno más conservador con Narváez (1856-1857) y O’Donnell (1858-1863).
La caída del gobierno de la Unión Liberal lleva a un nuevo gobierno de Narváez (1863-1866). Se alternan gobiernos inestables y autoritarios, apostando por una vía insurreccional contra la monarquía. La crisis económica, la inestabilidad política y la «cuestión romana» agravan la situación. Los escándalos en la corte, la represión y la ejecución de militares sublevados aumentan la tensión.
En este contexto se firma el Pacto de Ostende. Tras una sucesión de gobiernos que no controlan la situación, se produce el pronunciamiento de Cádiz en septiembre de 1868, dando inicio al Sexenio Democrático.