Felipe III tuvo un breve y pacífico reinado, en el que se produjo la expulsión definitiva de
Los moriscos en 1609. Acusados de preparar nuevos levantamientos y de rechazar la
Religión cristiana, en el gobierno se impuso finalmente la línea dura, provocando el exilio de
Unas 120.000 personas cuya salida afectó seriamente a la demografía de regiones con el
Reino de Valencia y a sectores económicos como la agricultura de regadío y algunas
Actividades artesanales. En esta época, las tareas de gobierno quedaron en manos del
Valido, el duque de Lerma que convencíó al monarca para trasladar la capital a Valladolid
Durante unos años, ya que el duque se había dedicado a comprar solares en aquella ciudad,
Pero al final cayó en desgracia y fue sustituido por su propio hijo, el duque de Uceda.
Durante este reinado se inició la gran crisis, mitigada por la ausencia de campañas militares
De importancia.
En 1621 comenzó el reinado de Felipe IV, época dominada por el gran conflicto de la
Guerra de los Treinta Años. Su valido fue Gaspar de Guzmán, conde-duque de Olivares,
Uno de los pocos gobernantes con un proyecto político claro, cuyo gobierno se caracterizó
Por el autoritarismo y la centralización para así mejorar la administración y la situación
Fiscal. Pretendíó integrar todos los reinos en un solo Estado común, con las mismas leyes e
Instituciones, siguiendo el modelo de Castilla, que facilitaba un mayor poder real y abría el
Camino hacia el modelo absolutista. En esta línea, ideó la Uníón de Armas para repartir la
Contribución de los territorios a la guerra, tanto en hombres y en armas como en
Impuestos. Sus exigencias no valoraban la riqueza y población de cada uno de los
Territorios, lo que finalmente provocó una grave crisis en Cataluña y de Portugal.
La revuelta en Cataluña se desencadenó cuando Olivares, en plena Guerra de los Treinta
Años, abríó un frente militar contra los franceses en los Pirineos, obligando a los catalanes
A alojar a las tropas y contribuir al gasto militar; en 1626 las Cortes se habían negado a
Pagar el subsidio demandado y los soldados del rey cometieron desmanes en Cataluña,
Originando un malestar que culminó con la entrada de segadores armados en Barcelona
Durante el Corpus de Sangre el 7 de Junio de 1640. La sublevación se generalizó y contó
Con el apoyo de Francia; el rey francés Luis XIII fue nombrado conde de Barcelona y se
Pretendíó integrar el Principado de Cataluña en la Corona francesa. Olivares cayó en
Desgracia y fue desterrado. La larga lucha finalizó en 1652 con la rendición de Barcelona al
Ejército real comandado por Juan José de Austria.
La dinastía concluyó a partir de 1665 con Carlos II «El Hechizado. Su reinado fue largo
Y complicado, agravándose la crisis política y social en los reinos hispánicos. En el gobierno
Se sucedieron varios validos. En su minoría de edad, con la reina regente Mariana, el padre
Jesuita Nithard refleja el poder alcanzado por el clero. Más adelante gobernó un plebeyo,
Fernando de Valenzuela (el Duende de Palacio), buen ejemplo del ascenso de todo tipo de
Arribistas; fue desalojado mediante un verdadero Golpe de Estado. Otro ministro
Todopoderoso fue Juan José de Austria, hermanastro del rey, un militar que utilizó el
Ejército en beneficio propio y alcanzó una gran popularidad, muriendo en el cargo. Carlos
II no tuvo descendencia y en sus últimos años se formaron dos partidos: el primero estaba
Vinculado a la corte austriaca y trataba de manejar a Mariana, la segunda esposa de Carlos;
El otro partido fue el francés, vinculado a Luis XIV (casado con una hermana del rey).
Finalmente Carlos II redactó un testamento a favor del nieto de Luis XIV, Felipe de Anjou,
Que no fue aceptado por los nobles españoles proaustríacos.
La pérdida de la hegemonía en Europa
Felipe III subíó al trono tras una serie de tratados con Francia e Inglaterra que dieron lugar
A la Tregua de los Doce Años (1609-1621). Sin embargo, el problema protestante
Continuaba, dando lugar a la Guerra de los Treinta Años (1618-1648). Fue un
Enfrentamiento de signo religioso, al oponer a protestantes y católicos, pero también
Resultó una pugna política contra el dominio en Europa de los Habsburgo austriacos y
Españoles. El conflicto se inició con la rebelión protestante de Bohemia, en el Imperio
Austriaco. La monarquía hispánica acudíó en auxilio del emperador, derrotando a los
Protestantes en 1620. En Flandes se reanudó la rebelión, pero los tercios españoles
Obtuvieron éxitos como la rendición de Breda. Poco después, el rey de Dinamarca
Christian IV y el rey de Suecia Gustavo Adolfo ll acudieron en ayuda de los protestantes; el
Segundo invadíó el centro del Imperio austriaco en 1630, murió luchando y su ejército
También fue derrotado por los tercios españoles. En 1635 Luis XIII de Francia y su primer
Ministro Richelieu decidieron sumarse a la contienda del lado de los protestantes, para
Debilitar a los Habsburgo españoles. Cinco años después estalló la rebelión de Cataluña y
De Portugal, cuya nobleza y clases dirigentes, preocupadas por la enemistad con sus socios
Holandeses y británicos, proclamaron rey al duque de Braganza.
En esta última fase, los enfrentamientos se desarrollaron en Flandes y en el norte de
Francia, culminando con algunas derrotas navales y con el desastre de los tercios españoles
En Rocroi (1643). Agotados por la larga guerra y con el centro de Europa devastado, los
Contendientes decidieron firmar los Tratados de Westfalia en 1648, donde se acordó que
Los intereses de los Estados y su religión prevalecerían sobre los del antiguo Imperio
Romano-germánico. En 1650, España reconocíó la independencia del norte de Flandes, que
Pasó a llamarse Provincias Unidas de Holanda, gobernadas por la casa Orange, y poco
Después la de Portugal. La guerra con Francia continuó con nuevas derrotas (Las Dunas)
Hasta la Paz de los Pirineos en 1659. España cedíó a Francia los territorios del Artois,
Rosellón y la Cerdaña, quedando patente la hegemonía francesa y establecíéndose la actual
Frontera.
Luis XIV reanudó el conflicto contra España en los años siguientes. En 1678, los franceses
Retomaron el Franco-Condado (Tratado de Nimega) y, al mismo tiempo, británicos,
Franceses y holandeses fueron ganando posiciones en el Caribe: los británicos se
Apoderaron de Jamaica, los franceses se instalaron en la isla de Santo Domingo y los
Holandeses obtuvieron puertos en la zona de las Antillas y Surinam. Al finalizar el siglo,
España había perdido la hegemonía europea, la conexión entre sus posesiones italianas y
Los Países Bajos y su capacidad para defender los territorios americanos.