Apuntes hispania romana

LA HISPANIA ROMANA:


La Península formó parte del territorio que conformó el Imperio romano.
Este hecho ha otorgado a nuestra cultura unas señas de identidad carácterísticas del mundo latino y sus reflejos aún son visibles en nuestra lengua, el derecho, la organización territorial, las costumbres, etc.

I.- La conquista:


La conquista tuvo lugar en 3 etapas, entre el año 218 a.C, fecha del desembarco de los romanos a Emporion, y el año 19 a.C, cuando se adueñaron de los territorios del norte peninsular.

•Primera etapa (218-197 a.C)


La república romana sosténía con Cartago un enfrentamiento por el dominio del Mediterráneo occidental. Roma, vencedora en la 1º Guerra Púnica, conquisto Sicilia y Córcega; en respuesta, Cartago orientó su expansión hacia la Península Ibérica. Entre los años 237 y 218 a.C, los cartagineses, bajo los Barca, conquistaron Eivissa y gran parte de la mitad sur peninsular: Amílcar ocupo Gadir, Asdrúbal fundó Cartago Nova y Aníbal llegó hasta el centro peninsular.
Los romanos desembarcaron en Emporion en el año 218 a.C para cortar el paso del general cartaginés Aníbal, que se dirigía hasta Roma. Es el comienzo de la Segunda Guerra Púnica (218-201 a.C). Los romanos cruzaron el Ebro y tomaron Sagunto. Con el apoyo de los indígenas, consiguieron derrotar a los cartagineses en la Bética(210 a.C), tomar Cartago Nova y anexionarse Gadir. El resultado de estas victorias sobre los cartagineses fue el dominio de gran parte del sur y del este peninsular y la obtención de importantes beneficios económicos.

•Segunda etapa (155-133 a.C)


Los abusos cometidos por los romanos en la administración del territorio conquistado provocaron enfrentamientos constantes con muchos pueblos ibéricos. Por ello, la conquista de estas zonas se prolongó durante decenios. La penetración de las tropas romanas hacia el interior de la Península encontró una feroz resistencia, sobre todo en Lusitania y en Celtiberia.
Las guerras lusitanias (154-137 a.C) comenzaron a raíz de la incursión de un jefe lusitano en las ricas tierras del sur de la Península. La actitud del general romano Galba provocó un levantamiento general de los lusitanos que, dirigidos por Viriato derrotaban incesantemente a los romanos. El asesinato de Viriato, a manos de unos indígenas debilitó a los lusitanos y abríó a los romanos el camino hacia los ricos yacimientos del noroeste peninsular. Las guerras celtibéricas (154-133 a.C) también tuvieron una larga duración, ya que los numantinos contaron con el apoyo de otros pueblos, como los vacceos. Los romanos realizaron numerosas expediciones dedicadas a la destrucción y al pillaje, hasta que el cónsul Escipión Emiliano acabó con la resistencia celtíbera, tras la toma de Numantía el año 133 a.C, y ocupó todas las tierras peninsulares hasta la cordillera Cantábrica. Más tarde, los romanos ocuparon también las islas Baleares. Roma controlaba todas las tierras hispánicas, excepto el norte. En el s. 1 a.C, la conquista se asoció a los conflictos internos de la república romana, como ocurríó en la guerra entre César y Popmpeyo, cuyo escenario fue el sur de la Península.

Tercera etapa (29-19 a.C):


Esta fase de la conquista tuvo como objetico el sometimiento de los pueblos del norte de la Península, cántabro y astures, que se resistieron durante años a la ocupación romana.
Las guerras cántabras (29-19 a.C) no concluyeron hasta la época del primer emperador, Augusto, que acabó sometiendo a los cántabros a los astures. La derrota de los pueblos indígenas fue seguida de una dura represión y de la destrucción de gran parte de los poblados fortificados. Para reprimir las frecuentes rebeliones, los romanos dejaron legiones permanentes instaladas en campamentos, como Legio VII o Asturica Augusta. Con la conquista y esclavización de las comunidades indígenas del norte, Roma aseguró la circulación y la explotación de ricas zonas mineras. El limes llegó hasta la costa; sin embargo, la romanización de esos territorios fue muy leve.

2.-La Romanización


La romanización fue un proceso de transformación gradual de todos los habitantes de los pueblos peninsulares en ciudadanos del Imperio romano, que fueron asumiendo las costumbres, la organización política, jurídica y social romanas, así como su lengua, el latín.

Organización política y administrativa


Roma llevó a cabo varias divisiones territoriales para facilitar la administración de los territorios, que quedaron divididos en provincias y conventus. Al frente de ellos, colocó un determinado número de gestores y funcionarios (pretores, cuestores, etc.), así como los cargos públicos elegidos por la población (aediles) similares a nuestros alcaldes y concejales.

Vías de comunicación

Para controlar el territorio, los romanos trazaron una red de comunicaciones bien estructurada. Con el tiempo, estas vías de comunicación se convirtieron en verdaderos ejes comerciales. La Vía Augusta fue la calzada romana más larga de Hispania, iba desde los Pirineos a Cádiz. La Vía de la Plata enlazaba el noroeste de la Península con Onoba (Huelva), a través de Emérita Augusta, importante puerto fluvial a orillas del Guadiana. La ciudad pasó a ser el centro de la vida política, económica, social, etc.

Ciudades hispanorromanas

Dependiendo de la relación que había mantenido con Roma, cada ciudad gozaba de unos determinados derechos o privilegios:

•Colonias


Eran reconocidas como otra ciudad más del Imperio y gozaban de todos los derechos ciudadanos, políticos, etc. Ej. Carteia, Barcino,…

•Estipendiarías


Las que habían sido conquistadas a la fuerza debían pagar tributos especiales a Roma y gozaban de pocos derechos por su condición de vencidas.

•Federadas


Manténían una cierta independencia de Roma. Tenían derechos, pero debían pagar tributos.

•Inmunes


Eran completamente independientes

Organización económica


La introducción de mejoras, produjo un aumento de la producción agrícola: Canales de riego, Arados, Trillo con ruedas, Abonos, Sistema de rotación de cultivos.
Durante la dominación romana, la población de Hispania crecíó considerablemente hasta alcanzar casi los 7 millones de habitantes. Este crecimiento demográfico se debíó al aumento de la producción agrícola y al desarrollo del comercio. La posesión de la tierra era un símbolo de prestigio y de riqueza en Roma, y la conquista de Hispania proporciono la ocasión de asentar a gran nº de romanos necesitados de tierras. Julio César repartíó tierras agrícolas entre unos 150000 colonos. La ocupación originó una explotación intensiva de sus recursos. La Tarraconenese y la Bética se hicieron famosas por sus vinos y aceites de oliva. La actividad pesquera se incremento mucho gracias a la industria de salazones de la costa andaluza. La producción artesanal se realizaba en pequeños talleres, donde se elaboraban objetos cerámicos, orfebrería, trabajo con vidrio y mosaicos. Completaba la economía comercial la exportación de minerales, así como la venta de esclavos que provénían de las derrotadas tribus indígenas.

Organización social:


La población estaba dividida en: Libres: orden senatorial (formado por senadores y grandes propietarios), orden ecuestre ( formado por aquellos que ocupaban puestos intermedios en el ejército o en la administración), decuriones(habitantes + ricos de las ciudades), plebe(formada por los artesanos).Esclavos no tenían ningún derecho ni podían acceder a la propiedad.

La religión:


fue un factor importante en la romanización de Hispania, aunque tuvo que competir con infinidad de cultos indígenas, con cultos orientales y mas tarde con el cristianismo- La religión romana se apoyaba en las divinidades oficiales: el culto al emperador, a los dioses protectores de la casa y de la comunidad. No obstante, la gran novedad fue la introducción de otra religión oriental nacida entre los judíos, el cristianismo, que llego por el sureste de Hispania

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