Ascenso del Fascismo: Crisis y Transformación en Europa (1918-1939)

El Ascenso del Fascismo

El periodo de entreguerras (1918-1939) fue una época de inestabilidad. En este contexto aparecieron los fascismos, movimientos ultranacionalistas con características comunes y particularidades. Se crearon partidos políticos que llegaron al poder en Italia en 1922 y en Alemania en 1933, desencadenando la Segunda Guerra Mundial en 1939. La URSS era vista como una amenaza por los sistemas liberales capitalistas y fomentaba el movimiento obrero. Como consecuencia de la Primera Guerra Mundial, se produjo una crisis económica y social.

Crisis de los Sistemas Democráticos

Después de la Primera Guerra Mundial, se crearon nuevos países en los que se establecieron sistemas liberales democráticos (Alemania, Austria, Checoslovaquia, Hungría y Polonia). Estos países vivieron una situación difícil debido a la crisis económica, el paro, el hundimiento de la producción, etc. Se produjo una crisis social con huelgas y manifestaciones, reforzando partidos y sindicatos obreros. La burguesía tenía miedo. Como consecuencia, se desestabilizaron los sistemas democráticos en toda Europa. En muchos países se mantuvo la democracia. En Inglaterra, la política la siguió el Partido Laborista. En Francia, triunfó el Frente Popular por las acciones sociales. En Suiza, Bélgica y Holanda se produjo una coalición electoral. Los países donde se establecieron dictaduras que acabaron con los sistemas democráticos fueron: Hungría, Polonia, Portugal, Estonia, Letonia, Lituania, Grecia, Rumania, Bulgaria y España.

Ideología del Fascismo

El objetivo del fascismo era crear un Estado totalitario. Los fascistas eran ultranacionalistas, creían que su raza era superior a las otras, lo que fomentaba la xenofobia. Se daba una parafernalia militar, violencia… los líderes vestían como militares. Los miembros del partido tenían uniforme y poseían emblemas y símbolos de su historia. Los Estados totalitarios estaban dirigidos por un líder carismático que no admitía críticas. Se estableció una dictadura con un partido único, ilegalizando los demás partidos y sindicatos. Los medios de comunicación eran usados como propaganda.

Italia Fascista

Crisis de la Postguerra

Durante la Primera Guerra Mundial, el coste de la vida había subido más rápidamente que los salarios, y el nivel de vida de la clase trabajadora había bajado. Esto originó un movimiento huelguístico que alcanzó gran virulencia y, a menudo, presentó objetivos revolucionarios. Los obreros ocuparon numerosas fábricas en el norte de Italia. En el campo, se desarrolló un movimiento de ocupación de tierras de los grandes propietarios. Estos movimientos fueron reprimidos, pero el temor a la bolchevización se extendió entre la burguesía, que reclamó soluciones más estrictas. En el ámbito político, la monarquía constitucional atravesaba una situación de fuerte inestabilidad; ningún partido conseguía obtener mayorías estables y gobiernos duraderos. El régimen constitucional se apoyaba en una coalición de partidos liberales de centro, fuertemente contestada por el Partido Socialista, el Partido Comunista Italiano y el Partido Popular de inspiración católica. A lo anterior, hay que sumar el nacionalismo exaltado derivado de la frustración tras la Primera Guerra Mundial de recuperar las tierras irredentas. Así sucedía con tierras de población italiana en la costa dálmata bajo control yugoslavo o con la ciudad de Fiume, disputada por italianos y yugoslavos, bajo control de la Sociedad de Naciones.

Formación del Partido Nacional Fascista

En 1919, Mussolini, exmilitante socialista expulsado del partido, fundó los llamados Fasci di Combattimento, un movimiento que agrupaba a antiguos combatientes y que tenía un programa populista y nacionalista. En 1921, transformó los Fasci en el Partido Nacional Fascista, que se presentó como un instrumento eficaz frente a la amenaza del comunismo. Mussolini dotó a su partido de un programa nuevo que mezclaba un discurso populista en lo social, pero defensor de la propiedad privada, con un fuerte nacionalismo, un proyecto expansionista y militarista en la política exterior. El partido adquirió una simbología propia: los fascistas adoptaron la camisa negra como uniforme y el saludo con el brazo en alto. Las bases del partido se nutrieron de sectores obreros descontentos con la situación política y social, y de la pequeña burguesía, atemorizada ante la crisis y las fuerzas revolucionarias obreras. Fue bien visto entre los industriales, los grandes propietarios de tierras y sectores del ejército, que lo consideraban un buen instrumento para frenar el socialismo y el comunismo. Recibió ayuda financiera de la mayor organización patronal italiana. Las escuadras fascistas protagonizaron actos de violencia que consistían en expediciones de castigo contra políticos, ayuntamientos y periódicos de izquierda. Pretendían acallar toda forma de oposición atemorizando a la población. Contaban con la complicidad de la policía y de la justicia.

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