DEMOCRACIA Orgánica:
El franquismo rechazaba el sistema democrático, basado en la voluntad popular, el sufragio y la separación de poderes. Para la construcción del nuevo estado, se inspiro en el Estado corporativista italiano, que organizaba la participación popular a través de la familia, el municipio y el sindicato. El sistema fue denominado democracia orgánica, un nombre con el que se pretendía dar al régimen una cierta legitimidad, pero diferenciándolo claramente de la democracia tradicional. ··
JEFATURA DE ESTADO:
El primer rasgo del nuevo Estado fue la concentración de poderes en la persona de Franco, hecho que se mantendría hasta su muerte. Franco era el jefe del Estado, del partido y Generalísimo de los tres ejércitos. Era también jefe del gobierno, presidia el Consejo Nacional y nombraba al secretario general del Movimiento, a la vez que gozaba de poderes para promulgar leyes en caso de urgencia. También se establecíó el Fuero del Trabajo, una primera Ley Fundamental de clara inspiración fascista y basada en la Carta del Lavoro italiana. ··
LEYES FUNDAMENTALES:
El establecimiento de unas leyes políticas básicas que organizasen jurídicamente el Estado franquista fue un proceso largo: se inicio en plena Guerra Civil y concluyo con la promulgación de la Ley Orgánica del Estado. En 1945, tras la derrota de las potencias del Eje, el régimen de Franco se vio forzado a promulgar nuevas Leyes Fundamentales que le proporcionasen aliados:
Las leyes fundamentales: -Fuero del trabajo:
Regulaba las relaciones laborales y establecía los principios del nacionalsindicalismo.
-Fuero de los Españoles:
Conjunto de deberes y derechos de los españoles. No iba acompañada de ninguna garantía para poderlos ejercer.
-Ley del Referéndum Nacional
El jefe del Estado podía someter a consulta popular las cuestiones que considerase oportunas.
-Ley de Sucesión:
Establecía España como reino y prevéía la monarquía como sucesora del franquismo.
-Ley de principios del movimiento:
Actualizaba los principios directivos del Estado. Todos los funcionarios públicos estaban obligados a jurarlos antes de tomar posesión. ··
CORTES:
La representación popular en las instituciones del Estado se regulo a partir de la Ley Constitutiva de las Cortes, una ley fundamental que definía a las Cortes como el órgano superior de participación del pueblo español en las tareas del Estado. Todos sus representantes, llamados procuradores, eran designados por el poder, y entre ellos se encontraban los ministros, los miembros del Consejo Nacional del Movimiento y de la Organización Sindical.
También había procuradores por razón de su cargo, entre otros, los alcaldes de las mayores ciudades, los rectores de las universidades y los representantes de la jerarquía eclesiástica. De este modo, se trataba de una representación corporativa por tercios: el sindical y el de entidades y administración local. A partir de la Ley Orgánica surgieron los llamados procuradores del tercio familiar, elegidos por sufragio por los cabezas de familia. Estas Cortes franquistas no resultaban elegidas democráticamente y carecían de un autentico poder legislativo. Se trataba tan solo de un órgano de colaboración con la jefatura del Estado, ya que Franco controlaba el poder legislativo y tenía derecho a vetar las leyes. ··
Administración TERRITORIAL:
En el plano territorial, el poder del gobierno se transmitía mediante la vieja institución de los gobernadores civiles de cada provincia, que además, eran jefes provinciales del Movimiento. En cada provincia se instituyó también un gobernador militar. También se restablecieron las Capitánías Generales. En los ayuntamientos, los alcaldes, que eran también jefes locales del Movimiento, eran elegidos directamente por el gobernador civil. ··
SINDICATOS VERTICALES:
Otro poder del Estado fueron los Sindicatos Verticales, que dependían de un secretario general con el rango de ministro. La ley de Unidad Sindical de 1940, establecía qué empresarios y trabajadores se integrarían en un mismo sindicato por ramas de producción. El Estado ejercía una férrea tutela sobre la clase obrera y dictaba las condiciones laborales, anulando toda posibilidad de negociación colectiva e ilegalizando la huelga. El resultado de este estricto control, fueron unas condiciones de trabajo extremas que comportaron el mantenimiento de salarios bajos para los trabajadores y permitieron unos amplios beneficios empresariales.
2.- TRANSFORMACIONES Económicas DE LA Autarquía AL DESARROLLISMO.
AUTARQUÍA:
Uno de los principales objetivos de la primera etapa del franquismo fue conseguir la autosuficiencia económica (autarquía). Para ello se fomentó una política económica que propugnó el aislamiento del exterior y la sustitución del libre mercado por la intervención del Estado en la economía, justificando esta política con un discurso fascista y patriótico. La política autárquica tuvo tres grandes ámbitos de actuación: ··
Reglamentación del comercio exterior:
Las importaciones y exportaciones eran controladas por el Estado y era necesaria una autorización administrativa para realizarlas. Con ello se redujeron las importaciones a los productos considerados imprescindibles y como resultado se encarecieron los productos que el Estado debía importar y se produjo una escasez de bienes de consumo. Este desabastecimiento provocó un notable descenso de la producción industrial. ··
Fomento de la industria:
con el fin de asegurar la independencia militar y política del nuevo Estado. Una serie de leyes y medidas favorecieron la creación de empresas públicas, así como la nacionalización de sectores considerados indispensables. También se fomentó el desarrollo de las industrias de bienes de equipo, que recibieron una considerable y continuada ayuda pública. En 1941 se nacionalizaron todas las compañías de ferrocarriles y se creó la RENFE. En 1945, se precedíó a la nacionalización de la Compañía Telefónica de España. En 1941 se fundó el Instituto Nacional de Industria, que impulsó la creación de numerosas empresas públicas, cuyo objetivo era producir los bienes que el sector privado no fabricaba por falta de rentabilidad o por excesivos gastos de inversión. El Estado priorizó las inversiones en sectores vinculados a los intereses de la defensa militar, y en esta primera década del franquismo se crearon las principales empresas del grupo: Iberia, Endesa, Seat… ··
Intervencionismo en el sector agrario:
El Estado regulaba la producción, la comercialización, los precios y el consumo de la mayoría de sus productos. Los bajos precios oficiales provocaron un descenso de la producción. También disminuyó la productividad por hectárea notablemente. El resultado de la política autárquica fue un profundo estancamiento económico caracterizado por el colapso del comercio exterior, por un notable descenso de los niveles de producción y consumo, y por una considerable disminución del nivel de vida de la población. Además, supuso un freno a las tendencias modernizadoras de la economía española indicadas a principios del Siglo XX y comportó una ampliación de las diferencias con los niveles de bienestar de los países de Europa occidental. España tardó unos 15 años en recuperar los niveles económicos de 1935. La rígida reglamentación de la economía autárquica conllevaba el control del mercado por parte del Estado. El resultado fue el desabastecimiento generalizado de alimentos y el racionamiento de los productos de primera necesidad, que se distribuían mediante una cartilla de racionamiento. La tasación de los precios de los alimentos por debajo de su valor comportó que muchos productores prefiriesen esconder la producción para venderla en el mercado negro, del cual obténían ganancias más elevadas. ··
DESARROLLISMO: Gobiernos del desarrollismo
El gobierno formado por Franco en 1957 y los que le sucedieron en la década de 1960 marcaron la transición a una etapa con un claro predominio de los llamados tecnócratas. Esta nueva generación de políticos, la mayoría vinculados al Opus Dei, consideraban el crecimiento económico como la principal garantía de estabilidad social. Su perfil era más técnico que ideológico y su principal objetivo era incorporar unos criterios de racionalidad y eficacia a la gestión del Estado que asegurasen la continuidad del régimen. Apostaban por un reformismo técnico que encontrase una salida a la grave situación económica y social derivada de la autarquía. El cambio de rumbo vino propiciado por la mala coyuntura económica de finales de la década de 1950, por la presión de los organismos internacionales en el momento en que España acababa de salir del aislamiento y por el aumento de las protestas sociales. Además, Europa vivía una etapa de recuperación económica tras la Guerra Mundial y la economía española estaba dispuesta a aprovechar las condiciones favorables del mercado internacional.
Plan de estabilización
La primera acción correctora de la política económica vino de la mano del llamado Plan de Estabilización. Su objetivo era poner fin al fuerte intervencionismo estatal de los años anteriores y suprimir los obstáculos para la liberalización comercial y financiera. Su actuación comprendía tres grandes ejes:
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Estabilización de la economía:
Para eliminar la inflación se elevaron los tipos de interés, se limitaron los créditos bancarios y se congelaron los salarios. Para limitar el déficit público se propuso la incrementación y limitación del gasto del Estado.
·Liberalización interior de la economía:
Se llevo a cabo a partir de la eliminación de organismos estatales interventores y de la reglamentación de los precios fijos.
··Liberalización exterior de la economía:
El objetivo era eliminar los obstáculos a la entrada de mercancías extranjeras y facilitar la inversión de capitales exteriores. En esta dirección, se anunció la convertibilidad de la peseta para facilitar los intercambio y se devaluó su valor un 50% respecto al dólar.
A cambio de estos compromisos, diversos organismos internacionales concedieron préstamos a España para hacer frente a la grave situación económica y evitar una posible suspensión de pagos internacional. A más largo plazo, todas estas medidas pretendían incorporar la economía española a los mercados internacionales para poner las bases de un posterior crecimiento económico.
Planes de desarrollo
Al programa de estabilización se añadió, en la década de 1960, la puesta en marcha de los Planes de Desarrollo Económico y Social.
Los planes emprendieron dos grandes líneas de actuación: las acciones estructurales, que pretendían solucionar algunas deficiencias de la industria, y los polos de desarrollo que intentaban reducir los desequilibrios económicos regionales promoviendo nuevas industrias en zonas de escasa industrialización.
El mayor logro de los Planes de Desarrollo residíó en dotar a la iniciativa privada de infraestructuras y materias básicas que contribuyeron al crecimiento industrial en el marco de la favorable coyuntura económica.
Industrialización acelerada
El sector industrial actuó como motor central de la expansión de la economía española y produjo el aumento de la producción industrial. Este crecimiento fue debido a la mejora de la productividad, gracias a los bajos salarios, a la importación de tecnología y a la inversión de capitales extranjeros. También aumento el peso de los sectores productores de bienes de equipo. La mejor de la productividad permitíó el descenso de los precios y favorecíó las exportaciones. También estimulo la subida de salarios que junto a las compras a plazos, condujeron a un aumento de la demanda de bienes de consumo duraderos.
Límites de la economía desarrollista
En primer lugar, las acciones emprendidas se polarizaron en el sector industrial y de servicios, mientras que el sector agrario era relativamente abandonado, quedando en una situación de atraso y gran parte de su población, en el paro o en la subsistencia. La industria española, nunca fue lo bastante potente para absorber a toda la población excedentaria procedente del sector agrario, que tuvo que emigrar.
En segundo lugar, la gran dependencia de la tecnología y de las inversiones extranjeras, no solo implicaba un gasto importante en la compra de patentes, maquinaria, etc., sino también la supeditación a los ritmos de crecimiento y de las decisiones de empresas foráneas.
Por último, los beneficios del crecimiento no significaron un aumento significativo del nivel de desarrollo del país, ya que el Estado no fue capaz de cumplir suficientemente su papel de redistribución, ni de impulsar la creación de infraestructuras adecuadas para dar solidez y continuidad al crecimiento.
3.-CAMBIOS SOCIALES
En la década de 1960, la población española experimento la tasa de crecimiento anual más importante de todo el siglo, lo que permitíó pasar de 30,4 millones de habitantes en 1960 a 33,8 en 1970.En 1975, la población supero los 25,8 millones de personas. Este aumento demográfico fue consecuencia de un descenso de la mortalidad, sobre todo infantil, y de una elevada natalidad, resultando de unas mejores condiciones de vida.
El crecimiento demográfico estuvo acompañado de importantes movimientos migratorios. El proceso de mecanización y modernización de la agricultura dejo sin trabajo a muchos campesinos. Ello dio lugar, durante la década de 1960, a un intenso éxodo rural.
Las zonas agrícolas de España, especialmente Andalucía, Extremadura, las dos Castillas, Murcia y Galicia, fueron las principales proveedoras de unos emigrantes que buscaban mejores oportunidades de vida. Más de un millos trescientos mil españoles, emigraron a otros países de Europa en busca de trabajo: Francia, Alemania, Suiza y Bélgica fueron los principales destinos.
Las migraciones interiores resultaron aun más espectaculares: entre 1962 y 1973, cuatro millones de personas cambiaron de lugar de residencia, principalmente, los lugares de recepción fueron Madrid, Cataluña, País Vasco y Valencia.
En poco más de una década, la expansión de la economía comporto una profunda transformación de la sociedad española.
En primer lugar, el aumento del poder adquisitivo hizo posible la entrada de España en la denominada sociedad de consumo. Los hogares españoles empezaron a equiparse con un nuevo mensaje: el frigorífico, el televisor, aparatos de cocina. También se popularizo el automóvil, sobre todo a partir del Seat 600.
En segundo lugar, se extendíó notablemente la demanda de educación. En 1970 la Ley General de Educación remodelo todo el sistema educativo y supuso un aumento de la población escolarizada, desde la enseñanza primaria a la universidad, y un crecimiento de las inversiones del Estado en educación.
En tercer lugar, la estructura familiar empezó a experimentar cambios significativos. La familia amplia de tradición rural se fue sustituyendo por la familia nuclear típica del mundo urbano e industrial.
La mujer empezó a abandonar su papel tradicional de madre y esposa para incorporarse al mundo de los estudios y al trabajo remunerado, sobre todo en actividades administrativas y de servicios.
Por último, la renovación de la Iglesia que siguió al Concilio Vaticano II tuvo un gran impacto en España e influyo decisivamente en un sector de la Iglesia española, que comenzó a distanciarse del régimen y a alinearse junto a los sectores sociales que reclamaban su democratización. Los cambios en el interior de la Iglesia se produjeron en un contexto de creciente secularización y de disminución de su influencia en todos los ámbitos de la sociedad.