El bienio radical-cedista
La derecha se reorganizó pues estaban descontentas con la república las élites económicas, sociales e ideológicas (Iglesia, grandes propietarios, organizaciones patronales, anarquistas, militares monárquicos, etc.) pues consideraban las reformas de la República demasiado radicales. Esto supone una pérdida de poder para Azaña que pierde el apoyo popular y del ejército, hace caso omiso de las demandadas de los patrones y subestima la organización de la derecha. La derecha se fue agrupando en partidos como el partido radical de Lerroux, de centro derecha y formado por grupos de empresarios, comerciantes, propietarios agrícolas y opositores a la izquierda. En contra de las reformas agrarias, religiosas y nacionalistas se agrupó la derecha monárquica, católica y conservadora. Surgió también la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) en 1933 y con Gil Robles como Líder. Este partido defendía la religión y la propiedad y buscaba un cambio en la Constitución. Surge también Renovación Española, de José Calvo Sotelo, y en 1933 Falange española, un conjunto de agrupaciones fascistas fundada por José Antonio Primo de Rivera. Hubo un intento de golpe de Estado en 1932 llamado la Sanjurjada y surgió la Unión militar española (UME), que era una organización clandestina de militares derechistas y anti reformistas que tuvieron especial importancia en el golpe de Estado de 1936. En las elecciones de 1933 la relación entre socialistas y republicanos estaba muy deteriorada y al punto de separación. Azaña dimitió y Alcalá Zamora disolvió las Cortes y convocó elecciones. Eran las primeras elecciones en las que votaban las mujeres aunque su participación fue muy escasa. La izquierda presentó candidaturas separadas mientras que la derecha estaba unida y organizada, por lo que venció el partido radical de Lerroux y la CEDA dando comienzo al Bienio Negro. Lerroux se sitúa como jefe de Gobierno y se dedica a disolver todas las reformas llevadas a cabo por el gobierno anterior. Frena la reforma agraria devolviendo las tierras a sus antiguos propietarios; Sustituye en la administración pública a los republicanos por partidarios derechistas; da altos mandos militares a generales anti izquierdistas como Franco que es nombrado jefe del estado mayor; Reduce el presupuesto de educación devolviendo este a la Iglesia; Establece el mantenimiento estatal del clero; Devuelve a los jesuitas su legalidad y sus propiedades, se suspende el estado de Cataluña generando grandes conflictos; se excarcela a los participantes de la Sanjurjada y los encarcelados por apoyar a Primo de Rivera y baja los salarios al nivel de 1930. Debido a estas medidas PSOE y UGT se radicalizan generando huelgas y conflictos. La revolución de 1834 comienza cuando Gil Robles exige entrar en la CEDA con lo que esta tendría 3 integrantes. La izquierda lo ve como un intento de fascismo y la UGT convoca una huelga general revolucionaria a favor de la restitución de las reformas que fracasa por falta de coordinación aunque tiene importancia en algunos puntos. En Asturias la huelga de los mineros alcanza el nivel de revolución social ya que se llega a un acuerdo entre anarquistas, socialistas y comunistas y se crea una alianza obrera con UGT y CNT liderada por Indalecio Prieto. Los revolucionarios toman Oviedo y parte de Asturias pero son duramente reprimidos por Franco. En Cataluña tiene un carácter más político, consiste en que Lluis Companys proclama la república Catalana y una huelga general, pero al no contar con el apoyo obrero el general Beret la reprime fácil y duramente y la Generalitat se sustituye por un gobernador general. Se inicia una Crisis del Gobierno ya que la CEDA aumenta su poder y nombra a Gil Robles ministro de Guerra y a Franco jefe del estado mayor. Hace un intento fallido de cambiar la constitución en 1934 pero en 1935 el escándalo de corrupción del Estraperlo hace dimitir a Lerroux y Alcalá Zamora convoca nuevas elecciones ya que Gil Robles trata de hacerse con el poder de la CEDA. En las elecciones de 1936 se crea el frente popular, formado por la izquierda republicana y dos partidos obreros y que se une por la fuerte represión de la derecha. Su programa consiste en la amnistía para los encarcelados por la revolución de 1934 y la reanudación de las reformas. Tanto la CNT como los socialistas le apoyaron directa o indirectamente. La CEDA se unió con el Bloque Nacionalista (Monárquicos y tradicionalistas). Las elecciones tuvieron un 72% de participación en las que el frente popular obtuvo el 48% de los votos gracias al litoral y las grandes ciudades y la derecha un 46,5% gracias al mundo rural. El centro solo obtuvo un 5,4%. Se formó nuevo gobierno de republicanos con apoyo parlamentario de los socialistas y Manuel Azaña fue nombrado presidente de la República ante la oposición del ejército y la derecha. Casare Quiroga fue presidente de gobierno y en la oposición estaba la CNT que consideró al gobierno muy moderado y generó huelgas y conflictos, la derecha se radicalizó con Falange española que creó un clima hostil a nivel nacional y la conspiración militar de Mola. Consistía en un levantamiento simultáneo en varios cuarteles especialmente el de Madrid y Barcelona, con gran importancia de las tropas Africanistas. El gobierno dispersó a los generales pues no hubo huevos para destituirlos. Mola fue a Navarra y Franco a las Canarias. Esta conspiración contó con el apoyo de las fuerzas políticas de derechas y sus objetivos eran frenar las reformas y recuperar el orden público a la par que establecer un gobierno basado en un directorio militar. El fin de la República vino tras el asesinato del teniente republicano Castillo y la venganza de Calvo Sotelo, con lo que se aceleraron los planes de golpe de Estado iniciado en Marruecos.