El Viraje Político de 1933: Victoria de la CEDA y el Partido Radical
Tras el triunfo de socialistas y republicanos en las elecciones de 1931, las elecciones de 1933 trajeron consigo una victoria contundente para la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) y el Partido Radical de Alejandro Lerroux. Este cambio se debió a varios factores, entre ellos:
- El desgaste del Gobierno anterior.
- La abstención al voto por parte de los anarquistas.
- La desunión de las candidaturas de izquierdas.
Se cree que la incorporación del derecho al voto femenino también influyó, ya que una parte de este nuevo electorado pudo haberse visto influenciado por la Iglesia, votando a los partidos más conservadores. Los anarquistas reaccionaron con una insurrección fallida.
El Bienio Radical-Cedista (1933-1936): Contrarreformas y Tensiones Sociales
La nueva etapa, marcada por una gran inestabilidad, se caracterizó por la coalición entre la CEDA y los lerrouxistas. Su objetivo principal fue rectificar la labor del gobierno anterior. Este periodo se conoce como el Bienio Radical-Cedista (1933-1936). El primer gobierno lo formó Lerroux con miembros del Partido Radical, y las principales medidas que adoptó fueron:
- Una contrarreforma militar, nombrando a generales como Franco y Mola para altos cargos y amnistiando a los militares condenados por la Sanjurjada.
- Una contrarreforma agraria, recortando presupuestos y expulsando a quienes habían ocupado tierras.
- Subvenciones económicas al clero.
- Paralización de la construcción de escuelas y secularización de la enseñanza.
- Una contrarreforma autonómica, bloqueando los estatutos de autonomía.
Conflictos Sociales y Nacionalistas
Estas medidas provocaron conflictos sociales y huelgas con graves incidentes, como las de Andalucía y Extremadura. También fueron graves los incidentes nacionalistas catalanes, especialmente en relación con una ley impuesta por el Parlamento catalán que facilitaba el acceso a la propiedad de la tierra a campesinos arrendatarios. Esta ley fue impugnada por el Gobierno central ante el Tribunal Constitucional. Mientras tanto, los falangistas actuaban con violencia en las calles y las juventudes de la CEDA aclamaban a su líder, José María Gil-Robles.
La Crisis de 1934: Revolución de Asturias y Proclamación del Estado Catalán
La tensión llegó a su punto álgido en 1934, cuando Lerroux otorgó tres carteras ministeriales a miembros de la CEDA. Esto fue considerado intolerable por los socialistas, que convocaron una huelga general junto con la Unión General de Trabajadores (UGT) y la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Las revoluciones, aunque desorganizadas, tuvieron éxito en algunas ciudades como Asturias y Cataluña.
- En Asturias, se produjo una revolución protagonizada por obreros y mineros armados, pero el levantamiento fue sofocado con brutalidad por las tropas de Francisco Franco.
- En Cataluña, Lluís Companys proclamó el Estado Catalán dentro de la República Federal Española, pero fue suspendido y Companys encarcelado.
El gobierno de Lerroux continuó con sus contrarreformas, pero su gobierno era débil y dependía de la CEDA. Finalmente, se desencadenó una crisis provocada por un escándalo de corrupción conocido como el «estraperlo», que implicó a miembros del Partido Radical. Esto provocó la ruptura de la coalición radical-cedista y el presidente de la República, Niceto Alcalá-Zamora, convocó nuevas elecciones para 1936.
Las Elecciones de 1936: El Frente Popular y la Polarización Política
Para estas elecciones, la izquierda formó una coalición electoral, el Frente Popular, integrada por Izquierda Republicana, el Partido Comunista, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Esquerra Republicana de Cataluña. También contaron con el apoyo de sindicatos socialistas y la CNT. Proponían continuar con las medidas del bienio reformista, una amnistía para los presos de la Revolución de 1934 y el restablecimiento del Estatuto de Autonomía de Cataluña. Los principales partidos de derecha fueron la CEDA, Falange Española y el Bloque Nacional Monárquico, que no articularon un programa sólido. La campaña electoral fue competida y agresiva, y el Frente Popular ganó por un estrecho margen de votos, pero con una gran diferencia de diputados debido al sistema electoral de la época. El nuevo gobierno estuvo presidido por Manuel Azaña y formado únicamente por republicanos de izquierda. Entre otras medidas, se reanudó la reforma agraria, se alejó a los militares de los centros de poder y se aprobaron nuevos estatutos de autonomía.
El Camino Hacia el Golpe de Estado: Radicalización y Violencia
Tras las elecciones, Alcalá-Zamora fue destituido como presidente de la República por haber disuelto las Cortes en dos ocasiones. Azaña asumió la presidencia de la República y Santiago Casares Quiroga la presidencia del Gobierno, formando un nuevo gabinete de republicanos de izquierda. Se radicalizaron las posturas políticas: los anarquistas y socialistas convocaron huelgas y defendieron la revolución, mientras que José Calvo Sotelo y Gil-Robles arremetían contra el Parlamento y el Gobierno. Los conflictos se multiplicaron:
- Invasiones masivas de propiedades impulsadas por anarquistas y socialistas.
- Enfrentamientos entre jornaleros y empresarios.
- Aumento de las huelgas y el desempleo.
- Nuevos episodios anticlericales.
- Aumento de la violencia callejera por parte de grupos extremistas.
Desde 1934, existían conversaciones entre militares para protagonizar un golpe de Estado, a las que se unieron más tarde políticos y empresarios. Tras la victoria del Frente Popular, el general Emilio Mola tomó la dirección del alzamiento desde Pamplona, y el 17 de julio de 1936 se produjo el golpe en el Protectorado español de Marruecos, dando inicio a la Guerra Civil Española.