3.3. El Imperio de los Austrias: España bajo Carlos I. Política interior y conflictos europeos.
Carlos I heredó las coronas de Aragón, Castilla y Navarra, las posesiones italianas, norteafricanas, las Indias,
los Países Bajos, el Franco Condado y los derechos a la corona imperial. En la Península tuvo que
enfrentarse a las Cortes y a una serie de revueltas en Castilla y Levante. En la revuelta de las Comunidades
en Castilla (1520-1522), los comuneros protagonizaron una rebelión política, fueron derrotados en la
batalla de Villalar (Valladolid, 1521) y sus tres líderes, Bravo, Padilla y Maldonado, ejecutados. La revuelta
de las Germánías en Valencia y Mallorca (1519-1523) se dirigíó contra los señores feudales y los mudéjares.
La monarquía nuevamente salíó reforzada frente a las ciudades y las Cortes. Entre 1519 y 1544, la lucha por
la hegemonía en Europa llevó a Carlos V al enfrentamiento con Francia. La lucha por el predominio en Italia
se saldó con la incorporación del Milanesado y la firma de la Paz de Cambrai (1529). Entre 1545 y 1555
luchó contra los protestantes dentro del Imperio alemán, a los que derrotó en Mühlberg (1547).
Posteriormente firmó la Paz de Augsburgo (1555), por la que reconocía a los protestantes. Otro foco de
conflicto era el Imperio otomano. La conquista de Túnez (1535) por Carlos V no soluciónó el problema.
3.4. La Monarquía Hispánica de Felipe II. Gobierno y administración. Los problemas internos.
Guerras y sublevación en Europa
En 1556, Carlos V deja a su hijo Felipe los reinos hispanos, los territorios italianos y americanos, los Países
Bajos y el Franco Condado. Felipe II sustituye la idea de Imperio universal por un Imperio hispánico. Castilla
se convierte en el reino fundamental, estableciendo la capital en Madrid (1561). Su modelo político se basó
en un sistema de consejos: Inquisición, Hacienda, Órdenes Militares, Castilla, Indias, Aragón, etc. El más
importante era el Consejo de Estado. Se introduce la figura de los secretarios reales. Los virreyes fueron los
representantes del rey en América. Se amplía el número de Audiencias: Valladolid, Granada, Sevilla y
Canarias. Su política interior autoritaria provocó la rebelión de los moriscos en las Alpujarras. En 1591
Antonio Pérez, secretario personal del Rey, fue acusado de asesinato y se refugió en Zaragoza. El Justicia
Mayor se negó a entregarlo a Castilla. La respuesta de Felipe II fue ocupar militarmente Zaragoza y ejecutar
al Justicia Mayor. En política exterior, Felipe II se uníó con Portugal en 1580, lo que dio lugar a la Unidad
Ibérica. En Europa, consiguió victorias como la San Quintín ante Francia o la de Lepanto contra el Imperio
otomano, y desastres como el episodio de la Armada Invencible frente a Inglaterra. En los Países Bajos
surgieron tensiones por motivos religiosos, que acabaron con la independencia de Holanda, aunque Flandes
continuó bajo el poder de Felipe II.
3.6. Los Austrias del Siglo XVII: el gobierno de validos. La crisis de 1640
Felipe III (1598-1621) tuvo como valido al duque de Lerma, que en el año 1609 expulsó a los moriscos.
Felipe IV (1621-1665) tuvo como valido al conde-duque de Olivares, que defendíó una política belicista.
Trató de unificar los reinos de España en torno a Castilla. En 1626 aprobó la Uníón de Armas, que provocó
sublevaciones en torno a 1640. En Cataluña, el conflicto se inició en 1635, cuando se declara la guerra entre
Francia y España. Empiezan las protestas contra los tercios imperiales, pues supónía un gran sacrificio
mantener a un ejército. El momento culminante fue el Corpus de Sangre (1640), cuando los campesinos se
apoderan de Barcelona, asesinaron al virrey y se proclamó una breve república catalana. Desde Madrid se
enviaron tropas para sofocar la sublevación y en Cataluña se pidió ayuda a Francia. La entrada y
mantenimiento de tropas francesas provocaron los mismos descontentos que las tropas castellanas. El
conflicto finalizó en 1652, con la intervención de las tropas de Juan José de Austria. En Portugal, a la política
centralizadora de Castilla, hay que añadir el descontento de las clases dirigentes portuguesas. La revolución
fue dirigida por el duque de Braganza, que fue proclamado rey de Portugal con el nombre de Juan IV. En
1668 se reconocería la independencia de Portugal. En el reinado de Carlos II (1665-1700) Mariana de
Austria actuó como regente. Su falta de descendencia provocará la Guerra de Sucesión.
3.7. La guerra de los Treinta Años y la pérdida de la hegemonía española en Europa
Durante el reinado de Felipe III asistimos a un periodo de paz y treguas. Con Inglaterra firma la paz en 1604
y con Holanda se firma La Tregua de los Doce Años (1609-1621). En contraste, el reinado de Felipe IV será
un periodo bélico y de derrota de España frente a las potencias europeas. La monarquía española intervino
en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648). Se buscaba mantener el prestigio de la monarquía española
en el escenario europeo. Los Países Bajos se incorporaron a la guerra, buscando su total independencia
política. A la vez se luchaba contra Francia, que buscaba convertirse en la potencia hegemónica en Europa.
La guerra de los Treinta años acabó con la derrota de los Habsburgo y la firma de la paz de Westfalia (1648).
España quedó como potencia de segunda fila en el nuevo orden europeo. También se ratificó aquí la
independencia de Holanda con respecto a España. No obstante, España continuó luchando contra Francia
hasta la Paz de los Pirineos (1659), por la que España cedía el Rosellón y una parte de la Cerdaña (al norte
de Cataluña).
3.9. Crisis y decadencia de la Monarquía Hispánica: el reinado de Carlos II y el problema
sucesorio.
Carlos II (1665-1700) accedíó al trono siendo un niño, por lo que su madre, Mariana de Austria, ejercíó
como regente. Además, el rey estaba incapacitado para gobernar. Por eso, durante su reinado el poder del
Estado se fue diluyendo, lo que fue aprovechado por la aristocracia y la Iglesia para ampliar sus privilegios.
Las revueltas sociales no desaparecieron, como la Segunda Germánía en Valencia o el Motín de los Gatos en
Madrid, por el alza del precio del pan. Durante el reinado de Carlos II se reconoce la independencia de
Portugal (1668) y se cede a Francia el Franco Condado. Pero el problema más importante fue el sucesorio.
Ante la inminente muerte de Carlos II sin descendencia, se buscaron candidatos con vínculos familiares:
Felipe de Anjou, de la casa Borbón, candidato francés, y Carlos de Austria, candidato de los Austrias
alemanes. Tras fuertes presiones, Carlos II dejó como heredero a Felipe de Anjou, futuro Felipe V. Su
decisión pretendía lograr el apoyo de Francia y evitar la fragmentación de las posesiones de la corona. En
1700 moría el último de los Austrias, lo que precipitó el inicio de la llamada Guerra de Sucesión.
4.1. La Guerra de Sucesión Española y el sistema de Utrecht. Los Pactos de Familia
En el año 1700 muere sin descendencia Carlos II, que había elegido como sucesor al francés Felipe de
Anjou, futuro Felipe V de Borbón. Varias potencias europeas propondrán otro candidato, el archiduque
Carlos de Habsburgo, y formarán una coalición antiborbónica (Gran Bretaña, Austria, Holanda y Portugal).
Se desata la Guerra de Sucesión (1701-1713) y en España se inicia una Guerra Civil, pues Castilla apoyó a
Felipe de Anjou, mientras que Aragón apoyó al archiduque Carlos de Austria. Las hostilidades finalizarán
con el acceso del archiduque al control del Imperio Austriaco y la firma de la Paz de Utrecht (1713), que
supuso la consolidación de Gran Bretaña como potencia, con el control de Gibraltar, Menorca y el comercio
con las Indias. España pierde Flandes y las posesiones italianas. Ante el fracaso de su política exterior
revisionista, Felipe V firmó con Francia el Primer Pacto de Familia (1733), por el que consiguió Nápoles y
Sicilia. Gracias al Segundo Pacto de Familia (1743) España obtuvo los ducados de Parma y Toscana. En el
reinado de Carlos III (1759-1788) se firmó el Tercer Pacto de Familia (1761), por lo que España participó en
la guerra de los siete años y en la guerra de independencia de las Trece Colonias americanas, obteniendo
Florida y Menorca, aunque no Gibraltar.
4.2. La nueva Monarquía Borbónica. Los Decretos de Nueva Planta. Modelo de Estado y alcance
de las reformas
Los borbones implantaron un modelo unificador y centralista. Con los Decretos de Nueva Planta
(1707-1716) se eliminan los fueros de la Corona de Aragón y se impone la legislación y lengua castellana.
Sólo el Reino de Navarra, Vizcaya, Álava y Guipúzcoa conservaron sus fueros y su autonomía. Las reformas
políticas del Siglo XVIII fueron el fortalecimiento del poder real mediante una monarquía absolutista. El
gobierno se compónía de secretarías de Estado y del Despacho Universal. Se cambió la división territorial en
reinos por una nueva en provincias, al frente de las cuales estaban los capitanes generales y los
intendentes. Se mantuvieron la Chancillería y las Audiencias. Los impuestos se intentaron reformar
(catastro de Ensenada). La figura del corregidor adquiere mayor importancia. Las Cortes apenas se
convocaron. Se implantó la Ley Sálica, por la cual las mujeres quedan excluidas de la sucesión al trono. En
América, el Consejo de Indias y la Casa de Contratación fueron sustituidos por Secretarías. A los dos
virreinatos existentes (Nueva España y Perú) se añadieron el de Nueva Granada y el de Río de la Plata. Por
último, se sustituyó la división en gobernaciones y corregimientos por las intendencias.
4.4. Ideas fundamentales de la Ilustración. El despotismo ilustrado: Carlos III
En la primera mitad del Siglo XVIII destaca el escritor Benito J. Feijóo. Se crearon las principales Academias:
Real Academia de la Lengua, Medicina, Historia, Bellas Artes de San Fernando, el Jardín Botánico y el
Gabinete de Historia Natural. La ilustración llega a su apogeo en el reinado de Carlos III (1759-1788), con la
creación de las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País. También se desarrolló la literatura con
Jovellanos, Cadalso y Moratín (El sí de las niñas). Carlos III llevó a cabo una importante reforma de Madrid
con el empedrado de las calles y el alcantarillado, la construcción del Paseo del Prado, la Fuente de Cibeles,
la Puerta de Alcalá, el Observatorio Astronómico o el Museo del Prado. Además, Carlos III implantó el
despotismo ilustrado, que puede resumirse en la frase “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. El gran
problema del reinado fue el Motín de Esquilache (1766), una revuelta popular que estalla por el incremento
del precio del pan y por un decreto que prohibía el uso de capas largas y sombreros. Su extensión a casi
todo el país favorecíó el cese del ministro Esquilache. A su vez, se sometíó a la Iglesia al control del Estado
mediante el regalismo. Los problemas que surgieron entre el Estado y el papado culminaron con la
expulsión de los jesuitas (1767).
3.2. El significado de 1492. La guerra de Granada y el descubrimiento de América
Las causas de la conquista de Granada por parte de los Reyes Católicos fueron: culminar la Reconquista,
superar el conflicto entre la nobleza y fortalecer la monarquía. La conquista puede dividirse en tres fases: la
conquista de Alhama (Granada) (1481-1484); la toma de Málaga (1485-1487); y la conquista de Granada en
1492. El descubrimiento de América responde a varias causas: búsqueda de una nueva ruta comercial hacia
Asía, competencia con Portugal en el Atlántico y utilización de nuevos instrumentos marítimos. Cristóbal
Colón expuso ante Castilla su proyecto de llegar a las Indias por el oeste, convencíó a Isabel la Católica y
firmó las Capitulaciones de Santa Fe, por las que fue nombrado almirante, virrey y gobernador de las
nuevas tierras. En el primer viaje (1492-1493), partiendo del puerto de Palos (Huelva) a bordo de las naves
La Pinta, La Niña y la Santa María, Colón llega el 12 de Octubre a la isla de San Salvador (Guanahaní, en las
actuales Bahamas), descubre Juana (Cuba) y La Española (Santo Domingo y Haití). En el segundo viaje
(1493-1496) Colón exploró las Antillas menores y se firma el Tratado de Tordesillas (1494), que permitíó
que Brasil fuera colonizado por los portugueses. En el tercer viaje (1498-1500) y cuarto viaje (1502-1504)
Colón exploró la costa de América Central. Colón morirá en 1506 convencido de haber llegado a Asía.