La monarquía de los Reyes Católicos
:Los comienzos del reinado
Finalización de la Reconquista
En 1482 los Reyes Católicos deciden dar el impulso definitivo a la finalización de la Reconquista en la Península Ibérica, iniciando la conocida como Guerra de Granada (1482-1492). La guerra se inició con la toma de Alhama en 1482, y el 2 de Enero de 1492 Granada cayó. Aunque en un principio las condiciones de la rendición fueron tolerantes con los musulmanes y sus propiedades, en 1499 el Cardenal Cisneros inició una política de presión contra las minorías religiosas, por lo que en 1502 se aprobó un decreto de conversión forzosa, lo que obligó, a que los mudéjares se convirtieran en moriscos (los que no quisieron aceptar la conversión tuvieron que abandonar Castilla). Respecto a los judíos, ya en 1492 se había publicado el Edicto de Granada que decretaba la expulsión de los judíos de las Coronas de Castilla y Aragón.Completada la unificación religiosa, y fallecida Isabel, Fernando centró los esfuerzos en la uníón de los reinos peninsulares con la conquista del Reino de Navarra en 1512. Sin embargo Navarra logró mantener su identidad al conservar su administración territorial, su Fuero y sus Cortes.Reformas administrativas(
Situación previa a las reformas):La Corona de Castilla estaba gobernada por un rey que controlaba todos los poderes bajo un sistema de monarquía hereditaria. Sin embargo, su poder estaba controlado por una serie de instituciones. En primer lugar, las Cortes, una asamblea para aprobar leyes, impuestos o tratar asuntos trascendentales para el Reino. En segundo lugar encontramos el Consejo Real, un órgano consultivo del monarca. También encontramos un órgano encargado de los asuntos de la Justicia, la Audiencia. La recaudación de impuestos quedaba en manos de las Contadurías de Hacienda, mientras que los municipios eran gobernados mediante ConcejosLa Corona de Aragón se organizaba como una confederación de cuatro Reinos: Cataluña, Aragón, Valencia y Mallorca, cada uno de ellos manténía sus propios organismos y tradiciones. En la Corona de Aragón las Cortes de cada Reino tenían un mayor poder de control sobre el monarca, algo que se explica por la tradición pactista que esta Corona venía aplicando, donde el monarca otorgaba una serie de privilegios a la nobleza feudal y las clases urbanas a cambio de la ayuda económica y militar de éstas. En cada Reino existía un fuero propio. El Consejo Real y la Audiencia tenían similares funciones a las de Castilla, salvo que en el Reino de Aragón existía un Justicia Mayor Reformas administrativas ;
En las Cortes de Toledo se inicia una reforma de las instituciones. El Consejo Real se reorganiza y sus miembros ahora son elegidos por los propios monarcas según sus capacidades y no según su escala social u origen. Se llevó a cabo una reforma financiera, recortando los privilegios económicos que la nobleza había disfrutado con Enrique IV. Se impulsa una reforma legal para lograr la aplicación de la Justicia de manera homogénea en todos los territorios. De este modo la Chancillería de Valladolid administraba la justicia en los territorios al norte del Tajo, mientras que en 1494 se crea la Chancillería de Ciudad Real que se encargaba de administrar justicia al sur del Tajo (se trasladó definitivamente a Granada en 1505). El fortalecimiento del poder real llevaba asociado la lucha contra las minorías religiosas. En 1478 el Papa Sixto IV otorga a Isabel y Fernando la bula Exigit sincerae devotionis que autorizaba a los reyes a nombrar inquisidores en sus reinos, es el nacimiento de la Inquisición en los reinos peninsulares.Los monarcas también trataron de solucionar el problema de la inseguridad en las zonas rurales, mediante la puesta en marcha de la Santa Hermandad en las Cortes de Madrigal de 1476. Un organismo al mismo tiempo policial y judicial, dirigido por el hermano de Fernando de Aragón, donde los juicios “in situ” y las condenas a muerte lograron devolver la paz a los campos de Castilla.
La política exterior:
El 17 de Abril de 1492, se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe, donde los Reyes Católicos acordaban apoyar y financiar el proyecto de Cristóbal Colón para hallar una ruta alternativa a la India a través del Océano Atlántico (este proyecto ya había sido rechazado por el Rey de Portugal). En las Capitulaciones se otorgaba a Colón los títulos de Almirante, Virrey y Gobernador General de todos los territorios que descubriese, y también un diezmo de las riquezas que generase en su descubrimiento. Esta expansión por el atlántico entró en conflicto con los intereses exploradores portugueses lo que obligó a establecer entre ambos reinos unos límites de expansión mediante una línea de demarcación imaginaria, al oeste de la isla portuguesa de Cabo Verde. La primera demarcación se establecíó en el tratado de Alcaçovas, pero con el paso de los años los portugueses reclamaron su ampliación hasta establecer, mediante el Tratado de Tordesillas en 1494, la línea divisoria de influencia a 370 leguas al oeste de Cabo Verde: lo descubierto al oeste de estas 370 leguas sería reconocido para Castilla y hacia el este para Portugal. Las consecuencias del descubrimiento de América fueron importantísimas: el centro económico del mundo cambió del Mediterráneo al Atlántico; llegada masiva de oro y plata procedentes de América; se importaron a Europa nuevos productos; se llevó a cabo la llegada masiva de esclavos africanos a las nuevas plantaciones europeas en América, lo que acabó generando un mestizaje cultural entre europeos, amerindios y africanos.En 1504 Fernando II logra reincorporar el Reino de Nápoles. A ello se añade la autorización del Papa Alejandro VI a que los Reyes Católicos continuasen la Reconquista por el Norte de África, logrando incorporar a Castilla ciudades africanas. Sin olvidar la ya mencionada conquista del Reino de Navarra en 1512.La muerte en 1504 de Isabel la Católica parecía poner en peligro el nuevo proyecto de Monarquía Autoritaria. Sin embargo la “incapacidad” de la hija de los Reyes Católicos, Juana “la Loca”, para gobernar; la muerte prematura del marido de Juana y la ausencia de nuevos hijos en el matrimonio de Fernando el Católico con Germana de Foix, permitíó que la corona terminase recayendo sobre Carlos, nieto de los Reyes Católicos en 1516