Causas del Retraso Industrial en España durante el Siglo XIX
Los problemas políticos del siglo XIX retrasaron el desarrollo industrial de España, incrementándose la distancia de nuestro país respecto a Europa que se había acortado durante el periodo de la Ilustración. El proceso que se había iniciado al final del reinado de Fernando VII se vio frustrado por las guerras carlistas y por los otros conflictos que conllevaban la instauración del liberalismo.
Las trabas legales que se oponían en España al desarrollo del capitalismo y el nacimiento de la Revolución Industrial ya habían sido eliminadas, pero nuestro país padecía unos graves contratiempos de orden estructural que dificultaban enormemente su desarrollo. Entre ellos caben destacar los siguientes:
Factores Estructurales
- La escasez de recursos del territorio y la adversidad del medio natural que dificultaba la generación de excedentes agrarios.
- Como consecuencia de lo anterior, un reducido nivel de consumo de productos industriales por parte de la población rural, mayoritaria en el país.
- Una excesiva compartimentación territorial por causa de la complicada orografía nacional que dificultaba el transporte terrestre y los intercambios interiores.
- Un mercado nacional desintegrado.
- La escasez de materias primas, las fuentes de energía y la dependencia de la tecnología extranjera. En otras ocasiones, las materias primas estaban en manos del capital extranjero sin que estas fueran elaboradas en nuestro país.
Impacto del Capitalismo en la Economía Campesina
La introducción de las formas capitalistas sobre la economía campesina del siglo XIX, que además se encontraba en un lamentable estado de atraso técnico, acrecentó la desigualdad que ya existía en cuanto a riqueza, desarrollo y bienestar entre el campo y la ciudad, entre la nueva burguesía y las clases populares, acentuándose la dualización de España.
Dualización Geográfica y Social
La dualización geográfica se produjo por la concentración del desarrollo industrial en una parte del territorio: Cataluña y el País Vasco. En el primer caso, estuvo principalmente relacionado con el sector textil y en el segundo con la siderurgia.
Las migraciones hacia las regiones industrializadas se tradujeron en algunas regiones en una dualidad interna, sirviendo de pretexto para afianzar los nacionalismos, especialmente en el País Vasco.
La dualización social y política se produce como consecuencia del injusto reparto de la riqueza, se agrandaron las diferencias que ya existían entre las clases populares y las poseedoras.
Situación de la Agricultura
Había una España agraria que se debatía entre una agricultura moderna dispuesta a acoger los cambios técnicos y a arriesgarse con las innovaciones y una agricultura tradicional al servicio de la primera, a la que prestaba mano de obra abundante y barata tanto en el campo como en la ciudad.
En el último cuarto del siglo, este sector agrario ofrecía una reducida y muy pudiente oligarquía agraria compuesta por grandes terratenientes, una clase media y baja formada por propietarios medianos, arrendatarios, aparceros, etc., diversificada a lo largo de la península, y un proletariado jornalero sometido a salarios de temporada al que se unía una multitud de propietarios muy pequeños, semiproletarios o empobrecidos de todas las regiones.
Esta realidad, que se asentó con la crisis agrícola y pecuaria de fin de siglo que trajo la disminución de las rentas de la tierra, el descenso de los jornales y el paro, explican el proceso de emigración.
Los Recursos Mineros
La clave para el aumento en la extracción de minerales estuvo en la Ley de Minas de 1869, que concedía minas a perpetuidad a cambio de una modesta tributación pública. Hasta principios del siglo XX se exportó hierro, plomo, cobre y zinc. Por este procedimiento, la compañía franco-belga de Somorrostro explotó y exportó buena parte del hierro vasco hacia Inglaterra, Alemania, etc.
La presencia del capital extranjero en el desarrollo de la minería andaluza fue en aumento a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX. Sin embargo, el carbón, de mala calidad y de cara explotación, quedó casi por completo en manos españolas, de ahí que la única salida para los carbones asturianos estuviera en la protección arancelaria del Estado.
La Industria Textil en Cataluña
La industria textil catalana hacia 1860 dominaba el mercado nacional. Las razones del éxito catalán, además del empuje de su burguesía comercial, dinámica y emprendedora, deben buscarse en la conquista, auxiliada desde los gobiernos, del mercado español, tal y como le sucedió a la siderurgia vasca durante la primera etapa de la Restauración.
La industria textil catalana conoció la culminación de su proceso de mecanización. Sabadell y Tarrasa monopolizaron el mercado español lanero, desbancando a regiones que habían mantenido una tradición preferentemente artesanal. Así pudo, con gran antelación, abordar el plan de fuentes de energía eléctrica y aprovechamientos hidráulicos.
La Industria Siderúrgica en el País Vasco
La hegemonía de Vizcaya se explica por la concentración de la riqueza de los yacimientos mineros orientados a la exportación, lo que permitió una importante capitalización. La producción de mineral de hierro había aumentado con rapidez en la década de los sesenta, aunque luego quedó paralizada con la guerra carlista. Se fundaron compañías extranjeras y vascas para explotar el subsuelo y el mineral vizcaíno, de elevada ley metálica y de bajo precio. De la actividad minera salió el capital necesario para el desarrollo siderúrgico y para todo el desarrollo industrial vizcaíno.
El Ferrocarril
La expansión del ferrocarril fue el indicador más fiable del grado de industrialización alcanzado para cada país. En España, su expansión se retrasó a la segunda mitad de siglo por varias causas: condiciones orográficas, etc. A partir de la progresista Ley General de Ferrocarriles de 1855 se construyó la red ferroviaria con rapidez merced a la primera entrada de capitales franceses.
La Banca
A lo largo del siglo XIX, la presencia de inversiones extranjeras fue determinante en la creación de un sistema bancario español. Conviene destacar dos aspectos: la creación de una nueva moneda, la peseta, y, por otro lado, fue creado el Banco Hipotecario.
Con la Restauración comenzó el desarrollo de un nuevo sistema bancario de tipo mixto en el que los bancos se especializaron poco y atendían con sus préstamos tanto la financiación como el consumo.
En cuanto a la Hacienda Pública, España contaba con un sistema fiscal aquejado por dos problemas: era absolutamente insuficiente y, por otra parte, era un sistema tributario injusto y desequilibrado, ya que parte de la recaudación venía de impuestos indirectos.
Los Cambios Urbanos
:la poblacion española crecio en el ultimo tercio del siglo 19 de diecises a dieciocho millones de habitantes un crecimiento lento caracterizado por altas tasas de natalidad y de mortalidad la esperanza de vida no superaba los 35 en el ultimo tercio del siglo 19 el proceso de urbanizacion en españa se acelero de manera notable crecieron espectacularmente ciudades como barcelona valencia etc