Causas de la Segunda Guerra Mundial
La Frágil Paz Post-Primera Guerra Mundial
El período entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial estuvo marcado por conflictos latentes y tensiones crecientes. Los problemas derivados de la posguerra y los acuerdos de Versalles generaron dificultades económicas y políticas significativas. La crisis económica de 1929 y el auge del fascismo exacerbaron la inestabilidad. El expansionismo nazi en Europa y el aislamiento de la URSS prepararon el terreno para un nuevo conflicto global. Japón, impulsado por su política imperialista, buscaba el dominio en el Pacífico, rivalizando directamente con Estados Unidos.
Expansionismo Alemán y la Formación del Eje
El ascenso de Hitler al poder en Alemania marcó el inicio de una política exterior agresiva. Alemania abandonó la Sociedad de Naciones, desafiando el orden internacional establecido. Siguiendo el ejemplo de Japón, que había sido condenado por la SDN, e Italia, que haría lo mismo tras la invasión de Etiopía, Alemania desafió abiertamente a la SDN, promoviendo el uso de la fuerza como herramienta de política exterior. La anexión del Sarre y el rearme alemán, incluyendo el establecimiento del servicio militar obligatorio y la creación de una fuerza aérea, fueron pasos clave en la preparación para la guerra.
En 1935, una serie de guerras (Etiopía, la Guerra Civil Española y la guerra chino-japonesa) evidenciaron la creciente influencia de los regímenes fascistas e imperialistas. La formalización del Eje Roma-Berlín en 1936 consolidó la cooperación entre Mussolini y Hitler, quienes apoyaron al bando de Franco en España. Japón, por su parte, firmó con Alemania el pacto Anti-Comintern, dirigido contra la Unión Soviética.
El Fracaso de la Política de Apaciguamiento
La actitud pasiva de las democracias occidentales y la debilidad de la Sociedad de Naciones facilitaron las iniciativas expansionistas de Alemania, Italia y Japón. La política de apaciguamiento, defendida por Gran Bretaña y aceptada por Francia, llevó a la no intervención en la Guerra Civil Española, negando ayuda al gobierno republicano legítimo frente al apoyo de Italia y Alemania a Franco.
A partir de 1938, Hitler intensificó su política exterior:
- Marzo de 1938: Invasión y anexión de Austria tras un referéndum.
- Anexión de la región checa de los Sudetes.
- Septiembre de 1938: Conferencia de Berlín, donde obtuvo la aprobación de Gran Bretaña, Francia e Italia para sus acciones.
- 1939: Invasión de toda Checoslovaquia.
- Agosto de 1939: Firma de un pacto de no agresión con la URSS, con cláusulas secretas sobre Finlandia y los países bálticos.
- Septiembre de 1939: Invasión de Polonia, desencadenando el inicio de la Segunda Guerra Mundial.
El Imperialismo Japonés
Japón, como potencia emergente, adoptó una política militarista y expansionista. Buscaba establecer un «espacio vital» propio para asegurar el acceso a materias primas y mercados para sus productos. Desarrolló una poderosa industria armamentística y se acercó a la Alemania nazi, reforzando su alianza con el pacto Anti-Comintern, considerando a la URSS como su principal enemigo en la región.
Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Japón invadió la Indochina francesa y firmó el Pacto Tripartito en 1941. Estados Unidos, Gran Bretaña y Holanda impusieron un embargo de petróleo a Japón. El ataque japonés a la base estadounidense de Pearl Harbor marcó la entrada de Japón y, a su vez, de Estados Unidos en la guerra.
Consecuencias de la Segunda Guerra Mundial
Consecuencias Demográficas
La cuantificación exacta de las víctimas mortales es compleja, pero se estima que la mitad de los fallecidos fueron ciudadanos soviéticos, perseguidos por los alemanes. A esto se suman los heridos, mutilados, desaparecidos y muertos de hambre. La mayoría de las víctimas fueron civiles, afectados por los bombardeos, la escasez de alimentos, las deportaciones, las ejecuciones y la «solución final» implementada en los campos de exterminio. También se produjo un descenso significativo de la natalidad. Tras la guerra, una gran cantidad de personas desplazadas intentaron regresar a sus hogares.
Repercusiones Económicas
La guerra causó una devastación generalizada en ciudades, instalaciones industriales, campos de cultivo y vías de comunicación. La economía europea sufrió un duro golpe, con daños severos en la agricultura y la ganadería, y una drástica disminución de la producción industrial. En el ámbito financiero, los gastos de guerra y las emisiones monetarias agravaron el déficit presupuestario y provocaron una fuerte inflación. Japón quedó al borde del colapso, con sus centros industriales destruidos. Su economía quedó gravemente afectada, y la población sufrió escasez de alimentos y una alta inflación.
Impacto Moral
La guerra dejó un legado de horror sin precedentes, con el objetivo de aniquilar al adversario. La violencia impuesta por las potencias del Eje alcanzó su punto álgido con el Holocausto en los campos de exterminio. El trauma moral generó profundos interrogantes. La necesidad de investigar y castigar estos crímenes llevó a la celebración de los juicios de Núremberg y Tokio contra los responsables de la guerra.
Las Conferencias de Paz y la Creación de la ONU
No hubo un único tratado de paz que estableciera las condiciones finales. Destacaron las conferencias de Yalta y Potsdam, donde se acordó la partición y desnazificación de Alemania, que debía pagar reparaciones económicas. En la Conferencia de París se elaboraron los tratados de paz con Italia, Rumanía, Bulgaria, Hungría y Finlandia, firmados en 1947. En 1955, se firmó la paz con Japón.
Se creó la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el objetivo de preservar la paz y la seguridad internacionales, y fomentar la cooperación entre los estados. La Carta de las Naciones Unidas, aprobada en la Conferencia de San Francisco, estableció los principios y la estructura de la organización. Todos los estados miembros de la ONU están representados y tienen voto en la Asamblea General.