TEMA : 11.2LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
La convocatoria de las Cortes
A partir de mayo de 1808, mientras gran parte de la sociedad española se enfrentaba con las armas a Napoleón, unos pocos ilustrados pretendían realizar, como en Francia, una verdadera revolución burguesa.
La gran oportunidad llegó cuando las derrotas militares desacreditaron a la Junta Central, que, refugiada en Cádiz, dio paso, en enero de 1810, al Consejo de Regencia, una especie de gobierno provisional compuesto por cinco miembros, muy conservadores, pero sometidos a la presión ambiental de la ciudad, sede de una nutrida burguesía mercantil y de importantes colonias de comerciantes extranjeros.
Aunque la idea de una reunión de Cortes Generales para reorganizar la vida pública en tiempo de guerra y vacío de poder ya había sido debatida en el Junta Central, la regencia no se decidió a convocarlas hasta que no llegó a Cádiz la noticia del establecimiento de poderes locales en distintas ciudades americanas que ponían en peligro el imperio español.
Después de cien años, en que los Borbones habían gobernado sin reunirlas, las Cortes inauguraron sus reuniones en septiembre de 1810, con el juramento de los diputados de defender la integridad de la nación española, y prolongaron su actividad hasta la primavera de 1814.
Los liberales consiguieron que la convocatoria no se realizará por estamentos, sino como asamblea única, en la que a cada diputado le correspondía un voto
Un conjunto de decretos, y sobre todo la Constitución de 1812, manifestaban su deseo de transformar España, aplicando importantes reformas que debían abolir el absolutismo e implantar un régimen de libertad.
Composición y tendencias
Los integrantes de las Cortes eran un grupo heterogéneo, en el que figuraban muchos burgueses liberales, funcionarios ilustrados e intelectuales procedentes de otras ciudades tomadas por el ejército del rey José I, miembros de las Juntas, que, huyendo de la guerra, se habían concentrado en Cádiz, ciudad protegida por la marina británica.
Predominaban en las Cortes las clases medias con formación intelectual, eclesiásticos, abogados, funcionarios, militares y catedráticos, aunque no faltaban tampoco miembros de la burguesía industrial y comercial.
Las primeras sesiones de las Cortes congregaron a un centenar de diputados, pero su número fue aumentando hasta llegar a los trescientos.
De inmediato surgieron varias tendencias en la cámara gaditana:
Los liberales eran partidarios de reformas revolucionarias, partiendo de la crisis de la monarquía, pretendían aprovechar las consecuencias del triunfo de la soberanía nacional en la guerra. Sus ideas se inspiraron en las de la Revolución Francesay, como en Francia, deseaban dar vida a una Constitución que recogiera y consagrara estas ideas.
Los absolutistas, llamados despectivamente “serviles”, pretendían mantener el viejo orden monárquico.
Opuestos a la soberanía popular, interpretaban la situación como puramente coyuntural y sostenían que todo se resolvería con la expulsión de los franceses y la vuelta al trono de Fernando VII.
Pero hubo un tercer grupo:
Los Jovellanistas, eran continuadores del espíritu de la Ilustración, que defienden el modelo británico, opuesto a la soberania nacional, que para ellos reside en el rey y las Cortes en conjunto; de acuerdo con la tradición política nacional, que era la verdadera Constitución histórica que se había de respetar.
La prensa de Cádiz, en su inmensa mayoría, estuvo del lado de los liberales, que siempre dominaron los debates de las Cortes; la nobleza y clero mantienen la ideología absolutista. No obstante, algunos clérigos apoyaron con fuerza las reformas políticas de Cádiz.
Desde su comienzo, las Cortes demostraron que en nada se parecían a las antiguas, pues asumían la soberanía nacional, siguiendo el camino de la Francia revolucionaria de 1789.
Asimismo, con la concesión de iguales derechos a todos los ciudadanos, incluidos los de América, convertían España y sus colonias en una única nación repartida a ambos lados del océano.
Estas Cortes proclaman a Fernando VII como legitimo rey, “El Deseado”, y rechazan el absolutismo y el origen divino del derecho a gobernar, y se proponen dos objetivos:
- Llevar a cabo las reformas que acaben con el Antiguo Régimen y crear las bases de un régimen liberal burgués.
- Elaborar una Constitución que cambie el régimen político del país de acuerdo con el ideal liberal.
1.- Reformas legislativas: los decretos de abolición del Antiguo Régimen: La primera parte de la obra legislativa de las Cortes se dirige a abolir el Antiguo Régimen y construir un estado de tipo liberal burgués; Así, en el decreto de constitución de las Cortes- de marcado carácter liberal–
Se establece:
La soberanía nacional
La división de poderes
Un régimen parlamentario donde se asigna a las Cortes el poder Legislativo.Designación de Fernando VII como legitimo rey
- Establecen como básicos los principios de libertad, tanto política (reunión, expresión y asociación), como económica (libertad de comercio, trabajo, fabricación,..)y de igualdad ante la ley (abolición de privilegios de Nobleza y Clero), de acceso a cargos; por último, la propiedad será uno de los criterios esenciales: tanto para la organización de la nueva sociedad (clasista, el dinero determina la clasesocial), como para ser elegido diputado en Cortes.