– La guerra de la Independencia.
A principios de 1807 la situación social y económica era muy grave. La indignación de todos los grupos sociales se dirigía contra Godoy, pero también contra los reyes. La oposición se fue agrupando en torno al príncipe Fernando. En Octubre de 1807 fue descubierta una primera conspiración de Fernando, que acabó obteniendo el perdón de sus padres en el llamado Proceso de El Escorial, durante el que delató a sus partidarios.
El bloqueo continental decretado por Napoleón contra Inglaterra fue respaldado por la mayoría de los Estados europeos, pero Portugal se negaba a cumplirlo. Por ello en el verano de 1807, Napoleón decidíó su invasión. Para ello firmó con el gobierno español, en Octubre, el Tratado de Fontainebleau por el que se autorizaba al ejército francés a atravesar España camino a Portugal.
Entre Noviembre y Febrero entraron en España varios cuerpos de ejército, más de los pactados y se acuartelaron en varias ciudades alejadas de la ruta hacia
Portugal. En Febrero, Napoleón puso a su cuñado, el general Murat, al frente de sus ejércitos en España.
Esto provocó la alarma entre la población. Quienes apoyaban a Fernando aprovecharon para dar el golpe definitivo. En la noche del 17 al 18 de Marzo se produjo el Motín de Aranjuez, cuando los partidarios de Fernando asaltaron el palacio real. A la mañana siguiente Godoy fue depuesto y detenido, acusado de intentar huir a América con los reyes. Carlos IV se vio obligado a abdicar y ceder la corona a su hijo Fernando VII.
Tras una entrada triunfal en Madrid, Fernando VII se encontró en manos de Murat, que ya se había instalado en la capital. A partir de ahí se precipitaron los acontecimientos: Napoleón invitó a Fernando a dirigirse hacia el norte para tener una entrevista con él.
En Bayona (Francia) se produjeron unas negociaciones vergonzosas. Napoleón había hecho llevar hasta allí al depuesto Carlos IV y su esposa María Luisa de Parma a Godoy y a Fernando VII. Exigíó la renuncia de todos los miembros de la familia real, que llegaron a insultarse en presencia del Emperador. El 7 de Mayo, Fernando VII abdicó a favor de su padre y éste lo hizo a favor de Napoleón, el cual, a su vez, cedíó la corona de España a su hermano José. Carlos IV sólo se preocupó de que se garantizara la unidad de las posesiones de la Corona y el exclusivismo de la religión católica; a cambio él y su hijo, recibieron varios castillos en Francia y enormes rentas, comenzando un “exilio dorado”.
El 2 de Mayo se había producido el levantamiento de Madrid por la alarma que provocó la salida de los demás miembros de la familia real. Fue una lucha desigual que terminó con el aplastamiento de la revuelta popular; al anochecer, la revuelta había cesado. Murat dictó un bando que proclamaba su autoridad absoluta en todo el territorio español hasta la llegada del rey José I.
Las clases dirigentes y las instituciones acataron la autoridad francesa. Pero la respuesta popular fue muy distinta: la renuncia de Fernando VII se interpretó como realizada por la fuerza y, por tanto, sin valor. La misma tarde del dos de Mayo, el alcalde de Móstoles dictaba su famoso bando llamando a las armas contra los franceses. Otras autoridades hicieron lo mismo y en los días siguientes la rebelión se extendíó por todas las ciudades del país.
La guerra tuvo tres fases:
1ª.- Al principio la relación de fuerzas era muy desigual: los restos del ejército español, compuesto por unos 100.000 hombres, estaban en clara inferioridad, aunque demostraron una gran capacidad de lucha. Además, la intervención de unidades inglesas y de los restos del ejército portugués, reforzaron la capacidad de resistencia española.
En las primeras semanas, los franceses trataron de sofocar los levantamientos urbanos surgidos por todo el país. A mediados de Junio se inició el sitio de Zaragoza, cuya resistencia fue organizada por el general Palafox. El curso de los acontecimientos cambió cuando el 19 de Julio las tropas francesas fueron derrotadas en Bailén. José I se vio obligado a abandonar Madrid y los franceses tuvieron que levantar el sitio de Zaragoza. Además, el cuerpo expedicionario inglés, mandado por el duque de Wellington, vencíó a los franceses en Lisboa.
Esto decidíó a Napoleón a intervenir personalmente, al frente de los 250.000 soldados de la Grand Armée. En una campaña fulgurante ocupó Burgos y se dirigíó hacia Madrid, que se rindió el 4 de Diciembre. En Enero derrotó a los ingleses en Galicia. Cuando abandonó el país en Enero, la victoria parecía segura.
2ª.- En 1809, los franceses avanzaron hacia el sur. En 1810 culminaron la conquista de Andalucía; sólo Cádiz logró resistir.
Pero aún quedaban unidades del ejército español, se había organizado un gobierno de guerra: la Junta Suprema Central y la voluntad de resistencia permanecía. Se inició entonces una guerra de desgaste caracterizada por la lucha, cada vez más organizada, de las guerrillas.
Las guerrillas aparecieron en 1808 como unidades de paisanos armados con el objetivo de mantener en constante amenaza a los franceses. Su importancia radicaba en su peculiar táctica: los guerrilleros, conscientes de su inferioridad militar, rehuían el enfrentamiento directo y optaban por golpear repetidamente, mediante emboscadas, a las tropas enemigas. Vivían sobre el terreno, con el apoyo de la población civil que les suministraba víveres, información y escondites. Sus objetivos claves eran las líneas de comunicación, la retaguardia, los abastecimientos y los convoyes de armas. Su efecto sobre el enemigo era doble: minaba la moral de los soldados y obligaba a mantener un elevado número de hombres en misiones de vigilancia, escolta y retaguardia.
3ª.- A partir de 1811, la guerra cambió de rumbo. En Marzo, tras la derrota de Torres Vedras, los franceses abandonaron Portugal. Poco después, Wellington avanzó por el sur y conquistó Badajoz.
Además, en la primavera de 1812, Napoleón decidíó atacar Rusia, para cuya campaña retiró las mejores tropas que tenía en España. En Junio, las tropas de Wellington entraban en Salamanca y en Julio tuvo lugar la batalla de Arapiles, que abríó a los ingleses el camino hacia Madrid. En Junio de 1813 la batalla de Vitoria consumó la derrota francesa y obligó a José I a cruzar la frontera. El 11 de Diciembre Napoleón firmaba el Tratado de Valençay, por el que restituía la corona a Fernando VII.