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MANIFIESTO CONJUNTO UGT-CNT (27 de marzo de 1917)
El presente documento histórico se corresponde con el manifiesto de las fuerzas sindicales Unión General de Trabajadores (UGT) y Confederación Nacional del Trabajo (CNT) publicado el 27 de marzo de 1917 en Madrid, en el diario La Correspondencia de España. Este documento recoge algunas de las principales reivindicaciones de ambos sindicatos, que representaban a la mayor parte de obreros y trabajadores sindicados a nivel nacional. La situación laboral y socioeconómica de la clase trabajadora española en 1917 y la postura inmovilista y reaccionaria del gobierno y la patronal impulsaron la convocatoria de una huelga general indefinida en todo el territorio nacional, como herramienta de combate corporativa utilizada por los sindicatos. El lenguaje combativo y de fuerte inspiración socialista en sus términos está dirigido a la clase trabajadora en general, aunque su destinatario final fuese la administración del Estado y la patronal. El texto se enmarca en un estado general de conmoción y crisis sociopolítica del régimen de la Restauración. El agotamiento del modelo canovista durante el reinado de Alfonso XIII se agregó a la crisis económica motivada por el bloqueo de los circuitos comerciales en Europa, provocados por la Primera Guerra Mundial, la crisis de las exportaciones vinícolas españolas y el recrudecimiento de las relaciones laborales. Los firmantes eran en esos momentos los sindicatos más representativos en España. Por una parte, la UGT, fundada en 1888 y de inspiración socialista se vinculaba al PSOE. Este sindicato contaba con un fuerte apoyo en los principales núcleos industriales del país, además de contar con representación en ferrocarriles y puertos. El otro firmante, la CNT era de orientación anarquista. Fundado en 1910 recogía la tradición anarquista de la Solidaridad Obrera (1907) y contaba con una gran cantidad de afiliados y simpatizantes en los sectores agrarios del sur de España, principalmente en Andalucía. Ambos sindicatos eran representantes de los sectores proletarios, que se encontraban en una situación socioeconómica crítica. La tesis fundamental sostenida en este manifiesto es la convocatoria de una huelga general indefinida en España, como solución y medida de presión frente a la patronal burguesa y el gobierno que la amparaba. Entre las causas de esta huelga se encuentran la situación de precariedad y miseria del proletariado, su falta de derechos laborales, el incremento del desempleo y la inflación creciente. Pese a sus diferencias ideológicas, ambos sindicatos se unen para convocar esta huelga, pretendiendo poner en jaque al sistema productivo español, forzando a la negociación de patronal y gobierno. Cabe señalar algunos antecedentes de la formación de ambos sindicatos. En 1888 los militantes del PSOE fundan la UGT como gran sindicato de clase, que pudiese aglutinar a todos los sectores de la producción, concentrando la fuerza del sindicato en una sola entidad. Entre sus principales reivindicaciones se encontraban la necesidad de establecer convenios colectivos y el derecho a la huelga por parte de los trabajadores. Por su parte, la CNT se expandió en España en la década de 1910, con el objetivo de independizar al proletariado de las estructuras del Estado. Su influencia fue mucho mayor en los sectores agrarios, aunque también contó con una notable presencia en Cataluña, dónde confluían elementos de corte nacionalista e independentista. Ambos sindicatos llegaron a la conclusión de convocar una huelga general tras las negociaciones fallidas con el Conde de Romanones y el gobierno de Eduardo Dato entre 1914 y 1917. Los sindicatos pedían medidas para frenar la inflación de productos básicos, motivada en buena parte por la crisis comercial que padecía Europa con motivo de la Gran Guerra. El inmovilismo del gobierno motivó el estallido de la huelga pacífica que se inició en agosto de 1917 en Valencia (ferrocarriles) y se extendió por Madrid, Barcelona, Vizcaya y Asturias, dónde el peso del sindicalismo era más fuerte (centros industriales). La huelga se saldó con numerosos incidentes, al igual que un gran número de muertos, heridos y detenidos. El Gobierno utilizó la violencia y la represión para desmovilizar a los trabajadores huelguistas, generando miedo entre sus filas. Finalmente, las discrepancias entre la UGT y la CNT motivaron el fracaso relativo de la huelga. Mientras que UGT proponía una política de concertación y negociación con las instituciones del Estado, la CNT propugnaba una revolución violenta que llevara a la destrucción del Estado como método de liberación del proletariado. Además, la escasa participación del campesinado (mentalidad más conservadora) en las huelgas, la dura represión y la oposición de sectores republicanos conservadores colaboraron con el fracaso parcial de la huelga. Las mayores conexiones internacionales con los movimientos revolucionarios en Rusia (revolución de Octubre de 1917) y el número creciente de obreros sindicados favoreció el movimiento socialista en España, preludiando la quiebra definitiva del sistema de la Restauración en poco más de una década, tras el régimen de Primo de Rivera.